Sierra de Béjar – La Covatilla, alta calidad a precios bajos para recuperar esquiadores

Pistas muy anchas, pendientes suaves y precios asequibles. Así es Sierra de Béjar – La Covatilla, una estación a mitad de camino entre Salamanca y Cáceres, elegida mayoritariamente por familias y que es la única de España que ha bajado sus precios esta temporada.

Si te cobran casi lo mismo por esquiar en una estación de 20 kilómetros que en una de 100, evidentemente elegirás la más grande y la pequeña se tendrá que conformar con los aficionados de su (más o menos pequeño) ámbito de influencia. Con esa premisa, no es de extrañar que Sierra de Béjar haya decidido romper la baraja y bajar sus precios casi un 35 % para recuperar parte del terreno perdido en los últimos años. Y a fe que lo ha conseguido.

La estación ha pasado a ser gestionada por el Ayuntamiento de Béjar y la decisión de bajar los precios ha sido muy bien recibida por los aficionados. Son muchos los esquiadores que se pueden ‘pescar’ en esa zona de influencia, tanto en Castilla y León como en Extremadura, Madrid, Galicia o Portugal. Javier Conesa, uno de los responsables de La Covatilla, se muestra más que satisfecho con la decisión y asegura que los aficionados han aumentado esta temporada recién estrenada en una cantidad considerable.

Para los que nunca hayan esquiado en Béjar, las cualidades que definen a la estación charra no son pocas: la mayor parte de sus pistas son naturales, la anchura media de los trazados es de más de 30 metros y la calidad de su nieve es primavera y aguanta normalmente hasta finales de abril. Esto provoca que, aunque suele tardar en abrir cuando el blanco elemento no llega, después se convierte en una de las estaciones que más tarde cierra la temporada.

Los esquiadores de todos los niveles tienen su pista para disfrutar

La Covatilla tiene 20,5 kilómetros esquiables con 4 remontes y un total de 24 pistas, además de un snow-park: tres verdes, siete azules y 14 rojas. No hay pistas negras en esta estación, pero eso no significa que los esquiadores de mucho nivel se vayan a aburrir. Todo el centro de Sierra de Béjar está ocupado por pistas naturales sin trabajar, todas rojas, que aportan una gran belleza a los descensos. Mientras, las pistas azules se encuentran diseminadas por el extremo derecho según bajas desde el Canchal Negro, el pico de la estación con 2369 metros y desde donde se observan unas vistas impresionantes de toda la Sierra de Gredos.

Pese a esa proliferación de pistas rojas, son muchas las familias que deciden venir a esquiar a Béjar. Por un lado, por la buena zona para debutantes que hay junto a la base, con tres pistas para aprender. Por otro, por los buenos y anchos trazados azules como Cimeras, que recorre todo el lado oriental de la estación. Y, por supuesto, por esas pistas rojas con buena nieve para que los más expertos disfruten a lo grande. Ahí, la estrella es la pista de La Cardosa, la más larga de la estación con casi 3 kilómetros de descenso y con un precioso entorno natural.

Senderistas, pescadores… y la impresionante belleza de Candelario

Cuando termina la jornada de nieve, o si decidimos combinar días de esquí con otros de vacaciones para conocer los alrededores, la Sierra de Béjar tiene mucho que ofrecer. Los pescadores están de enhorabuena ya que toda la zona ofrece áreas con mucha pesca de trucha, tanto en lagunillas como en riachuelos que cruzan la sierra. También los senderistas están de suerte ya que son muchas las rutas que parten de la sierra y que recorren parajes impresionantes. Una de las más conocidas transcurre por el Río Cuerpo de hombre, que se recorre para ver la llamada ‘ruta de las fábricas’, aunque las heladas le convierten en peligroso durante el invierno.

Pero, más allá de la sierra, si hay un destino que eclipsa a todo lo que le rodea en la zona es Candelario, uno de los pueblos más bonitos de España, con sus calles empedradas, sus callejones estrechos, sus fuentes y el encanto natural de las gentes de montaña. Casas bajas, casi todas preparadas con batipuertas (para que la nieve no recluya a los vecinos en casa), recovecos inesperados y unos riachuelos que acompañan a las calles llamados regaderas son algunos de los ‘monumentos’ que te acompañarán en una visita que debe ser imprescindible.

El ‘calderillo’ bejarano, o la fórmula más sencilla para comer rico

Patatas y carne. Con ese binomio tan español se conforma el calderillo bejarano, el plato estrella de la Sierra de Béjar y que debe su nombre al aparato donde se cocina. Este guiso se puede preparar en un caldero de metal, cobre o hierro, pero los ingredientes siempre son los mismos. La gracia está en el cocinero y en Béjar no hay otro mejor para saborear esta vianda que el maestro Manolo, que desde Casa Pavón domina los fogones y se convierte en embajador de lo mejor de la gastronomía charra.

Tampoco faltan en la zona los embutidos, algo normal estando a pocos kilómetros de Guijuelo, cuna de los mejores ibéricos. Las setas son otro de los habituales manjares de la sierra y en el Bar El Bosque de Candelario las preparan con especial esmero, aunque lo reducido de su tamaño obliga a reservar para no quedarse sin comer. Además, en temporada, podrás visitar el monte con los propios dueños del local, recoger junto a ellos las setas del campo y aprender la manera de cocinarlas antes de metértelas entre pecho y espalda. La mejor manera de terminar una jornada de nieve. ¿O no?