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Juan Manuel Fangio se vuelve a cruzar en el camino de Mercedes
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CUANDO LA APISONADORA ALEMANA TRIUNFÓ ANTE LOS SUYOS

Juan Manuel Fangio se vuelve a cruzar en el camino de Mercedes

"Realmente no es una meta para mí. No creo que sea justo compararme con Fangio pues ahora los coches son más seguros y él logró sus

"Realmente no es una meta para mí. No creo que sea justo compararme con Fangio pues ahora los coches son más seguros y él logró sus campeonatos a una gran velocidad teniendo en cuenta los vehículos que existían en su tiempo. Fangio fue muy superior a nosotros". Michael Schumacher, en 2001 y tras conquistar su cuarto mundial, estaba sólo a uno de igualar al, hasta entonces, el piloto con más campeonatos conquistados de Fórmula 1. El alemán, pocos años después, dejó atrás la cifra del argentino aunque el respeto ha perdurado hasta hoy. Este fin de semana, las hazañas de Juan Manuel vuelven a cruzarse en el camino del Kaiser, al ser el único piloto que ha vencido el GP de Alemania con un Mercedes. Un sentimiento que va más allá de una carrera de coches.

Quizás ahora sí que suponga "una meta" para Schumacher… y también para Nico Rosberg. Aunque su compatriota Sebastian Vettel sea el alemán con más opciones de ganar la carrera de este domingo ante sus paisanos, para un piloto de Mercedes significaría algo más que una copa en casa, sería cerrar un círculo que empezó a trazarse hace casi ocho décadas, cuando a finales de la década de los treinta Mercedes-Benz contribuyó en ampliar y mejorar Hockhenheimring para utilizarlo como pista de pruebas (desde 1930, las motos habían copado el protagonismo en su asfalto).

Hockenheim fue el hogar de Mercedes-Benz en una época en la que aún no se había formado el campeonato de Fórmula 1 y cuando Nürburgring era el trazado predilecto para albergar el GP de Alemania. De ahí que cuando el Gran Circo echó a andar, en 1950, Nürburgring fuera el elegido para seguir celebrando la prueba germana. Y allí, en 1954, el Mercedes-Benz W196 cruzó la meta por delante de los Ferrari de José Froilán González y Maurice Trintignant.

Mercedes apareció en la F1 como una apisonadora competitiva

La flecha plateada conducida por Fangio, a la primera, venció en su territorio. La empresa alemana, un orgullo para la nación, mostró su músculo en una disciplina hasta entonces dominada por los italianos Ferrari y Alfa Romeo. Ese año conquistó el campeonato de pilotos y, un año después, repitió. De haber existido Mundial de Constructores, también habría arrasado con ello. A pesar de tener por delante un futuro prometedor, la apisonadora competitiva alemana se vio frenada muy pronto por el desastre de las 24 de Le Mans, en 1955, en el que murieron el piloto de Mercedes Pierre Levegh y 85 espectadores.

Tan contundentes fueron sus actuaciones sobre la pista como su marcha de la competición. Aquella carrera francesa continuó pero el director general de la fábrica Dailmer Benz en Stuttgart, Fritz Koensche, ordenó sobre la una y media de la madrugada la retirada de los dos Mercedes que quedaban en pista: el de Karl Kling y el conducido por Fangio y Stirling Moss. Supuso un golpe del que la compañía tardó en recuperarse más de treinta años y no volvería a estar relacionada a una competición automovilística hasta 1987 (a la Fórmula 1 regresaría en 1993 suministrando motores a Sauber).

Además del tremendo shock emocional y la irreparable pérdida de un piloto, la filosofía de Mercedes no pasaba por poner en riesgo su reputación y por ello cesó en su actividad deportiva. No dependía de las carreras de coches y en dos años demostró que sabían fabricar los vehículos más veloces del mundo (aquella carrera de Le Mans también la estaban dominando).

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75 años después y las mismas intenciones

Aunque la Fórmula 1 de la actualidad sea diferente a la que llegó a controlar, el espíritu y la fuerza de Mercedes se ha conservado a lo largo del tiempo. En 2010, con la misma idea y firmeza de 1954, las flechas plateadas volvieron al Gran Circo presentando su candidatura con el objetivo de recuperar la gloria que Fangio empezó. Ahora, continuando con el emblema de ‘orgullo alemán’, Schumacher y Rosberg tienen la responsabilidad de imitar los resultados del argentino hace más de medio siglo.

"Sabes que todos los aficionados van a estar apoyándote desde las gradas. Es algo que te enorgullece y hace que tu motivación sea todavía más alta. Este año es el primero en el que el equipo Mercedes ha logrado estar arriba, así que esperamos corresponder a los fans con un buen resultado. Queremos hacerlo bien por ellos. Nos hemos puesto el objetivo de que tengan una razón por la que estar satisfechos el próximo domingo". Schumacher, este lunes, resumió la filosofía de su empresa a través de la honra que supone ganar en Alemania con un coche alemán conducido por un alemán. En este caso, el escudo con una estrella de plata se transformaría en un sentimiento patriótico.

"Realmente no es una meta para mí. No creo que sea justo compararme con Fangio pues ahora los coches son más seguros y él logró sus campeonatos a una gran velocidad teniendo en cuenta los vehículos que existían en su tiempo. Fangio fue muy superior a nosotros". Michael Schumacher, en 2001 y tras conquistar su cuarto mundial, estaba sólo a uno de igualar al, hasta entonces, el piloto con más campeonatos conquistados de Fórmula 1. El alemán, pocos años después, dejó atrás la cifra del argentino aunque el respeto ha perdurado hasta hoy. Este fin de semana, las hazañas de Juan Manuel vuelven a cruzarse en el camino del Kaiser, al ser el único piloto que ha vencido el GP de Alemania con un Mercedes. Un sentimiento que va más allá de una carrera de coches.

Mercedes Milá