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Adiós a un sueño: la F1 convirtió a María de Villota en la piloto más feliz del mundo
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SUS LESIONES LE OBLIGAN A ABANDONAR EL 'GRAN CIRCO' A LOS CUATRO MESES

Adiós a un sueño: la F1 convirtió a María de Villota en la piloto más feliz del mundo

Repasando tres agencias fotográficas es imposible encontrar una imagen de María de Villota en la que salga con un gesto normal, sin sonreír. ¡Qué bien se

Foto: Adiós a un sueño: la F1 convirtió a María de Villota en la piloto más feliz del mundo
Adiós a un sueño: la F1 convirtió a María de Villota en la piloto más feliz del mundo

Repasando tres agencias fotográficas es imposible encontrar una imagen de María de Villota en la que salga con un gesto normal, sin sonreír. ¡Qué bien se lo ha pasado durante estos cuatro meses siendo piloto de pruebas de Marussia! Sin tener una máquina para comprobarlo, posiblemente, en este tiempo haya sido uno de los seres humanos que irradiaba más felicidad por metro cuadrado. Y eso, se contagiaba. La melena más rubia y llamativa de todo el paddock no estará en el GP de Gran Bretaña de este fin de semana. Tardará en regresar a un circuito… pero seguro que lo hará para dar una nueva forma a su sueño dentro del automovilismo.

"Mi sueño es correr un gran premio", pronunció el día de su presentación como piloto de Marussia. Desde ayer se sabe que María, a sus 32 años, se ha quedado a las puertas de conseguirlo, muy cerca. Tanto que, sin correr, su nombre quedará grabado para siempre en la historia del Gran Circo por ser la primera española en haber pilotado un Fórmula 1 y la sexta mujer en haber llegado tan alto en esta competición.

Llegó a la F1 por unos test con Lotus-Renault –en cuya gestión intervino Bernie Ecclestone- en Paul Ricard donde realizó unos tiempos que sorprendieron a la escudería. Esos resultados fueron sus primeros pasos en un Fórmula 1, le dieron una fuerza y una convicción capaces de tumbar los prejuicios que impedían unir una mujer a un monoplaza. Con su ilusión y un trabajo físico igual o superior al de cualquier piloto oficial, hizo frente a quienes aseguraron que no llegaría muy lejos por ese camino. ¿Quién tiene derecho a decidir sobre los sueños de alguien más que la propia persona? Afortunadamente, ella continuó por la vereda y al final se encontró con la puerta abierta de Marussia.

Esponja de día, estudiante de noche

Fiel a sus principios, entró en la escudería corriendo y haciendo ruido. Por el día se ponía el traje de ‘esponja’ y absorbía el máximo de conocimientos posibles. Durante la noche estudiaba el ‘libro de instrucciones’ del MR-01, el vehículo con el que pretendía cumplir su sueño. 24 horas en un día eran muy pocas para el tesón y la energía de María.

Sin quererlo, al poco de llegar ya se erigía como la persona más mediática y buscada del equipo ruso. Hasta la CNN, que no tiene los derechos televisivos de Fórmula 1, hizo un reportaje de la madrileña y pasó con ella unas cuantas jornadas de trabajo.

No había sumado un punto en el Mundial, no se había subido a un monoplaza de este año, no tenía la Superlicencia para correr… ¿qué tipo de imán posee María para haber acaparado tanta atención desde el inicio? Es llamativo el simple hecho de que una mujer sea una piloto de pruebas de Fórmula 1 pero, si a esto se le añade una personalidad incomparablemente entusiasta, el resultado es una agradable charla con un individuo encantado de desvelar los secretos de la Fórmula 1 (no es la única, por supuesto). 

María, una ‘pesada’ de la Fórmula 1

De Villota, en estos cuatro meses, no ha pensado en otra cosa: Fórmula 1. Ha sabido ‘vender’ el producto desde el primer día. Ha aprovechado su tirón para abrir esta competición al mayor número de aficionados. Y todo esto, disfrutando como nadie.

¿Puede estar alguien enamorado de la Fórmula 1? Unos lo consideran un buen trabajo, una forma de ganarse la vida. Otros lo describen como una vía para descargar adrenalina. Hay quienes van más allá y afirman que es una pasión… para la mayoría de pilotos, es una forma de entender la vida. Una religión a la que, en sólo cuatro meses, María se había convertido.

Y esa fe en su trabajo no va a parar aquí. La vida le ha regalado cuatro meses maravillosos que nadie le arrebatará. A pesar de que el martes le cortaran las alas como piloto, su energía la impulsará a continuar su vuelo en automovilismo. Este sábado se enfrenta a una nueva operación para que, de una manera diferente, las carreras de coches continúen disfrutando de la sonrisa de María. Su tesón está intacto.

“Muchos me hubieran dicho que la marea está alta. Que no siga corriendo. Otros que es imposible cruzar por esas rocas. Prefiero seguir y verlo yo misma. Sólo la carrera ya merece la pena”. María de Villota, tras encontrar un obstáculo mientras se entrenaba el 3 de junio de 2012 en una playa de Cantabriaescribió esta metáfora en twitter de lo que era su vida profesional.

Repasando tres agencias fotográficas es imposible encontrar una imagen de María de Villota en la que salga con un gesto normal, sin sonreír. ¡Qué bien se lo ha pasado durante estos cuatro meses siendo piloto de pruebas de Marussia! Sin tener una máquina para comprobarlo, posiblemente, en este tiempo haya sido uno de los seres humanos que irradiaba más felicidad por metro cuadrado. Y eso, se contagiaba. La melena más rubia y llamativa de todo el paddock no estará en el GP de Gran Bretaña de este fin de semana. Tardará en regresar a un circuito… pero seguro que lo hará para dar una nueva forma a su sueño dentro del automovilismo.

María de Villota