Es noticia
Luca di Montezemolo, 'il Cavaliere rampante' que planea abandonar Ferrari y Monza
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
¿SERÁ EL ÚLTIMO GP DE ITALIA COMO PRESIDENTE DE FERRARI?

Luca di Montezemolo, 'il Cavaliere rampante' que planea abandonar Ferrari y Monza

Si alguien puede considerarse anfitrión cuando la Fórmula 1 aterriza en su país natal ese es Luca Cordero di Montezemolo. El italiano lleva defendiendo los intereses

Foto: Luca di Montezemolo, 'il Cavaliere rampante' que planea abandonar Ferrari y Monza
Luca di Montezemolo, 'il Cavaliere rampante' que planea abandonar Ferrari y Monza

Si alguien puede considerarse anfitrión cuando la Fórmula 1 aterriza en su país natal ese es Luca Cordero di Montezemolo. El italiano lleva defendiendo los intereses de Ferrari en Monza desde 1973, cuando FIAT le colocó como ayudante de Enzo Ferrari para aprender el complicado oficio de suceder al empresario más famoso del mundo del motor. Aquel joven abogado que apenas tenía 25 años convenció y cinco temporadas después (pasó cuatro como gerente) tomó el 'control' y la presidencia de Ferrari. Ahora, más de tres décadas después, su adicción por la competición y la velocidad permanece intacta pero choca en su mente con la ambición y responsabilidad de gobernar un país. Sus últimos flirteos con la política provocan que no se pueda asegurar al 100% que dentro de un año sea Montezemolo el que abra las puertas de su ‘casa’ al Gran Circo en Monza.

"Alonso sería el primer ministro. Lo tendría conmigo porque tiene carácter y es optimista, pero también realista; a Vettel, inteligente y rápido; Rosberg, por haber resistido ante Schumacher; Pérez, por su talento y Hamilton, un gran campeón". Además, incluiría "a Lauda, que fue capaz de no pagar nunca por nada, ni siquiera una bebida; Schumacher, ya que nunca se rendía y, por último, a Senna, quien me confesó que su sueño era ganar un campeonato del mundo con Ferrari". Esta lista irónica de gobierno de Montezemolo, nacido en la Bolonia de posguerra en 1947, responde a una pregunta en abril de un periodista sobre sus futuras intenciones de cambiar el ruido del motor por el del congreso. Pese a ese "no" público, este pasado mes de agosto volvió a hablar de política criticando el plan de ajuste económico de Silvio Berlusconi. Por si acaso: las próximas elecciones generales en Italia son en 2013.

"Necesitamos una clase directiva que entre en política para dar, no para recibir. Debemos empezar a trabajar juntos como un equipo y difundir esa cultura". En Italia hay quien considera esta declaración de intenciones como el primer discurso político de Montezemolo. Fue en una entrevista a la revista Max el pasado mes de marzo.

Hace diez años, Berlusconi quiso 'pescar' a Luca

A pesar de que actualmente Ferrari no atraviesa su mejor momento, la imagen del sucesor de Enzo Ferrari es atractiva para los partidos políticos. Berlusconi se dio cuenta hace ya diez años, cuando le propuso unirse a su equipo de trabajo y Luca dijo que no, entre otras cosas, gracias a una carta firmada por 1000 empleados ferraristas pidiendo su continuidad. "Debo seguir trabajando porque sé lo que Ferrari representa para Italia", aseguraba en 2001.

La responsabilidad ‘social’ de situar a il cavallino rampante por encima de los vehículos ingleses y franceses ha sido algo con lo que ha crecido profesionalmente. Es su manera de hacer política en un deporte donde prácticamente cada año se negocian unas reglas de juego, se discute de economía y en el que la imagen de la escudería de cara a la opinión pública es fundamental. En este caso, Ferrari tiene ligado términos como la vanguardia, potencia o victoria (de Italia). Palabras con las que sueña ser relacionado cualquier partido político.

Posee prestigio, respeto y es temido, a la vez, por los políticos transalpinos. Además, no tiene ningún antecedente judicial. Un requisito que Berlusconi, por ejemplo, no cumple. Representa valores que la sociedad italiana considera positivos y que le sitúan como un firme candidato a sentarse un día en la silla de il Cavaliere.

Rabia en Italia por el fracaso del presidente Montezemolo

"La polémica hubiera sido muy distinta en caso de que fuese otro el jefe de Ferrari. Montezemolo siempre ha sido una alternativa a Berlusconi, ahora se vuelve a hablar de él como posible sustituto del primer ministro, a quien además critica siempre que quiere", explicaba el filósofo Giacamo Marramao tras la decepción de todo el país en Abu Dabi el pasado mes de noviembre.

Además, la persona de Montezemolo ha salido más fortalecida aún desde que el año pasado abandonase la presidencia de FIAT (dos años antes hizo lo propio en Confindustria) realzando dicha empresa. "Montezemolo encarna la esperanza de una política diferente a la actual, más propicia al desarrollo del país. Los industriales estarían encantados con él de presidente. Es muy popular entre los jóvenes empresarios y los profesionales", explicaba Marramao. Tal vez, por tener esa imagen en su país, Roberto Calderoli, miembro de la Liga Norte, la principal formación aliada de Berlusconi, aprovechó la oportunidad para atizarle tras la victoria en el mundial de Vettel: "Montezemolo ha hecho que nos avergoncemos de ser tifosi de Ferrari".

No es de izquierdas y tampoco de derechas. Sólo se sabe de él que no encaja con Berlusconi ni con la Liga Norte. Prácticamente el resto de partidos estaría encantado de acoger a un hombre glamuroso ante la cámara y campechano en la mesa, que cuida cada día de sus negocios pero, sobre todo, de sus dos pequeñas.

Sin embargo, por encima de su perfil y CV ideal para la política está la figura de un hombre ligado a la historia de un deporte que nació hace sesenta años y en la que él lleva andados más de la mitad en primera línea de combate. A este ex piloto de rallyes (corrió brevemente para Lancia) le costaría dejar unos mandos que cogió en 1978, cuando Enzo no podía ocuparse de la Scuderia por una enfermedad del riñón y fue nombrado presidente. Desde entonces ha conquistado siete campeonatos de pilotos (1979, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004 y 2007) por los ocho de Enzo; y once de constructores (1979, 1982, 1983, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2007, 2008); el fundador logró cinco.

Y si se va, ¿quién le sustituiría?

Los rumores sitúan al controvertido Lapo Elkann, de 34 años y hermano del presidente de Fiat, John Elkann, como futurible sucesor de Montezemolo, con el apoyo del director ejecutivo de Fiat, Sergio Marchionne. Por su caracter irreverente, inconformista y rebelde de Elkann, sin duda, daría juego al Gran Circo aunque se espera que no tanto como cuando amargó la noche del 9 de marzo de 2010 a José Manuel Calderón. El baloncestista extremeño vio como, a menos de dos minutos de terminar el partido y cuatro puntos por debajo, Lapo le quitó un palmeo que iba a realizar cuando el balón había salido ya del campo pero todavía había tocado nada. Elkann pensó que el baloncesto se regía por las mismas reglas que el fútbol y que cuando el esférico supera la línea de fuera -independientemente de que estuviese en el aire- se paraba automáticamente el juego. Esa posesión era clave para los Toronto Raptors.

Si alguien puede considerarse anfitrión cuando la Fórmula 1 aterriza en su país natal ese es Luca Cordero di Montezemolo. El italiano lleva defendiendo los intereses de Ferrari en Monza desde 1973, cuando FIAT le colocó como ayudante de Enzo Ferrari para aprender el complicado oficio de suceder al empresario más famoso del mundo del motor. Aquel joven abogado que apenas tenía 25 años convenció y cinco temporadas después (pasó cuatro como gerente) tomó el 'control' y la presidencia de Ferrari. Ahora, más de tres décadas después, su adicción por la competición y la velocidad permanece intacta pero choca en su mente con la ambición y responsabilidad de gobernar un país. Sus últimos flirteos con la política provocan que no se pueda asegurar al 100% que dentro de un año sea Montezemolo el que abra las puertas de su ‘casa’ al Gran Circo en Monza.