McLaren sienta a sus pilotos a fumar la pipa de la paz

Todos contentos. McLaren sentó a sus dos pilotos en la misma mesa para discutir su ardorosa pugna en el Gran Premio de Bahrein. Y parece que las aguas han vuelto a su cauce con la asunción de sus respectivas responsabilidades, incluyendo la de sus dirigentes. ¿La sentencia salomónica?: "McLaren permite a sus pilotos competir duro y limpio, y a cambio los pilotos deben respetar esa confianza y sin dejar de pensar en el equipo", fue la positiva, correcta y edulcorada posición oficial de McLaren, explicada por su director deportivo Sam Michael.

Lograr la armonía suponía que cada uno debía llevar su propia acto decontrición. "Checo estaba comprensiblemente contento con su rendimiento, perotambiénreconoce que estuvo a punto de cruzar la línea", explicaba Michael, mientras que Button "reconoce que durante la carrera reaccionó duramente a los acontecimientos", en alusión a los comentarios despectivos que hizo a través de la radio sobre el estilo del piloto mexicano.

Martin Whitmarsh, Michael y sus pilotos revisaron toda la situación en conversaciones "cuyo contenido no es apropiado para discusión externa", explicaba Michael, lo que significaba que tampoco sabremos hasta qué punto aquellas fueron más o menos calientes. Nos queda al final el reparto de culpas y la reconciliación oficial, en la que también quiso incluirse el propio McLaren.

"El equipo también acepta que, al no establecer órdenes de equipo a ninguno de nuestros pilotos, y a pesar de lo que veíamos cómo la pelea se hacía mas intensa entre ello, no impusimos lo que podría denominarse una estrategia de "precaución", pero este es el estilo con el que Mclaren compite en las carreras, y siempre competirá". Pero en el equipo británico también valoraron el impacto negativo que hubiera tenido sobre la moral y posición de sus pilotos el haber emitido instrucciones para neutralizar la pelea.

Había que "sacar los codos"