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Vallter 2000: nieve para todos en el Pirineo gerundense y con vistas al Mediterráneo
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A MENOS DE DOS HORAS DE BARCELONA

Vallter 2000: nieve para todos en el Pirineo gerundense y con vistas al Mediterráneo

Una estación pequeña y dedicada a los que están aprendiendo, pero muy cómoda para subir a pasar un gran día de nieve desde Girona o Barcelona

Foto: Espectacular desfile nocturno de antorchas por Vallter 2000
Espectacular desfile nocturno de antorchas por Vallter 2000

Mucho se habla de estaciones de esquí familiares y Vallter 2000 es la máxima expresión de ese concepto. Aunque no tiene más de 12 pistas, el complejo dispone de dos zonas de freeride, un snowpark y un parque lúdico donde aquellos que no dominan el blanco elemento pueden lanzarse en trineo o deslizarse en tubing, mientras los más pequeños disponen de su propio jardín de nieve.

Que ésta no es una estación para aquellos que buscan pasar una semana de esquí queda claro al comprobar que, tras su reforma, sólo tiene 10 kilómetros esquiables para los que buscan el esquí alpino y que sólo hay una pista negra que, además, no tiene más de 300 metros de longitud, el Canal de la Regalessia. El resto está orientado para aquellos que se inician en este deporte con cuatro pistas verdes, tres azules, una azul-roja y tres rojas; precisamente la bajada más larga de la estación, con dos kilómetros de longitud, está dedicada al esquiador local Jordi Pujol.

Pista de trineos en Vallter 2000 Sin embargo, para los amantes del esquí de montaña, Vallter 2000 es una gran noticia, ya que ha dedicado otros 10 kilómetros de nieve por circuitos especializados en este tipo de disciplina. Son siete rutas (dos verdes, tres azules, una roja y una negra) entre las que destaca El Xalet, la pista más conocida de toda la estación y que, en días de calor, todos los aficionados buscan al ser la más escondida del sol. Es la única que aguanta la nieve sin problemas hasta las 5 de la tarde cuando el blanco elemento comienza a escasear en el resto del complejo.

Está situada en el sector más oriental de los Pirineos y cuenta con preciosas montañas como Bastiments (de más de 2800 metros), rodeada de zonas naturales protegidas. Su orientación permite que la nieve no desaparezca incluso en días de temporal lo que, unido a su altitud, también ayuda a que sea una de las últimas estaciones en cerrar la temporada. Por si fuera poco, en días soleados se puede ver la Bahía de Rosas y el Mediterráneo desde la cafetería situada en la cota más alta.

Bajar los precios para recuperar el tiempo perdido

Vallter 2000 ha tenido que cambiar sus ideas. Tuvo que ser rescatada hace unos años por parte de la Generalitat, lo que le ha convertido en una estación de titularidad pública. Después, ha llegado la toma de decisiones para hacerla rentable y la primera ha sido bajar el precio un 20%, pasando de los 32 euros que costaba antes a los 25 que hay que desembolsar ahora (de 24 a 16 euros en el caso del forfait infantil). Los esquiadores no han tardado en aplaudir esa decisión, que intenta recuperar parte de los visitantes perdidos en los últimos años (ha perdido más de la mitad de esquiadores en apenas cinco años, pasando de 64.000 a 31.000 la pasada temporada).

Otra de las decisiones ha sido la de reinstalar muchos de sus cañones de nieve para hacer que la estación esté siempre abierta al 100%. Además, han apostado fuerte por el esquí de montaña para diferenciarse de otras instalaciones cercanas como La Molina o Masella, que están llevándose a muchos de sus esquiadores. Su cercanía a Girona, Figueres y la comarca de la Garrotxa y su buen enlace hasta Barcelona (se llega en menos de dos horas) pueden convertir a Vallter 2000 en el lugar perfecto para pasar un gran día de nieve.

Un paraíso para el senderista... y para los amantes de la buena comida

Que ésta es una estación que presta mucha importancia al montañismo y a rutas de travesía, ha quedado claro. Son muchos los que visitan todo el valle que rodea a la estación no sólo en invierno, sino también en verano, donde los días espléndidos se suceden uno tras otro. Pero si hay otra gran excusa para visitar toda esta zona, es la gastronomía y sus paisajes. Junto a Vallter 2000 nace el Río Ter y ahí se encuentra Ulldeter, traducido como 'el ojo del Ter' en referencia al nacimiento del río, una zona espectacular que se puede visitar teniendo como centro de operaciones un refugio situado en la falda del Gra de Fajol, en el término municipal de Setcases.

Precisamente aquí está uno de los grandes templos gastronómicos que uno no puede dejar de visitar, Can Llepet, que basa su cocina en los productos autóctonos del pirineo gerundense. La esqueixada de bacalao y la patata escumada son dos obligaciones que hay que probar. Muy cerca, en Llenars, está el Hotel Grevol Spa, que también posee un restaurante de quitarse el sombrero y que ofrece menús de degustación con productos catalanes de temporada, aunque no es precisamente barato.

Pero la joya de la corona, sin desmerecer al resto, es Camprodón, un precioso pueblo medieval en el que las fuentes cobran un gran protagonismo. Son muchos los turistas que pasan por aquí tanto en invierno como en verano y buenos los fogones que los reciben con los brazos abiertos. En Can Jeroni, en la pedanía de Beget, se comen unos canelones de setas exquisitos, mientras el restaurante Antic Mas dispone de menús por 20 ó 25 euros para probar lo mejor de la gastronomía del valle. Pasear por las calles de Camprobón y por sus alrededores es la mejor manera de terminar un fantástico día de nieve.

Mucho se habla de estaciones de esquí familiares y Vallter 2000 es la máxima expresión de ese concepto. Aunque no tiene más de 12 pistas, el complejo dispone de dos zonas de freeride, un snowpark y un parque lúdico donde aquellos que no dominan el blanco elemento pueden lanzarse en trineo o deslizarse en tubing, mientras los más pequeños disponen de su propio jardín de nieve.

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