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Mikel Landa se lo pone más difícil mientras Movistar logra su primera victoria en el Giro
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Carapaz sorprendió a los sprinters

Mikel Landa se lo pone más difícil mientras Movistar logra su primera victoria en el Giro

El ecuatoriano, cuarto en el pasado Giro, atacó a 400 metros para ganar con solvencia. Mikel Landa perdió otros 46 segundos con Roglic tras una montonera. Dumoulin, descartado

Foto: Richard Carapaz cruza victorioso la meta de Frascati en el Giro. (EFE)
Richard Carapaz cruza victorioso la meta de Frascati en el Giro. (EFE)

El primer final que picaba para arriba de este Giro de Italia ha sido para Movistar, pero no para Mikel Landa, teórico jefe de filas, sino para su escudero: Richard Carapaz. El ecuatoriano, cuarto en la general del curso pasado, soltó un ataque tremendo a falta de 400 metros que soltó al grupo de ocho elegidos. Tan solo Caleb Ewan (Lotto Soudal) tuvo opciones de remontarle en el final de Frascati, la cuarta etapa de esta edición, pero finalmente no fue así y el equipo español sumó su décima victoria del curso, la tercera de Carapaz, que se llevó a casa la semana pasada etapa y general de la Vuelta a Asturias. "No me lo esperaba, nuestro plan era cuidar de Mikel, pero después de la caída me vi delante. [...] He buscado mi distancia y ha sido un ataque perfecto", comentó el ciclista, que el día anterior había perdido segundos por un pinchazo.

Una montonera a falta de 6 kilómetros para meta afectó a la gran mayoría de líderes de la carrera. Entre ellos Landa, que entró en un grupo perseguidor a 44 segundos de su compañero de equipo y tambíen de Primoz Roglic, el líder de la general y rival a batir, que ya le mete casi dos minutos. Simon Yates también perdió tiempo, como Miguel Ángel Lopez y Nibali, todos ellos a 18 segundos. Dumoulin, uno de los más afectados, perdió más de cuatro minutos y dice prácticamente adiós a sus opciones. El del Sunweb, muy dolorido, entró sangrando de su rodilla izquierda, por lo que habrá que ver si toma mañana la salida en la quinta jornada de 140 kilómetros. Si lo logra, aún puede recuperar tiempo en la crono del próximo domingo, con casi 35 kilómetros. Carapaz y Roglic fueron los únicos nombres fuertes que salvaron los muebles y se plantaron en meta con los sprinters. El ecuatoriano, de 25 años, sorprendió con su potente arrancada y alzó los brazos ante la sorpresa general.

Mikel Landa no ha tenido un cómodo inicio de Giro. En la crono inicial, de tan solo ocho kilómetros, ya perdió más de un minuto respecto a Roglic. "Me ha afectado la alergia", justificó el vasco, pero hoy tampoco ha tenido suerte. En los últimos diez kilómetros se le ha podido ver bien colocado en la parte delantera del pelotón junto a Andrey Amador, sustituto de Alejandro Valverde, pero el baile de posiciones en el grupo le ha echo perder unos metros que, a la postre, han resultado claves.

A Mikel la primera grande del año se le pone muy cuesta arriba, pues no tiene días fáciles por delante. La contrarreloj de San Marino (etapa nueve), pese a ser bastante ondulada, tampoco le viene como anillo al dedo y se espera que vuelva a perder tiempo. La etapa seis y la etapa ocho podrían servirle para reducir algo la distancia, pero tampoco le conviene apretar demasiado. Conservar la mayor fuerza posible y pasar la crono con dignidad debe de ser el objetivo, luego empezará otra carrera, más suya, en la que estará obligado a buscar la épica. Por el momento, Roglic parece difícil de descabalgar y, además, como se ha podido ver este martes, le acompaña ese punto de suerte que siempre cuida de los campeones. "Mikel necesita resultados [..] Para él cada carrera es como un mundial", dijo Chente García Acosta, director del equipo, a El Confidencial en una entrevista concedida la semana pasada.

Por su parte, Carapaz que ya está por delante del vitoriano en la general, se postula como otra de las bazas del conjunto telefónico, por si alguien aún lo dudaba. El ciclista, que ya estrenó su casillero de victorias en la 'corsa rossa' el año pasado, vuelve a repetir. Le ha cogido el gusto a la carrera. Será bueno para la estrategia y para sembrar dudas en los rivales cuando llegue la alta montaña.

El primer final que picaba para arriba de este Giro de Italia ha sido para Movistar, pero no para Mikel Landa, teórico jefe de filas, sino para su escudero: Richard Carapaz. El ecuatoriano, cuarto en la general del curso pasado, soltó un ataque tremendo a falta de 400 metros que soltó al grupo de ocho elegidos. Tan solo Caleb Ewan (Lotto Soudal) tuvo opciones de remontarle en el final de Frascati, la cuarta etapa de esta edición, pero finalmente no fue así y el equipo español sumó su décima victoria del curso, la tercera de Carapaz, que se llevó a casa la semana pasada etapa y general de la Vuelta a Asturias. "No me lo esperaba, nuestro plan era cuidar de Mikel, pero después de la caída me vi delante. [...] He buscado mi distancia y ha sido un ataque perfecto", comentó el ciclista, que el día anterior había perdido segundos por un pinchazo.

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