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La Vuelta a Burgos, desbordada: todos quieren estar en el arranque del ciclismo
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Más de 40 equipos solicitan su participación

La Vuelta a Burgos, desbordada: todos quieren estar en el arranque del ciclismo

El año pasado solo corrieron cuatro equipos World Tour, poco interesados en esta cita, y este año participarán casi todos. El elenco de estrellas será tremendo. La organización tendrá que hacer criba

Foto: Pogacar y Alejandro Valverde podrían volver a enfrentarse en la Vuelta a Burgos. (EFE)
Pogacar y Alejandro Valverde podrían volver a enfrentarse en la Vuelta a Burgos. (EFE)

Todo hace indicar que la Vuelta a Burgos, tras semanas de incertidumbre, se correrá. Sin público, pero con el suficiente apoyo económico de las administraciones (que han pasado de verla como un gasto a una inversión tras la pandemia) y con una participación de lujo, la mejor de su historia. Su situación en el calendario, del 28 de julio al 1 de agosto, la convierte en la primera carrera por etapas tras el confinamiento y una cita especial para ir preparando el Tour de Francia. Todo el mundo quiere estar. La organización ha recibido cerca de 40 solicitudes para participar, según informa Ángel Carretón, presidente del Instituto para el Deporte y la Juventud de la Diputación burgalesa.

Hay cola, lista de espera. El año pasado tan solo corrieron cuatro formaciones del World Tour, la máxima categoría del ciclismo, y ahora mismo son más de doce las que esperan estar en la línea de salida. Movistar, Bora, Trek, Bahrain, Cofidis, Jumbo, NTT, Emirates, Israel, Astana, Ineos y el Manuela Fundación, el nuevo patrocinador principal (y español) del Mitchelton-Scott australiano, que estrenará colores. A estos conjuntos de primer nivel se sumarán otros como Caja Rural, Euskaltel-Euskadi y Burgos, anfitrión. La situación es prácticamente desconocida para la organización, que antaño sufría para atraer a las mejores escuadras y ahora se encuentra absolutamente desbordada, estudiando qué criba hacer (no pueden aceptarlos a todos), algo impensable hace un curso. El interés de las partes es más que evidente.

placeholder Mikel Landa será una de los principales atractivos de la prueba. (EFE)
Mikel Landa será una de los principales atractivos de la prueba. (EFE)

Y es que no solo se trata de los equipos, el elenco de estrellas será notable. Los ciclistas han perdido la mitad de la temporada como consecuencia del coronavirus y necesitan kilómetros de competición en sus piernas. Richard Carapaz (Ineos), campeón del Giro, estará, como tambien su lugarteniente de lujo la temporada pasada en Italia, Mikel Landa (Bahrain). Movistar también ha confirmado a sus principales espadas: Alejandro Valverde, Enric Mas y Marc Soler. Mads Pedersen (Trek), heredero del maillot arcoíris del murciano, se dejará ver, como David de la Cruz (Emirates) o el actual defensor de la corona, Iván Sosa (Ineos), que buscará el triplete tras sus victorias en 2018 y 2019. Más allá de esto, aunque sin anuncio oficial, se espera la presencia de los hermanos Yates, Miguel Ángel López y Steven Kruijswik, cuatro corredores de categoría que podrían dar más lustre al cartel. Nairo Quintana, enrolado en las filas del Arkea, también tiene papeletas.

La lista podría ser interminable por la inmediatez del Tour (del 29 de agosto al 20 de septiembre). De esta manera, Burgos se convertiría en el mejor banco de pruebas para el resto de carreras. La organización espera contar con RTVE para la cobertura televisiva y Unipublic, responsable de la Vuelta a España, ya se ha puesto a disposición de las instituciones públicas locales para lo que consideren. El reto es enorme, con el foco mediático pendiente de lo que suceda en tierras burgalesas. El Picón Blanco y la subida a las Lagunas de Neila, atractivos montañosos que favorecerán el espectáculo. Nadie vendrá a pasearse tras cuatro meses de parón. Los corredores que opten a la general querrán mostrarse para comprobar su nivel respecto al de sus rivales. El que se lleve el gato al agua despertará la atención del resto del pelotón y entrará de lleno en las quinielas al podio de la 'Grande Boucle'.

Todo hace indicar que la Vuelta a Burgos, tras semanas de incertidumbre, se correrá. Sin público, pero con el suficiente apoyo económico de las administraciones (que han pasado de verla como un gasto a una inversión tras la pandemia) y con una participación de lujo, la mejor de su historia. Su situación en el calendario, del 28 de julio al 1 de agosto, la convierte en la primera carrera por etapas tras el confinamiento y una cita especial para ir preparando el Tour de Francia. Todo el mundo quiere estar. La organización ha recibido cerca de 40 solicitudes para participar, según informa Ángel Carretón, presidente del Instituto para el Deporte y la Juventud de la Diputación burgalesa.

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