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Felipe Orts, el ciclista español que pasa las Navidades en el reino del barro
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el mejor español en ciclocross

Felipe Orts, el ciclista español que pasa las Navidades en el reino del barro

Felipe Orts es el mejor español del momento en ciclocross, una especialidad dominada por los ciclistas de los Países Bajos y Bélgica, donde pasará la Navidad compitiendo

Foto: Felipe Orts ganó la plata en categoría sub-23 en el Mundial 2017. (EFE)
Felipe Orts ganó la plata en categoría sub-23 en el Mundial 2017. (EFE)

Felipe Orts (La Vila, 1995) se ha acostumbrado a pasar las Navidades lejos de casa, en Bélgica. Hasta allí se traslada para competir en ciclocross, la modalidad ciclista en la que es el mejor de España y en la que se ha hecho un hueco en la elite. Este alicantino es una de las pocas personas que puede decir que le gusta el barro, por donde pedalea con su bicicleta en carreras que aquí apenas son seguidas, pero que en el norte de Europa reciben una gran atención.

El ciclocross no tiene mucha historia en España comparado con Bélgica y los Países Bajos, donde es uno de los deportes más seguidos en invierno. Y la poca que hay está más centrada en el norte, sobre todo en el País Vasco. "Allí tienen más tradición. No es habitual que haya españoles a este nivel, y menos siendo de Alicante. Ya llevo 10 años y estoy muy contento por la progresión que llevo, pero creo que aún puedo seguir mejorando", dice Orts.

Comenzó a practicar ciclismo en ruta, pero su entrenador en la escuela, Fernando González, le metió el gusanillo del ciclocross durante los invierno. "Nos dijo que por qué no probábamos en una 'challenge' de tres carreras en Alicante, creo recordar. Fuimos a esas tres y nos gustó tanto que al año siguiente repetimos. Y llegó un momento en el que nos centramos más en el invierno que en el verano", recuerda. "Ahora embarrarnos, pasar frío, como que nos sienta bien".

"El ciclocross exige un corredor muy explosivo y técnico; creo que esas son las dos características principales", explica. "Pero luego, según vas subiendo de nivel, tienes que mejorar en todo, como llegar bien a final de las carreras". Quien no conozca muy bien la disciplina puede creer que las bicicletas que utilizan se asemejan a las del mountain bike, pero son muy diferentes. "La de ciclocross te permite muy poquito. La de montaña tiene suspensiones, las ruedas más anchas, te ayuda un poco. En el ciclocross es todo el ciclista y es muy importante la mecánica. Tienes que ir pendiente de no coger ninguna piedra, porque al final es una bici de carretera un poco adaptada".

El dominio belga

Las carreras duran alrededor de una hora en circuitos de entre 2,5 y 3,5 km muy difíciles por las condiciones del terreno. En muchas ocasiones, los ciclistas tienen que echarse la bicicleta al hombro. "La carrera más dura que recuerdo fue el pasado mundial, en Valkenburg (Países Bajos). Fue la más dura de mi vida. Lo que se montó allí no fue normal. Esa Copa del Mundo siempre es octubre. Y en seco es muy duro, pero en febrero había un barrizal terrible", recuerda.

Orts dio el 'pelotazo' en 2017 al acabar segundo en la categoría sub-23 del Campeonato del Mundo celebrado en Luxemburgo. "Llevaba un año con muy buenas sensaciones, me estaba encontrando muy bien, pero los resultados no acababan de llegar por averías, caídas... Estaba muy bien, pero no llegaba a rematar. Pero ese día salió todo perfecto. Fue un circuito fuera de Bélgica, y todo lo que sea fuera de allí iguala un poco las fuerzas. En un circuitro desonocido para todos hay más igualdad", apunta. Bélgica es la gran potencia del ciclocross: de los 50 primeros del ránking masculino, 19 son belgas (en categoría femenina, el dominio está más repartido).

Ese resultado le puso en el mapa a nivel internacional. En la siguiente temporada logró su primera victoria fuera de España, un triunfo en la prueba japonesa de Utsunomiya, donde volvió a ganar hace poco más de una semana. Antes, en octubre, quedó octavo en la Copa del Mundo de Berna (Suiza), su mejor resultado en la categoría más alta del ciclocross. "Está la Copa del mundo y las categorías C1 y C2. El tema es conseguir el máximo de puntos combinando las tres categorías. En la Copa del Mundo, quedando más atrás, sumo puntos. Hay que buscar un equilibrio entre todas las carreras", dice.

De Japón llegó el martes de la semana pasada y el viernes voló de nuevo rumbo a Bélgica, donde le esperaban cinco carreras en ocho días. "Siempre por estas fechas hay que estar allí. Al final se lleva bien. Si estás aquí, como que no quieres salir, desmadrarte mucho... Y allí está todo el mundo igual", comenta Orts. De Bélgica viajará a Francia y luego a Pontevedra para el Campeonato de España. De octubre a febrero, el ciclista alicantino no para de viajar, pero siempre que puede pasa por casa y aprovecha para entrenar, tanto en circuito, para mejorar la técnica, como en carretera, algunas veces tras moto.

Su temporada no tiene nada que ver a la de los ciclistas de ruta. Cuando ellos están de vacaciones o empezando la pretemporada, Orts está compitiendo sin parar. "Mi temporada es muy corta. Son cinco meses", explica. "Aquí en España termina con el Campeonato de España, pero nosotros corremos dos meses más. El año pasado participé en 37 carreras. Normalmente lo que hago es terminar en febrero, descansar unos 15 días y luego ponerme a correr ruta, en la Copa de España y alguna vuelta. En junio hago un parón gordo de casi un mes. Y en agosto empiezo de nuevo en carretera como preparación hasta octubre".

Orts no se plantea el salto a la ruta, que solo utiliza de preparación entre temporada y temporada de ciclocross. Se lo puede permitir gracias a la creación del Ginestar-Delikia, el primer equipo profesional español de la disciplina. "La verdad es que ahora mismo ni me lo planteo (el cambio de modalidad), a no ser que llegara un equipo y me hiciera una buena oferta. No voy a dejar el ciclocross para intentar dar el salto a un equipo de ruta. Con el Delikia tengo unas condiciones que muchos corredores de ruta no tienen. Y estoy haciendo lo que me gusta. No puedo pedir más", dice. Esa estabilidad ha hecho que aparque sus planes de ser bombero. "Tengo la cabeza tan metida en esto que te pones a estudiar y no sacas provecho. Tengo que aprovechar ahora con la bici, para estudiar siempre habrá tiempo. En esto, en el momento en que cortes un año ya lo pierdes todo. A ver hasta dónde podemos llegar en el ciclocross. Y cuando esto termine, a ver qué pasa".

placeholder Van Aert (i) y Van der Poel (d) son las grandes estrellas del ciclocross, pero también brillan en la ruta. (EFE)
Van Aert (i) y Van der Poel (d) son las grandes estrellas del ciclocross, pero también brillan en la ruta. (EFE)

Van Aert y Van del Poel

El ciclocross actual tiene dos grandes estandartes: el belga Wout van Aert y el neerlandés Mathieu van del Poel. El primero ha sido campeón del mundo en los tres últimos años y el segundo lo fue en 2015. Tienen 24 y 23 años y son ídolos en sus países. La inmensa mayoría de las carreras en las que coinciden acaban con uno en primera posición y el otro en la segunda. Pero su talento no se restringe al ciclocross: en la ruta también consiguen victorias. Van Aert acaba de fichar por el Jumbo-Visma, equipo del UCI WorldTour.

"Son superestrellas en cualquier modalidad. El año pasado Van Aert corrió las clásicas prácticamente sin equipo e hizo unos resultados estupendos. Él y Van der Poel fueron segundo y tercero en el europeo, sin ir más lejos. Son corredores de los que salen uno cada mucho tiempo. Ahora mismo pueden destacar donde quieran. También supongo que el dinero es una parte importante, porque la ruta mueve mucho más. Aunque tengo entendido que los dos superan el millón de euros en el ciclocross", dice Orts. "Todo el mundo está deseoso de ver qué hacen en las clásicas. El año pasado, Van Aert hizo tercero en la Strade Bianche, décimo en Flandes...".

Orts verá esas clásicas por la televisión. Con fortuna, tras haber cumplido con los objetivos en lo que queda de temporada, que son ganar el Campeonato de España y acabar entre los 15 primeros en el Campeonato del Mundo de Bogense (Dinamarca). "Desde el principio siempre he dicho que cualquier carrera en la que esté en el 'top 15' ya es un gran resultado. Pero como en la primera Copa del Mundo fue todo tan bien e hice octavo, han subido las expectativas. Pero creo que mi nivel real es para estar alrededor del 15º. Puedo estar un poco más abajo en las carreras en las que vaya peor y un poco más arriba en las que vaya todo de cara. Es donde estoy en el ránking UCI, que es muy real".

Felipe Orts (La Vila, 1995) se ha acostumbrado a pasar las Navidades lejos de casa, en Bélgica. Hasta allí se traslada para competir en ciclocross, la modalidad ciclista en la que es el mejor de España y en la que se ha hecho un hueco en la elite. Este alicantino es una de las pocas personas que puede decir que le gusta el barro, por donde pedalea con su bicicleta en carreras que aquí apenas son seguidas, pero que en el norte de Europa reciben una gran atención.

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