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Roglič resucita y Thomas aguanta el día que Almeida casi pierde los calzoncillos
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DECIMOCTAVO DÍA DE GIRO

Roglič resucita y Thomas aguanta el día que Almeida casi pierde los calzoncillos

La resurrección del esloveno llegó para recortar la distancia perdida en Monte Bondone. La etapa se la llevó Zana gracias a una fuga que dejó muy lejos a todos sus rivales

Foto: Roglic, durante la decimosexta etapa del Giro. (Reuters/Jennifer Lorenzini)
Roglic, durante la decimosexta etapa del Giro. (Reuters/Jennifer Lorenzini)

Querida Mari Vane:

Zoldo Alto es un sitio muy bonito. Está rodeado de montañas preciosas. A esas montañas les dicen Dolomitas, por no sé qué de su composición. Bueno, qué más da. El caso es que vaya paisajes, Mari Vane, vaya paisajes.

Eso sí, para llegar hasta Zoldo Alto hay que subir. Sí, ya sé, Mari Vane, que si se llama “Zoldo Alto” lo lógico es que esté alto, pero es una licencia poética, coño. Y eso, que debes subir mucho. Los ciclistas, hoy, tuvieron que subir mogollón de puertos. Mañana tienen más, y más duros, que no sé yo si la posición de esta etapa era mejorable, también te digo. Pero bueno, no me pongo de mala leche, Mari Vane, que esto es una carta de buen rollo.

Decía que puertos. La Crosetta, por ejemplo, que es uno de esos bien gordos, con mucho al ocho por ciento Fregona arriba. La Crosetta es que pasa por Fregona, no hago chistes. Luego bajamos, y llegamos hasta Pieve di Cadora, y subimos Cibiana, que empieza en Venas (juro) y tiene también algunos puntos de mucha pendiente, Mari Vane, que es cosa digna de verse cómo escalan aquí los asfaltos. Y ya, después, tiramos hasta Val di Zoldo, Mari Vane, que los italianos estos han llamado al puerto Coi, como eso que estaba presidido por un falangista, y ese Coi (el del falangista no, el nuestro) tiene seis kilómetros a casi el diez. Vamos, que es como El Escudo, Mari Vane, seguro que recuerdas El Escudo, de cuando subimos a por sobaos (y, ya que estábamos, te enseñé El Escudo y La Matanela). Sucede que esto tiene incluso mayores rampas, que te marcan el diecinueve, y eso es como Peña Cabarga, Mari Vane, ¿te acuerdas de Peña Cabarga? Sí, mujer, subimos una noche a Peña Cabarga. Mira, mejor no sigo, Mari Vane, porque nos está quedando todo demasiado personal. Ah, después de Coi dos kilómetros y dos kilómetros, de bajada y de subida. Llegaban a Palafavera los corredores, que es un nombre bien bonito, todo esto está lleno de nombres bonitos, Mari Vane.

Verás que mis cartas, Mari Vane, son más extensas últimamente. Es que tampoco hay mucho que contarte sobre el Giro, así que tengo tiempo libre para pensarme las soflamas de amor, las epístolas henchidas de sentimientos. Mira, Mari Vane... con sinceridad. Es dramático, dramático. ¿Recuerdas, Mari Vane, que yo te hablaba sobre lo bonito que era este deporte, sobre esa mezcla de épica y mamarrachidad que tanto me gusta? Pues nada, quedó olvidao, se perdió como lágrimas en la lluvia, Mari Vane. Ya ni siquiera quedan mamarrachos, solo acomodaos. Ay

placeholder Los aficionados están muy animados con el Giro. (EFE/Javier Lizón)
Los aficionados están muy animados con el Giro. (EFE/Javier Lizón)

El ataque de Almeida

Te comento un poco, Mari Vane, cómo quedó el tema tras el Bondone. Mira, se nos redujo el Giro a tres paisanos. Que, oye, antes eran los mismos tres paisanos, porque el resto daban menos confianza que el relato de un globero, eh. De rosa anda Geraint Thomas. Hoy cumplió treinta y siete años, Geraint Thomas. Treinta y siete años es edad, sí, para irte a tu casa, criar churumbeles, hacer críticas desde el sofá, escribir monerías. Pues este... no. Pero mira, Mari Vane, que Geraint ya andaba por ahí en el Tour de 2007, el del Pollo y Contador, imagina si lleva tiempos en esto. Ah, ese año hizo el 140 de la general. Penúltimo. Pena de seis minutos con Wim Vansevenant, porque nos quedaba un relato de “qué fantasía”... Se le ha visto fuerte, a Thomas, pero yo es que lo miro y veo un tío grandote, veo un corpachón, debe sufrir, por narices, más allá de Misurina, en todo el Lussari. Pero vete a saber.

Luego está Almeida, que es el más jovencillo, y que gasta un bigote de esos que gastan quienes aun no empezaron a afeitarse. Digamos que atacó en el Bondone, que tiene un estilo horrible (parece una bola encima de la bici, más chepa que Rominger subiendo Cerler), que va a más, que debería ser gran favorito. Pero no sé, Mari Vane... es que me aterra que gane Almeida el domingo. Yo leo la frase Victoria de Almeida el domingo y descuadro imagen...

Y luego está Roglič. Primož Roglič. Que traía historial y credenciales como para recibir el trofeo ese chulísimo del Giro desde el momento en que Evenepoel pilló bichín. Sucede que flojeó en Bondone, y que lleva mucho tiempo flojeando aquí y allá, e igual no lo notamos mucho porque suda clase y esa clase le basta para ganar cosas tochísimas, cosas que no huelen la mayoría de grandes líderes (que son líderes porque toca, también te digo, porque en los top ten debe haber diez), pero... No sé, yo no le tengo mucha fe, Mari Vane. De hecho no tengo fe a ninguno (ni a Geraint, ni a João, ni a Primož), pero es que alguien acabará ganando...

Y bueno, que te cuento más o menos lo que hemos visto hoy.

Ya sabes cómo empiezan estas cosas. En Crosetta salta este, salta aquel, salta Pinot, salta Frigo, salta Zana, salta Gee, saltan unos cuantos. Abren metros, pero son solo metros, porque Crosetta agarra de cojones, y porque, por detrás, va tirando el equipo de Roglič como si Roglič calzase rosa, y, en realidad, Roglič va metidito en el pelotón, y no en cabeza, y no sé, chico. Ah, se descuelgan unos cuantos, aunque, sobre todo, se descuelga Healy, que es el tío que más mola del mundo mundial (y de este Giro de Italia). Hay ritmillo, no ritmazo pero sí ritmillo... hasta que deja de haberlo. Y sigue el equipo de Roglič en cabeza, y ya está Roglič más adelante, así que igual (solo igual) su propia escuadra ha destapado problemillas del esloveno, porque destapar problemas en la domus es de guapos.

placeholder Roglic es tercero en la general, a 29 segundos de Geraint Thomas. (EFE/Biel Aliño)
Roglic es tercero en la general, a 29 segundos de Geraint Thomas. (EFE/Biel Aliño)

La escapada de Thibaut y Frigo

Y eso, que finalmente se marchan Thibaut y Frigo, y luego está el mozuco ese, el Pronskiy, y después sospechosos habituales, y después el pelotón, y sigue Primož bastante atrás en el grupo, pese a que los suyos llevan un autobús puesto que ríete de Clemente jugando contra el Newteam. Sucede que los Ineos no son tontos (ejem), y ven que algo raro pasa, y se les cortocircuita la mentalidad, porque ellos vinieron aquí a hacer lo que hacen siempre, pero ahora, no sé, prueba, prueba algo, así que ponen a alguien ahí, para que tire, y estira un montón el grupo, y los Jumbo resguardaos, y Primož que sigue más escondido que Guti jugando en Las Gaunas, y eso... pintan cosas.

Vale, estabilizamos. Escapada clásica (pero clásica-clásica, los nombres que ustedes piensan, los nombres que son), grupo grandote detrás que si mira, que si mejor meh. Más bien que si mejor meh, para qué mentirte, Mari Vane. Así que a sumar kilómetros, que tampoco es malo, sumar kilómetros, de eso iba este deporte, de sumar kilómetros, hasta que llegó la actual hornada de ciclistas, los que piensan que esto va de tirarse fotos en instagram y escribir posts. Sumar kilómetros, tira el equipo del líder, todo para Cibiana, Coe et al.

Pasa que… bueno, pasa que empiezan a subir Cibiana (que es un pepino curioso) y… nada, el pelotón se abre, se abre a todo lo ancho del empedrao (solo que tiene asfalto), se abre todo lo abrible, aparecen en vanguardia tíos del Puertas Mavisa, del Artiach, del Monteverde, del Zahor. Se abre y van con ese pedaleo de ir sin forzarse uno, de meterte 20 más en cadencia cuando le dé la gana, de bajar 17 dientes en menos que te suelta una hostia Hinault. Vamos, que fumada. Vamos, que vergüencita. Andaba yo con la moscuca de estar asistiendo a las últimas horas de Roglič como candidato a Grandes y…

Cibiana fumao. Esta gente debe gastar unos pulmones para el arrastre. Eso sí, podría ser peor… si lloviera se suspende todo.

(Ah, enfocan uno de los museos Messner. Vivan Reinhold, hostias ya. Reinhold no permitiría estos bochornos).

placeholder Geraint Thomas, que mantiene la 'maglia' rosa', saluda a la afición. (EFE/Chema Moya)
Geraint Thomas, que mantiene la 'maglia' rosa', saluda a la afición. (EFE/Chema Moya)

El acercamiento de los rivales

En fin, Mari Vane, que me despisto. Todo para los dos puertos del final, todo para quince kilómetros con principio suave y bajadita intermedia. Todo para las pesetas, los ataques que berrean cuatro flipaos en redes y titulares clickbait tipo BESTIAL. Todo para eso, Mari Vane, te lo juro.

Todo.

Por delante… Pinot. Pinot que va medio en canicas, Mari Vane, Pinot que salta, que espera, que pedalea feísimo, Pinot que se enfada con uno, que va mirando rebecos, Pinot que no quiere irse, porque ninguno queremos, no, que se vaya Thibaut. Con él Zana (tremendo Giro), con él Gee (tremendo Giro), a pocos metros Warren Barguil (tremendo lo feísimo que es su casco). En pelotón quedan unos quince, pero es que son los quince que van sufriendo, porque los otros se dieron mus, que el fuera de control anda por catorce horas (aproximadamente).

Y entonces… peta Almeida. Quedan un montón de tíos, y peta Almeida. Sin que haya ataques de verdad, peta Almeida. Tiene gregarios, tiene a Vine… pero peta Almeida. Vale, es su estilo, fijo que se pone a remontar… pero peta Almeida. Y peta en distancia y terreno de perder hasta los calzoncillos (diferencias de 2023 style, obviamente). Kuss aprovecha, tira y se mantienen cuatro. El rosa, su compañero Primož y ese extraño elemento que es Dunbar.

Hasta que… ¿recuerdan lo de que Roglič iba a quedar enterrado esta tarde? Jajaja, cómo manejas de bicis, Pereda. Pues ataca. Y, con él, solo Thomas. Y luego Kuss, que parece tener gasolina esta última semana para ganar en Lavaredo, arrancar tres Lamborghinis y subirte el Matterhorn.

placeholder Joao Almeida no estuvo tan fino en esta etapa. (EFE/Biel Aliño)
Joao Almeida no estuvo tan fino en esta etapa. (EFE/Biel Aliño)

El sufrimiento de Almeida

(De hecho, Mari Vane, hay un momentito en que los dos más fuertes parecieran Sepp y Jay Vine. Gregarios, vaya. Se hace raruco, porque Marino Alonso nunca preció más fuerte que Indurain, pero sic transit gloria mundi, Mari Vane, sic transit gloria mundi).

A ver, las diferencias son mínimas, y hasta se ven al final del descenso (desde Coi bajan dos kilómetros, que es como llamar puertos separados a Yermo y San Cipriano), pero está el asunto tan, tan… que cualquier centésima te vale, supongo. Agónico, eso sí, porque Abraham Almeida Olano es uno de los sufridores grandes en nuestros tiempos, Mari Vane, que da gusto verlo sufrir, a Abraham Almeida Olano.

Etapa… sprint entre dos… Zana y Pinot. Todos tifamos a Thibaut, vence Zana, como era previsible. Ay. Lavaredo te espera, Pinto, Lavaredo te espera. Por detrás… pues diferenciucas. Roglič y Thomas juntos, y vuelven a ser los máximos favoritos, y meten un ná a Almeida, meten un fiu a Almeida, meten 20 segundines a Almeida. Que mala sensación, Almeida, pero si era su día malo…salvadete.

Y eso, Mari Vane… muy parecido a cuando empezamos la carta. Realmente es que te cuento todos los días cosas muy de este rollo, pero no hay más, Mari Vane, no hay más. Yo ya lo siento. Bueno, igual mañana, por el Giau.

Tengamos esperanza, Mari Vane.

Un beso.

Querida Mari Vane:

Remco Evenepoel
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