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Astún: cuando pisar la nieve se convierte en un arte para que lo disfruten los esquiadores
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La estación en la que es imposible perderse

Astún: cuando pisar la nieve se convierte en un arte para que lo disfruten los esquiadores

Una estación familiar y perfecta para los que no se orientan muy bien en la montaña, ya que siempre se termina llegando al mismo punto de partida.

Foto: Astún, una de las estaciones clásicas del esquí español
Astún, una de las estaciones clásicas del esquí español

Situado estratégicamente entre Formigal y Candanchú, apenas a un par de kilómetros de la frontera con Francia, Astún es una de las estaciones clásicas de España, con casi 40 años de historia a sus espaldas, casi tantos como kilómetros esquiables tiene en sus pistas. Una estación familiar en la que cada vez está ganando más terreno el snowboard gracias a su snowpark y que tiene una característica que le hace casi única: cojas la pista que cojas, siempre terminarás llegando al mismo sitio, el lugar de donde partiste.

Pero si algo distingue a Astún es la calidad de su nieve. Los pisteros son famosos entre los aficionados de todo el Pirineo por la calidad de su trabajo y sus pisados dejan el blanco elemento en perfecto estado para disfrutarlo. Sus pistas son perfectas para el esquiador de un nivel medio o aquel que está empezando, ya que ofrece trazados para ir progresando y arrancar casi de cero para subir poco a poco de nivel. Hay 10 pistas negras, 21 rojas, 18 azules y 5 verdes, aunque la zona de debutantes llamada Manantiales ha sido reducida y se colapsa en las semanas blancas con las visitas de colegios e institutos.

Por el contrario, las mejoras de los últimos años al modernizar los telesillas han hecho que llegar a las pistas más divertidas de la estación como son las de Truchas y La Raca haya pasado de ser casi un calvario a una experiencia más que positiva. Los aficionados más avezados no pueden dejar de bajar por Llanos del sol, una preciosa pista negra, mientras que los que se atreven con los fuera-pista tienen muchas opciones y muy buenas, aunque la mejor será la conocida como Zona de Pinos, un trayecto que discurre por detrás de la estación hasta que llega al valle de Canal Roya.

Dos de las apuestas más importantes de Astún son el snowpark y la escuela de esquí. Para los amantes del snowboard tienen el 'Sarrios Snowpark Astún', con 16 módulos de los que cuatro son saltos. En cuanto a los más pequeños, hay más de quinientos niños distribuidos entre cinco clubes que visitan la estación cada semana para disfrutar de la nieve desde la primera edad.

Mención especial para el quebradero de cabeza por antonomasia de la estación, su carretera de acceso. Son apenas dos kilómetros desde el desvío de la nacional 330, pero están llenos de baches y agujeros que ponen en peligro los amortiguadores más resistentes. Desde la dirección de Astún aseguran que bastante hacen con parchear la carretera cada temporada, ya que es algo que no les compete, como tampoco las zonas de monte que están sobre esa carretera de acceso y que ellos mismos se encargan de acondicionar para evitar avalanchas, pese a que no están obligados a ello. El nuevo Plan General de Urbanismo de Jaca debe arreglar de una vez por todas ese problema por el bien, sobre todo, de los aficionados que pagan por disfrutar de su deporte favorito.

Innovando a la búsqueda del cliente

Son muchas las iniciativas que busca Astún para atraer a nuevos clientes, como un forfait de seis días por sólo 99 euros para los que ya tienen el pase de temporada de otras estaciones. Con esa idea buscan que otros esquiadores laconozcan a un precio asequible y confían en sus instalaciones para que la próxima temporada cambien su estación habitual por ésta. Además, esta temporada se han sumado a otras estaciones de la zona y han implantado el Skibús Astún, el autobús que desde Zaragoza te lleva ida y vuelta a las pistas con forfait, bocata y refresco incluido por 44 euros. Si sólo quieres el transporte, tendrás que abonar 20 euros.

No son las únicas innovaciones de una estación que quiere ir más lejos y, para ello, está entrando de lleno en el mundo de los drones, esos pequeños aviones pilotados por control remoto que pueden ofrecer muchas ventajas para el mundo de las estaciones de esquí. Desde Astún confían en que puedan ayudar en la localización y rescate de esquiadores y han organizado varias exhibiciones en las últimas semanas con la mejor tecnología disponible hoy en día.

Jaca, donde comer después de esquiar es sinónimo de disfrutar

Jaca es donde pernoctan la mayoría de los esquiadores que visitan Astún, ya que el único hotela pie de pista es el Europa, con una magnífica ubicación pero que necesita una reforma. Por eso, el après-ski en esta localidad oscense es una garantía de variedad y calidad. Hay opciones para todos los gustos y bolsillos, pero destacan unos cuantos 'clásicos' que merecen una visita obligada. La tasca de Ana sólo tiene un problema, su poco espacio, pero lo suple con una cantidad impresionante de manjares coronados por las famosas Maites, unas empanadillas de queso y gambas que se sirven por centenas cada día. Las patatas asadas del bar La Campanilla (que también es pensión) son famosas en todo el valle. Eso sí, atención a los despistados: la patata sólo se sirve por la tarde.

Tampoco hay que olvidarse de las migas de La Fragua, un asador en mayúsculas, las tapas variadas del Gorbea y el Marboré y las hamburguesas del Bar Esteban, famosas por toda la comarca y al que se conoce como McEsteban. Jaizkibel, el único restaurante vasco de Jaca, ha conquistado tres premios en el último concurso de tapas, lo que le mete en la ruta del après-ski por derecho propio. Por último, en Casa Luis se dan cita dos tipos de clientes: los esquiadores que van a desayunar antes de una jornada de nieve y los más trasnochadores que buscan unos bocadillos que hacen resucitar a un muerto para terminar la noche a lo grande.

Situado estratégicamente entre Formigal y Candanchú, apenas a un par de kilómetros de la frontera con Francia, Astún es una de las estaciones clásicas de España, con casi 40 años de historia a sus espaldas, casi tantos como kilómetros esquiables tiene en sus pistas. Una estación familiar en la que cada vez está ganando más terreno el snowboard gracias a su snowpark y que tiene una característica que le hace casi única: cojas la pista que cojas, siempre terminarás llegando al mismo sitio, el lugar de donde partiste.

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