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El incierto futuro del ciclismo español: "Estamos viviendo una película de terror"
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El incierto futuro del ciclismo español: "Estamos viviendo una película de terror"

Los managers de Burgos BH, Caja Rural y Euskaltel Euskadi, los tres conjuntos españoles de categoría ProTeam, analizan para El Confidencial la nueva coyuntura a la que se enfrentan por el coronavirus

Foto: Ángel Madrazo, del Burgos BH, conquista en solitario la quinta etapa de la pasada Vuelta a España. (EFE)
Ángel Madrazo, del Burgos BH, conquista en solitario la quinta etapa de la pasada Vuelta a España. (EFE)

La crisis del coronavirus está sembrando de dudas al pelotón profesional. No hay carreras y, por lo tanto, tampoco visibilidad para las empresas patrocinadoras. La inversión no está obteniendo retorno y así es imposible. Numerosos proyectos, en tela de juicio. Ahora mismo nadie se atreve a dar por sentado nada, no a largo plazo. Algunos World Tour como Astana, con problemas de liquidez desde antes de la pandemia, han rebajado el sueldo de sus ciclistas hasta que la situación se aclare. Misma medida ha adoptado el Lotto Soudal. No está la cosa para tirar cohetes. En sus casas, sin poder salir a la carretera, muchos corredores intentan mantener la forma como pueden a base de rodillo. Hay esperanza de que las aguas vuelvan a su cauce relativamente pronto, quizá en mayo o junio, y no se pierda la temporada, aunque la realidad actual ofrece pocas garantías y deja un futuro repleto de incertidumbres. "Estamos viviendo una auténtica película de terror", cuentan.

España dispone de cuatro equipos profesionales en ruta. Uno, Movistar, pertenece a la élite y está avalado por una gran firma de telecomunicaciones, mientras que el resto se encuadra en la segunda división (denominada ProTeam). Son los llamados 'humildes', los que más sufren este tipo de coyunturas: Burgos BH, Caja Rural-Seguros RGA y Euskaltel Euskadi. El conjunto burgalés ha sido el primero en mover ficha. Se acoge a un ERTE: "Los clubes principales de Burgos lo han hecho y a nosotros tampoco nos queda otra. Los patrocinadores nos lo piden. Vivimos fundamentalmente de organismos oficiales (Ayuntamiento y Diputación). Hemos valorado también el tema con la gente que nos lleva las cuentas y creemos que es lo mejor hasta que se levante el estado de alarma. A pesar de todo, corredores y staff cobrarán el 100% (la Seguridad Social de los ciclistas la cubrirá el estado), que es lo justo en esta situación tan delicada para todos", explica Julio Andrés Izquierdo, manager de la formación, para El Confidencial por teléfono.

placeholder Un mecánico del equipo Burgos BH da un último repaso a las bicicletas de los corredores. (EFE)
Un mecánico del equipo Burgos BH da un último repaso a las bicicletas de los corredores. (EFE)

El 15 de mayo, fecha clave

Burgos es el equipo más modesto, con un presupuesto por debajo de los tres millones de euros. Más de la mitad del mismo lo consumen las fichas de sus ciclistas, que son a fin de cuentas los protagonistas. Caja Rural y Euskaltel, que no superan los cuatro millones, prefieren aguardar por el momento: "En un principio, no estamos por la labor (de aplicar un ERTE). No nos lo planteamos, pero si la cosa se estira más allá del mes que viene tendríamos que volver a sentarnos. Nuestros esponsors nos dan tranquilidad. Por el momento no es un situación para estar desesperados", dice Juanma Hernández, manager de los navarros. Cada una de las plantillas está formada por 26-30 personas, entre ciclistas y cuerpo técnico, contratada de manera fija (luego están los autónomos). Todos están pendientes de la evolución del virus y, por supuesto, de los próximos pasos a dar por la Unión Ciclista Internacional (UCI) y ASO, organizadora del Tour de Francia: "Mayo es clave para saber cuando vamos a poder volver a la acción. En el ciclismo todo pasa por el Tour, da igual de qué categoría seas. El Tour va a elegir el calendario que le dé la gana y a partir de ahí el resto de carreras y la UCI tendrán que organizarse. ASO dice que el 15 de mayo es la fecha tope para decidir y hasta ese día todos permaneceremos expectantes", señala Jesús Ezkurdia, responsable de los naranjas.

Hernández advierte que así será, que se priorizará al Tour y a las carreras de primer nivel, las que más dinero generan, pero que esto supondrá un "perjuicio para los equipos pequeños", que acostumbran a moverse en otros derroteros y pueden ver reducido su número de citas. "Igual la supervivencia de muchos equipos pasa ahora por que se amplíen el número de invitaciones a las carreras World Tour, a las que normalmente no tenemos acceso. La UCI está trabajando en eso, por lo que dice públicamente", añade Ezkurdia, que puntualiza: "Las vueltas pequeñas son importantísimas para nosotros. Nuestro calendario pasa por ahí. En España solo tenemos Catalunya, Itzulia y San Sebastián en el primer escalón, el resto son competiciones de menor calado, pero fundamentales para nuestra subsistencia. Hablamos de Vuelta a Castilla y León, Asturias, Madrid, Aragón o Burgos, también de otras en el extranjero. Reubicarlas al final del mismo para que primero se corra el World Tour, complicado. Muchos organizadores no tendrán ni ganas. Asturias, por ejemplo, ya ha dicho que se desentiende este año y que se preparará para 2021. Esto ya supone una ventana de visibilidad menos. Espero que Asturias esté de regreso el curso que viene porque lo cierto es que se acercan meses difíciles y estas carreras dependen tanto del apoyo público y privado para llevarse a cabo con éxito que nunca sabes. Menos ahora, claro".

placeholder Aranburu cruza la meta con el maillot de Caja Rural para imponerse en la pasada Vuelta a Burgos. (EFE)
Aranburu cruza la meta con el maillot de Caja Rural para imponerse en la pasada Vuelta a Burgos. (EFE)

"Otro año así, la hecatombe"

Mismo análisis hacen desde Caja Rural: "Cuando salgamos de esta a ver qué queda para el deporte porque no seremos una prioridad, ni mucho menos. Ya perdimos mucho en la crisis del 2008 y ahora nos enfrentamos a un escenario parecido. Esto puede suponer otro gran golpe para el ciclismo español, que justo ahora venía remontando. Toca esperar, pero si estas carreras se caen estamos muertos. El futuro lo veo bastante negro, no te voy a engañar". Julio Izquierdo comparte idénticas reflexiones, pero prefiere ser algo más optimista: "Sin pruebas no hay equipos porque nos mantenemos gracias a ellas, esto es cierto. Sin embargo, yo quiero creer que esto no se va a enquistar en el tiempo, que estamos más prevenidos que en 2008. Me gustaría pensar que así será".

Los equipos grandes miran al Tour, que discute la posibilidad de celebrarse a puerta cerrada si hiciera falta, el resto, especialmente los españoles, a la Vuelta. "Si no hay Vuelta a España para los patrocinadores nacionales tiene poco significado invertir en nuestro deporte", dice Izquierdo, cuya formación obtuvo un trifunfo de etapa el curso pasado con Ángel Madrazo. "Esto sería un problema no solo del ciclismo, sino del deporte español. Un palo muy gordo. Nosotros, como parte de ese grupo, también nos veríamos afectados", indica Ezkurdia, que se sitúa en el peor de los escenarios: "Hagamos un ejercicio, pensemos que muy a malas podemos estar sin competiciones a cualquier nivel (nacional o internacional) una temporada. De acuerdo, lo podríamos soportar, pero otro año igual sería la hecatombe y nos llevaría a todos a la desaparición. Da igual los contratos firmados. Nosotros no fabricamos nada, tan solo somos un escaparate para las marcas. Si estas no pueden mostarse porque la pandemia no cesa o se repite, ¿qué función tenemos? Ninguna".

Foto: Loterías y Apuestas del Estado paga más de 700.000 euros por patrocinar el jersey de la montaña. (EFE)

La realidad escuece y también preocupan aquellos corredores que no tienen su futuro atado más allá del 2020. "Es una faena enorme para ellos porque no están teniendo oportunidades para demostrar su nivel. Si la temporada empieza tarde entendemos que tendremos que valorar a partir de ahí. Siendo optimismas, si arrancamos en mayo o junio ni tan mal, pero habrá que ver. Lo cachondo, por decirlo de alguna manera, es que en las primeras carreras no van a estar en plenitud por el confinamiento, otro lastre más. Son alrededor de un 25% los que no tienen contrato con Caja Rural para 2021", aclara Hernández. Ezkurdia, de Euskaltel, va más allá: "¿Y aquellos corredores aficionados que se habían dado un año más para dar el salto? Esto también acojona porque a los profesionales que acaban contrato no hay criterios para echarles en esta situación. En cambio, a los que vienen por detrás sí que se les cierran todas las puertas. De un año de margen ahora se tendrán que tomar dos y eso conlleva muchos sacrificos económicos. Habrá gente que se pierda por el camino y decida dejarlo. No pueden hipotecar su vida a esto".

"El ciclismo es una rueda. Nosotros vivimos del esfuerzo de muchos aficionados que se levantan a las 6:00 de la mañana de Valladolid y se van a ver una carrera a Ávila. También de esos padres que acompañan a sus hijos para que corran en cualquier lado. A esa gente hay que darles motivos para la ilusión y, ahora, si no se nos ve, ¿qué sentido tiene que sigan invirtiendo tiempo o dinero? Sin afición no hay cantera y sin esta no hay equipos. Espero que todo esto acabe pronto, que se quede en un mal sueño, porque si no las cosas se van a volver bastante más oscuras. Creo que también hablo en el nombre de Burgos y Caja Rural cuando digo que ciclismo español no se lo merece después de todo lo que hemos luchado para que se nos vuelva a tener en cuenta", concluye Ezkurdia. Ojalá que este Angliru no sea tan duro.

La crisis del coronavirus está sembrando de dudas al pelotón profesional. No hay carreras y, por lo tanto, tampoco visibilidad para las empresas patrocinadoras. La inversión no está obteniendo retorno y así es imposible. Numerosos proyectos, en tela de juicio. Ahora mismo nadie se atreve a dar por sentado nada, no a largo plazo. Algunos World Tour como Astana, con problemas de liquidez desde antes de la pandemia, han rebajado el sueldo de sus ciclistas hasta que la situación se aclare. Misma medida ha adoptado el Lotto Soudal. No está la cosa para tirar cohetes. En sus casas, sin poder salir a la carretera, muchos corredores intentan mantener la forma como pueden a base de rodillo. Hay esperanza de que las aguas vuelvan a su cauce relativamente pronto, quizá en mayo o junio, y no se pierda la temporada, aunque la realidad actual ofrece pocas garantías y deja un futuro repleto de incertidumbres. "Estamos viviendo una auténtica película de terror", cuentan.

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