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El Cabo de Gata, mejor para las vacaciones: una Vuelta dominada y aclarada por Evenepoel
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DUODÉCIMA ETAPA

El Cabo de Gata, mejor para las vacaciones: una Vuelta dominada y aclarada por Evenepoel

El belga mantiene el maillot rojo y domina el campeonato sin titubear. De hecho, en las cronos era bueno, pero ahora es aún mejor. Se esperaba victoria, pero no aplastamiento

Foto: Carapaz celebra su triunfo en la duodécima etapa de la Vuelta. (EFE/Javier Lizón)
Carapaz celebra su triunfo en la duodécima etapa de la Vuelta. (EFE/Javier Lizón)

A los niños malos de España les cuentan historias de Evenepoel. Si no te comes la sopa vendrá Evenepoel y te doblará en la crono. Si vuelves a pegar a tu hermano, llamo a Remco y te hace sufrir en una rampa al tres. Aproximadamente. Qué bonito es sentirse niño, ¿verdad?

A Enric Mas y Primož Roglič pues... lo mismo. Digamos que el flamenco tiene esto amarrado. Pero amarrado, amarrado. Por activa y por pasiva. Por activa porque, coño, es el más fuerte, y ha sacado diferencias (más o menos) en todos los días donde pudo hacerlo. Por pasiva... en fin, tampoco es que quede una Cuneo-Pinerolo en esta Vuelta a España, y si ustedes esperan zafarranchos desde lejos igual deben conformarse con la Morcuera, que es un puertito de nah pero bien situado en Madrid, de aquí de Madrid, Madrid me mata, la Morcuera que es casi como la Movida (mucha fama, muchos pijos), esa Morcuera, seguro que saben de lo que hablo. Vamos, que no. Que lo mismo descuelga Mikel Landa a Dumoulin, pero solo pasa una vez en nuestra existencia (aproximadamente). Así que dejo aquí escrito el bofetón: amarrado.

Pasen después a pegarme hostias, si eso.

A ver, pone de su parte. Evenepoel, digo. En crono ya se sabían sus poderes, pero esta Vuelta los ha multiplicado. De Superlópez a Supermán (he sido generoso, el cambio de Dani Rovira a Henry Cavill es más dramático). Vamos, que se esperaba victoria, pero igual no (tanto) aplastamiento. Un minuto (casi) a Roglič, dos (casi, a punto de doblarlo) a Enric. En el entorno de los tres minutos ambos, si miramos la general. Yo esto ya lo he visto muchas veces, colegas.

placeholder Enric Mas, durante una etapa de la Vuelta. (EFE/Javier Lizón)
Enric Mas, durante una etapa de la Vuelta. (EFE/Javier Lizón)

Las rarezas de López

La crono sirvió para eso... exhibición de Evenepoel, primera victoria parcial en una grande para el belga (ay, ese Vine que nos hurtó privilegio a los cántabros). Y luego dejó rendimientos tróspidos, que es algo muy Vuelta a España style. Yates, Almeida (que tiró por otro camino, incluso, porque iba a comprarse una novela de Fernando Pessoa), Rohan Dennis, Juan Ayuso. Miguel Ángel López también lo hizo raro (por bueno), pero sus cosas son trambolikas y no tróspidas, ya saben. Dobló a Jai Hindley, que vaya risas con Jai Hindley, que sigo sin conocerlo de cara, a Jai Hindley, y además lo ha doblado López, a tu amigo Jai Hindley. Jai Hindley ha hecho este año dos cosas aparentemente fuera de su alcance: lo del Giro y esto con Miguel Ángel. En fin. Bravo, Jai, bravo. Salúdame por la calle, Jai, que no sé quién eres, tío, que ni idea. Valverde perdió cuatro minutos, Landa cinco, los dos rompieron a sudar bastante poco.

Un pequeño apunte para Carlos Rodríguez. Cuarto en la etapa (no es su terreno), cuarto en la general (no es su momento, aun no es su momento). Gran actuación. Tiene veintiún añucos y postula seriamente a pódium. Yo aún no le doy mucho bombo (están ustedes saturados de la Spanish New Wave en otros medios más sensacionalistas y menos sensacionales), por aquello de esperar hasta nuevas montañas. Pero pinta bien. Pinta muy bien.

Remco de rojo, resumiendo.

Vale, Cabo de Gata. Bien si son ustedes hippys, bien si buscan nudismo, bravo si tienen westfalia con matrícula de 1968, olor a canuto en los asientos y dos o tres perros detrás (es un tópico, que nadie se me enfade, no es como cuando hablo de los calvos). Mal si se hace llamar ciclista y corre la Vuelta a España. Al menos esta Vuelta a España. Al menos en este día. Vamos, que menudo coñazo el Cabo de Gata, tú. Pero importantísimo, ¿eh?, un plomo de dimensiones astronómicas, la etapa que durmió a Freddy Krueger, la que tuvo tanta acción como siete temporadas de Frasier. Ni el público animó cotarro, porque como aquello es casi desértico pues... parecía la etapa de Andorra en 1994, que al colega Ángel Yesid no fueron a verlo ni los familiares...

placeholder El pelotón, durante la duodécima etapa. (EFE/Javier Lizón)
El pelotón, durante la duodécima etapa. (EFE/Javier Lizón)

La caída de Alaphilippe

Y eso, que la previa estuvo interesante, porque hubo positivos a montones. Jajaja, positivos a montones, prueben el mismo chiste en el Giro de 2001 y ya verán las risas. Acabó Olano en el pódium, no les digo más... Y eso, que positivos, pero Covid. Tres muchachos del Kern, Sivakov, Simon Yates. A efectos de trascendencia en lo que queda... pues miren, meh. Simon puede garantizarte ataques, y hundimientos, y ese mover de culo que tiene cuando sube rampones gordos. Pero, siendo realistas... pintaba a figurante. Así que, por ese lado, nada. Pero quizá merezca una pequeña reflexión. Sobre cómo el ciclismo lleva varios meses de retraso respecto a la sociedad con este asunto, que aquí te sale análisis jodido y para tu casa, aunque vayas sin síntomas. Digamos que las bicis tienen desventaja gorda, por aquello de ir día a día. Vamos, que en balompié ocurre lo mismo y ustedes igual ni se enteran, porque tal paisano tiene molestias, se pierde la siguiente salida y aquí paz y después Moria, que hay minas guapas. O igual se hace lo correcto, igual es realmente peligroso someter nuestro motor a esfuerzos máximos con el bicho dentro. Yo no tengo ni idea, aclaro, no me miren así. Solo creo (y esto me lo dicen muchos años viendo etapas llanas de la Vuelta a Murcia) que la UCI trabaja con cierta morosidad, como en un mecer de olas. Vamos, que espera hasta que las decisiones se toman por sí mismas, y eso es tan cómodo como pernicioso.

¿La etapa? Paseo. Paseo, bostezo, paseo. Paseo, qué tal tus hijos, ¿salimos hoy a tomar algo?, bostezo, paseo. Paseo. Mira, mira, que subo de 140. Paseo. Coñazo, paseo, bostezo. Ah, y la caída de Alaphilippe, que era uno de los peones principales para Remco, que tiene experiencia y patas (este verano más de lo primero), que parecía rol de interés. Veremos cómo afecta, porque Evenepoel está tallado en piedra, tío.

Ah, ganó Kaden Groves (otro nombre guapísimo entre Remcos y Meintjes). Junto a una playa. Toma curiosísima, muy François Truffaut. Pero menudo ladrillo para llegar aquí, colegas. Tan ladrillo como en El Algarrobico, más o menos, solo que El Alagarrobico no salió por la tele, vayan ustedes a saber la razón...

(Sí, definitivamente nos hemos hecho de Meintjes. Prueba palpable de que uno siempre puede ir a mejor en esto de la bici y la vida. Vamos, Louison, vamos).

placeholder Roglic, cansado al terminar una etapa. (EFE/Javier Lizón)
Roglic, cansado al terminar una etapa. (EFE/Javier Lizón)

El arranque de Enric Mas

Y Peñas Blancas. Que suena a cortijo de Curro Jiménez (pasan Curro Jiménez este verano en la Dos, es a lo más que llego en materia seriéfila), pero en realidad resulta puerto bastante serio. De Estepona para arriba, con sus casi 20 kilómetros, con sus rampas de mantener, con su ramal hasta Los Reales. Perfecto para el cicloturismo cuando el cicloturismo viene de un escritor con pelazo pero poca disciplina en el entrenar. Quizá trantranero para los pros, sobre todo con los dos días de descanso en tres (el cierto, el de Almería). Terreno excelente, por cierto, para Evenepoel, que en estos bichos mete palos monstruosos...

Y al lío. Escapada de 714 tíos y Jay Vine, que va a ganar, porque Jay Vine es el paisano que más marcha para arriba de toda la Vuelta, que uno se explica poco la petada en Les Praeres (y al anterior de Bilbao). En fin, secretos de nuestras bicis. Hoy gana Vine.

(No ganó, evidentemente. Yo podría borrar el párrafo anterior, pero me mola lo de mostrarles el proceso deductivo chusco del reporterismo velocipédico).

Detrás... pues que se cae Evenepoel. Curva a derechas. Él solo. Una buena hostia, no vayan a pensarse. Quejas de la muñeca, lleva coulotte roto, pierna llena de suciedad. Nadie ataca (nadie había atacado antes, cuidao, no es que parasen zafarranchos), entra sin mayor dificultad, aparentemente es nada. Pero... bueno. A nadie gusta, nadie quiere. Todos expectantes por ver si el líder sufre o no.

A cinco de meta arranca Enric Mas. Sí, sí, vuelvan a leerlo. Arranca Enric Mas, arranca Enric Mas, las masas enfurecidas, Eeeeenric, Eeeeenric. Bueno, es aproximado, pero si le atizo cuando chupa ruedas también debo alabarlo hoy. A ver, siendo sinceros... menos fuerza que una gaseosa destapada desde la Euroliga del Juventut, pero ataca Enric Mas. Sale muy fácil Evenepoel (que va con raspones, pero no raspado), Miguel Ángel López (el croner legendario) y luego, peor, los otros. Primož Roglič, Carlos Rodríguez, un Juan Ayuso que parecía muerto kilómetros antes... Ataquitos, ritmo, abren distancias, los de atrás no existen, nos miramos, Oliveira que tira, y si tira Oliveira pues nos imaginamos que la cosa no es Merano-Aprica.

placeholder Carlos Rodríguez sonríe en la duodécima etapa de la Vuelta. (EFE/Javier Lizón)
Carlos Rodríguez sonríe en la duodécima etapa de la Vuelta. (EFE/Javier Lizón)

En cabeza... arrancadas, Vine que no carbura, Kelderman a por todo, Carapaz que está por allí, como quien no quiere la cosa, silbando, haciéndose el tonto, ¿quién?, ¿yo?, no, no, yo soy cicloturista, cómo voy a meterme yo a disputar triunfos. Que no, que no. Tralaralarito, Ruuuun to the hiiiiills, sucede que me canso de ser hombre, sucede que me canso de mi piel y de mí... jaja, ¿lo pillas? Y eso. Pum. Te engañé, sí que soy pro, me llamo Richard Carapaz, tú mataste mi ritmo, prepárate para morir. Despegue y adelante. Primera victoria de siempre en la Vuelta para el ecuatoriano. Temporada rarita. Pareciera gris (y seguramente lo sea), pero el tío se va con podium en Grande, unos cuantos días vestido de rosa y etapa en Vuelta.

Entre los buenos... probando Carlos Rodríguez. Adelanta coches, motos y a un señor que pasaba por allí... pero siguen todos a su rueda (siguen a su rueda todos los que pueden seguir a su rueda). Luego Evenepoel quiere hacer la de todos los días en alto, pero no carbura lo de otras veces, y de eso (de esa debilidad que no existe) les van a sacar muchos epicidades, guerras cruentísimas para los últimos parciales y un Rocroi por guadarramero que ríete tú de los tercios. ¿Ha bajado su diferencial? Puede ser. O que le doliese la caída. O que no diese todo, porque tampoco necesitaba. A Roglič pareció costarle también hoy, y los otros, creo, no preocupan demasiado en la cabeza de Lefevere (aunque es echarle pelotas entrar en la cabeza de Lefevere, también les digo). Así que combate nulo.

Esperan La Pandera y Sierra Nevada. Esperan rampas de dos dígitos y puertos de gran altitud. Es joven Evenepoel, y nunca anduvo en una parecida, así que... Esperan.

Veremos.

A los niños malos de España les cuentan historias de Evenepoel. Si no te comes la sopa vendrá Evenepoel y te doblará en la crono. Si vuelves a pegar a tu hermano, llamo a Remco y te hace sufrir en una rampa al tres. Aproximadamente. Qué bonito es sentirse niño, ¿verdad?

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