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Evenepoel da primero en el Giro de Italia: gana la primera etapa y manda un mensaje a Roglič
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OTRO AÑO MÁS

Evenepoel da primero en el Giro de Italia: gana la primera etapa y manda un mensaje a Roglič

Remco fue el mejor en el comienzo de esta edición, que dominó de principio a fin gracias a una sensacional salida. El esloveno será el adversario a batir en el país transalpino

Foto: Evenepoel celebra la victoria en la etapa. (Reuters/Jennifer Lorenzini)
Evenepoel celebra la victoria en la etapa. (Reuters/Jennifer Lorenzini)

Empezaba el Giro de Italia, y todos estábamos contentos de narices con ello, porque el Giro siempre apetece, el Giro es como un negroni a media tarde, como el pincho de tortilla a las 12, como esa última que no debes tomarte. Pero, coño, joder, venga, va, mañana trabajo, pero venga, va, pide... Eso es el Giro. Y también alborozo, y pasión, y muchos colores, y nieve, y calorazo, y un montón de transalpinos pasados de rosca (y perdonen que repita ideas), animando en sendas y quitamiedos.

Eso. Me encanta el Giro.

El Giro empezaba con una crono, y luego tendrá otra crono, y después otra crono más, solo que subiendo por cuestas de cabras, y eso es crono pero menos crono, y los equipos dicen que meh, que nanai, que por ahí imposible, que ellos huelga, que cómo vamos a hacer lo que nos comprometimos a hacer, que cinco meses para reconocer el asunto son poca cosa, porque entre compromisos familiares y leerme el último libro de Stephen King (hay que ver lo que escribe este hombre) pues no tuvimos tiempos, y eso sí que no, eso sí que no. Veremos, pero la misma intencionalidad nos recuerda a establecimientos con lucecitas muy, muy rojas que abren solo al caer el sol...

Queda tanto para ello...

Pero volvamos al Giro. Que me encanta el Giro. Y hoy empezaba el Giro.

placeholder Los aficionados se congregaron para recibir una nueva edición del Giro. (Reuters/Vincent West)
Los aficionados se congregaron para recibir una nueva edición del Giro. (Reuters/Vincent West)

El favoritismo de Evenepoel y Roglič

¿Favoritos? Pues dos. A ver, vamos a ponerles más, porque estamos aquí para eso, para vender burras bien gordas, pero esto es como los análisis al principio de cada Liga, que siempre te cuentan si "ojo con el Sevilla este año" o "el Valencia está haciendo las cosas muy bien", pero tú sabes (sabes) que eso es del Barça, o del Madrid, o del Atleti como mucho, pero, oye, todos fingimos no saber, fingimos ilusiones, fingimos que sí, será una Liga con los seis primeros muy apretados, no hay rival pequeño, partido a partido, si las lágrimas no te dejan ver el cielo tus ojos no podrán ver las estrellas, o mierda similar, y etcéteras.

Pero... Favoritos, favoritos, lo que se dice favoritos... Remco y Primož. Por palmarés absoluto deberíamos hablar antes del esloveno, pero yo tengo más fe por el flamenco, así que... Además, el belga calza peor hostia (lo que siempre es una virtud en estos rollos) y ningún belga ha ganado el Giro desde Johan de Muynck, así que el asunto sería tirando a histórico (también sucedió a Freddy Maertens en la Vuelta, que es órdago mayor). Remco llega como un tiro después de lo de Lieja, aunque con el (leve) dubitar de la Volta a Catalunya, porque Mont Caro es mucho Mont Caro, y meter plato grande arriba de Mont Caro, Remco (aunque no fuese arriba-arriba de Mont Caro, Remco) es cagadilla bien grande. Con todo... primer aspirante, al menos para mí. Queda verlo en Croix-Coeur (no se pierdan Croix-Coeur) y en el Giau (no se pierdan el Giau). El resto... En fin, queda verlo en Croix-Coeur y en el Giau.

Y luego está Primož Roglič. La última vez que anduvo por aquí casi pierde el pódium después de que sus directores parasen a echar una meadilla sobre el Lago di Garda (esas meadillas sobre el Lago di Garda relajan mogollón). Con decirles a ustedes que por poco lo adelanta Mikel (si preguntan qué Mikel pueden irse a paseo, hostias, ya) pues imaginan el desaguisado. Roglič tiene experiencia, tiene equipo (aunque mermado entre covids y accidentes), tiene un reprís buenísimo cuesta arriba y tiene muescas de sobra como para contarle chistes de Faemino y Cansado a Evenepoel. Queda por ver si aguantará bien una prueba que nunca le fue (del todo) amable, y si los años...

Y después... el caos. La nada. El caos.

La nada.

placeholder Roglic es uno de los candidatos a ganar el Giro. (Reuters/Albert Gea)
Roglic es uno de los candidatos a ganar el Giro. (Reuters/Albert Gea)

Las ausencias de Pogacar y Vingegaard

Tao Geoghegan Hart es un tipo... rarete. Le gusta la Historia de la Edad Media, lee mogollón, no da una pedalada por sus compañeros y tiene más pinta de inglés que el príncipe Harry hasta el culo de pudin y birra mala. Tao tiene un Giro en su palmarés, aquel Giro raro de noviembre. Vuelvan a leerlo... Tao tiene un Giro en su palmarés (nadie, salvo el señor Scottex, sacó tanto rendimiento a la pandemia como Tao), y luego su mejor puesto fue un séptimo en la Clásica de Villacochinos Alto (aproximadamente), solo que lleva añuco interesante, y yo lo veo candidatísimo al pódium, y eso no habla bien del pódium, pero, oye, qué se le va a hacer, faltando Tadej y Vingegaard pues tampoco es que tengamos a Moser o Saronni (ojalá Moser y Saronni, para ver quinquilladas bien gordas). Tengan un ojo sobre él, y quítenselo a su compi Geraint Thomas... es una impresión mía.

Ah, también puede hacer algo Jay Vine, que viene directo desde la playa, y con una trayectoria más peculiar que el Dropbox de Haruki Murakami. Se salió en la crono (para lo que debería ser, aunque yo ya no sé lo que debería o no debería ser), y quizá acabe volando en Crans Montana, y salga despedido a la estratosfera, y mira, chico, a mí qué me cuentas... Confianza cero en su resultado final, pero como me van a sacar ustedes esto dentro de tres semanucas pues aquí lo dejamos expresao.

Luego eso... Vlásov, Almeida, el tipo inesperado que siempre asoma por el Giro, mi primo Josealberto, que anda bastante, quizá Miguel Indurain, porque lo vi muy bien en una cicloturista... Es que es difícil rascarles vedettes, a mí no me miren, es que es difícil...

Y, bueno... la crono. Más de 20 minutos. Hace años sería cosa menor, hoy en día casi es la de Luxemburgo. Todo llano por un carril bici (un carril bici de verdad, no como el que tienen ustedes en su ciudad, que te pintan la acera de color encarnao y, hala, ya es un carril bici, vamos a poner en peligro a niños y abueletes), final picando para arriba (para arriba bien, para arriba en serio, para arriba más que el Poggio, háganse cargo) Así que podría haber distancias. Si suman que los dos favoritos son, también, dos de los mejores contrarrelojistas que tenemos aquí pues... Diferencias y expectación. Unas risas.

placeholder Evenepoel celebró el buen comienzo en el Giro. (EFE/Luis Díaz)
Evenepoel celebró el buen comienzo en el Giro. (EFE/Luis Díaz)

La salida de Evenepoel

Evenepoel salió que daba miedo. Miedo. El maillot de campeón belga siempre impone (es el que llevó Eddy Merckx) y tenía un casco feísimo que también imponía lo suyo (es el que llevaban los stormtroopers). En serio, hay que hacer algo con la falta de estética en el ciclismo, porque cualquier día nos encontramos piernas peludonas y calcetines hasta la ingle... pero si Vlásov hasta lleva un pasamontañas, que parecía Juanito Mühlegg sin espumarajos, que parecía el Sub-Zero del Mortal Kombat. Roglič más atrancadete, Ganna con aspecto de ventilarse la crono y salir pitando hasta la Milan Fashion Week. Entre ellos debería andar el tema. Sumen a Geraint Thomas, porque a un jaune siempre hay que sumarlo, y sumen a Küng (aunque Küng es especialista en derrochar vatios y destrozar predicciones).

Al final... pues miren, lo pensao. Thomas que se hunde en la subida final (durilla, pero tampoco un Grammont), Küng que la va cagando desde el principio, Almeida que se sitúa de forma cuquísima (Almeida se llama João Pedro Gonçalves Almeida, que es un nombre como para decir siempre, porque no hay nombre más luso en toda la historia de los nombres lusos, salvo, quizá, Gonçalo M. Tavares... lean a Gonçalo M. Tavares, por favor), Roglič petardea bastante (aunque al menos no parece calvo, como el día de La Planche), Tao cumple por encima de lo esperado (pero es que se esperaba algo muy regular), Ganna se defiende, pero solo se defiende... ¿Y Evenepoel?, se preguntan ustedes... ¿qué nos cuentas de Evenepoel?, Marcos Pereda, que te pagan por hablarnos de Evenepoel, Marcos Pereda. Pues miren... arrasador. Acoplado, con cara de haber invertido en preferentes, pegando unos meneos a los pedales como para cambiar bielas esta misma tarde. Cuando camina (y hoy caminaba) Evenepoel desprende sensación de potencia cual Mikado (o cual patada de Tong Po). Exhibición tremebunda, parcial incontestable, subida para enseñarles a los niños cuando no quieran comerse la sopa, si no te comes la sopa vendrá Remco Evenepoel y ya verás, ya...

Primeras distancias, primeras impresiones. En segundos... bueno, nada definitivo, claro, porque faltan tres semanas, y 250 de Categoría Especial, y trampas de escoriar ciervos, y todo lo que puede ocurrirte en 20 días por Italia, que no vean ustedes la de cosas que pueden pasarte, sí, en 20 días por Italia. Pero acojonar... acojona... Medio minutito a Almeida (João Pedro Gonçalves Almeida, voy a intentar decirlo cada vez que lo cite en esta Corsa Rosa), 40 segundos a Tao (que está dando saltitos en su habitación mientras lee libros sobre Carlomagno), otro puñado a Roglič (teniendo en cuenta cómo andan en su equipo debería salvar estos días iniciales sin más pérdidas, y sin un test de embarazo positivo), a Thomas, a Vlásov, y a esta gente.

Rosa inicial para Remco. Nunca ante fue líder en el Giro, se le está poniendo cara de triscarse récords. Tiene 23 años, tiene buenísima pinta. Luego será lo que sea, pero en Ortona, mirando a los Abruzzos, nadie pudo competir con él. Nadie. Pero es que quedan tantos montes, tantos valles, tantas estrategias y tantos prados italianos llenos del brochazo primaveral... Qué bonito todo, pro cómo nos gusta el Giro.

No se lo pierdan, amigos.

Empezaba el Giro de Italia, y todos estábamos contentos de narices con ello, porque el Giro siempre apetece, el Giro es como un negroni a media tarde, como el pincho de tortilla a las 12, como esa última que no debes tomarte. Pero, coño, joder, venga, va, mañana trabajo, pero venga, va, pide... Eso es el Giro. Y también alborozo, y pasión, y muchos colores, y nieve, y calorazo, y un montón de transalpinos pasados de rosca (y perdonen que repita ideas), animando en sendas y quitamiedos.

Remco Evenepoel
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