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De costa este a costa oeste, la meca mundial para los esquiadores está en Canadá
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Whistler y MONT-TREMBLANT

De costa este a costa oeste, la meca mundial para los esquiadores está en Canadá

Si eres capaz de albergar unos Juegos Olímpicos de invierno es que eres una de las mejores estaciones de esquí del mundo. Si, además, tienes nieve durante seis meses y posees las mejores infraestructuras, tienes muchas papeletas para ser la mejor. Es Whi

Foto: Whistler fue sede de los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010
Whistler fue sede de los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010

Si eres capaz de albergar unos Juegos Olímpicos de Invierno es que eres una de las mejores estaciones de esquí del mundo. Si, además, tienes nieve durante seis meses y posees las mejores infraestructuras, tienes muchas papeletas para ser la mejor. Es Whistler.

En la costa oeste de Canadá, a menos de dos horas por autopista de Vancouver, Whistler es el paraíso para los aficionados al esquí. Dos montañas, Whistler y Blackcomb unidas entre sí por el teleférico Peak 2 Peak Gondola, que posee varios récords del mundo al sumar más de tres kilómetros por el aire sin apoyo y viajar a 436 metros de altura. Toda una obra de ingeniería que es capaz de mover a 2000 personas cada hora gracias a 28 cabinas en continuo funcionamiento (dos de ellas con suelo de cristal, sólo aptas para los que no sufran de vértigo).

La estación tiene todo lo que cualquier aficionado pueda desear: recibe más de diez metros de nieve cada temporada, por lo que abre sus puertas a principios de noviembre; dispone de la última tecnología en remontes para aligerar colas, sus vistas son espectaculares y, lo más importante, dispone de más de 200 pistas de todos los niveles para que los que la visitan disfruten desde que ponen sus pies en ella: para algo es la estación con mayor desnivel de todo el subcontinente americano.

Los que alguna vez han estado en Whistler conocerán las bajadas más famosas como las de Saddle o Spanky’s Ladder. Sin embargo, hay zonas más apartadas o menos conocidas que sólo pasando allí unos cuantos días descubrirás: Symphony, con una vistas espectaculares; Crystal Ridge, una de las mejores laderas para lanzarse en días de escasa visibilidad; o El Séptimo Cielo, con muchos árboles y nieve virgen, una muy buena zona para hacer fuera-pista. El sector de ‘Dónde está Joe’ es otro de los grandes atractivos de la estación, con miles de árboles pintando un paisaje de extraordinaria belleza.

Whistler es un gran complejo y, como tal, su oferta abarca todos los campos: hay pistas doble diamante (las más difíciles) solo para expertos, pero también las hay verdes para los que quieren aprender a esquiar. Cuenta con 5 snow-parks, 3 half-pipes, parques de entretenimiento para los más pequeños y, la joya de la corona para algunos, el mejor heliski del mundo que permite esquiar en glaciares durante el verano.

¿Nunca has hecho heliski? Es algo que hay que probar al menos una vez en la vida, aunque para ello tu nivel de esquí debe ser realmente alto… y tener al menos 650 euros para darte el capricho. En Whistler puedes hacerlo y en ese precio está incluido el viaje en helicóptero, cuatro descensos, los guías y el ARVA, el sistema de seguridad que es imprescindible para deportes de riesgo en la nieve.

Para terminar, a una estación de fama mundial solo le faltaba un pueblo de similares características en la base para que el apre-ski fuera de tan buena calidad como es su nieve. ¿Difícil? No. Whistler es un pueblo completamente peatonal acondicionado por y para el turista. Cientos de bares y restaurantes se disputan a los miles de aficionados tras la jornada de esquí en un ambiente muy divertido que se alarga hasta altas horas de la madrugada… ¿Se le puede pedir más a esta estación?

En la otra punta del país, en la costa este y apenas a una hora de Montreal, se levanta Mont-Tremblant, la otra gran estación de esquí de Canadá, que ofrece pistas muy técnicas y un enorme desnivel a cuantos se acercan a conocerla. Ubicada en la provincia francófona de Quebec recibe más de cinco metros de nieve cada año, lo que provoca que sean muchos los que la visitan desde destinos lejanos. De hecho, son muchos los esquiadores que viajan en coche desde Nueva York hasta aquí cruzando la frontera y en apenas 8 horas de trayecto.

La estación está dividida en 95 pistas, con más de la mitad destinadas a los esquiadores de más nivel. De hecho, llega a tener pendientes con casi 50 grados de desnivel, lo que da una imagen de su dificultad, como la pista Ryan Haut, rodeada de árboles. No hay que dejar de bajar por Geant, una pista larga y ancha que todos disfrutan, o por Zig-Zag que, como su propio nombre indica, empalma una curva tras otra para protagonizar un descenso sin descanso. Mención aparte para los enormes bumps que pueblan las bajadas que llegan a tener casi 4 metros de altura y que provocan que no puedas despistarte ni un minuto.

Eso sí, no solo de pistas imposibles vive ‘la montaña que tiembla’, en su traducción española. De hecho, los debutantes tienen su pequeño recodo y solo tienen que pagar el forfait para llegar a esa parte de la estación, ahorrándose el que paga el resto de esquiadores por utilizar todos los telesillas de la estación (muy modernos y rápidos).

La estación quiere que el visitante tenga todas las facilidades posibles y para ello ofrece a los esquiadores que alquilan su equipo en sus propias instalaciones la posibilidad de dejarlos durante un tiempo para tomar un café o hasta el día siguiente en la estación. Es el ‘Valet ski’ y los afortunados no tendrán que cargar con su equipo hasta el hotel y volver con él al día siguiente ya que puede dejarlos en una taquilla incluida en el precio del alquiler.

Imprescindible para visitar Mont-Tremblant es ir bien abrigado: es habitual bajar de los 15 o20 bajo cero, por lo que las prendas técnicas son indispensables. Para entrar en calor es buena idea parar en alguno de los bares que hay repartidos por la estación, aunque tampoco es mala idea reservarse para cenar en los más de cien restaurantes que llenan el pueblo a pie de pistas; una preciosa villa a la europea, con suelo empedrado, en la que los restaurantes ofrecen enormes raciones al más puro estilo americano para recuperar las fuerzas después de una dura jornada deportiva.

Si eres capaz de albergar unos Juegos Olímpicos de Invierno es que eres una de las mejores estaciones de esquí del mundo. Si, además, tienes nieve durante seis meses y posees las mejores infraestructuras, tienes muchas papeletas para ser la mejor. Es Whistler.

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