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Roubaix, un infierno en medio del Tour de Francia: nervios y miedo al pavés
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el pavés que puede eliminar a más de un favorito

Roubaix, un infierno en medio del Tour de Francia: nervios y miedo al pavés

Unos lo aman y otros creen que no tiene cabida en una carrera como el Tour de Francia. Los 21,7 km de pavés de este domingo provocan temor entre los favoritos a ganar la carrera

Foto: El pavé vuelve al Tour de Francia tres años después. (EFE)
El pavé vuelve al Tour de Francia tres años después. (EFE)

Chris Froome vivió su peor día en el Tour de Francia hace cuatro años, un 9 de julio de 2014. El británico, que en 2013 había ganado por primera vez la carrera francesa, abandonó tras una caída en el quinto día de aquella edición. Aquella etapa que acabó con el británico fuera de combate tenía varios kilómetros de pavés, lo que unido a la lluvia que embarró los tramos de adoquines convirtió la jornada en una escabechina en la que solo ganó Vincenzo Nibali, que empezó a ganar aquel día el Tour. Un año después, el pavés volvió a formar parte del recorrido, pero las buenas condiciones evitaron que la historia se repitiera.

Desde entonces, el pavés ha estado ausente en el Tour. Hasta este año, cuando la carrera ha decidido doblar su apuesta: habrá más tramos de adoquines que nunca en la novena etapa, la última antes del primer día de descanso. "Es una etapa que da miedo", reconoce Froome. "Pero tengo buenos compañeros para afrontarla".

placeholder Chris Froome abandonó en la etapa de pavé de hace cuatro años en el Tour. (Reuters)
Chris Froome abandonó en la etapa de pavé de hace cuatro años en el Tour. (Reuters)

Tras ocho etapas en su mayoría insulsas, con Peter Sagan, Fernando Gaviria y Dylan Groenewegen luciendo su velocidad punta en el sprint, el peloton se adentra en un terreno habitual en primavera y que provoca alergia a los 'vueltómanos' en verano. Para los grandes favoritos a vestirse de amarillo en dos semanas en París, se tratará de salir vivo. "Para la gran mayoría del pelotón será una etapa enfocada a sobrevivir", dice Juan Antonio Flecha, el único español que se ha subido al podio en la París-Roubaix, el apoteósis de este tipo de terreno. "El que se quede fuera será por pura eliminación, bien por caídas o por otros factores, ya que es una etapa que conlleva muchos nervios. Va a ser un día de muchos nervios y supervivencia".

El ánimo de los que aspiran a ganar la carrera o a conseguir un buen puesto en la general lo resume muy bien Alejandro Valverde: "El objetivo será intentar no perder el Tour". A él, a Nairo Quintana y a Mikel Landa los tendrá que proteger el Movistar, que cuenta con Imanol Erviti como su mejor corredor en el pavés. Daniele Bennati y Marc Soler, que debutó este año en Roubaix, son otros dos corredores que deberán estar atentos. El tridente del equipo español reconoció en abril una etapa que Eusebio Unzué, mánager general del Movistar, maldice. "¿Qué pinta una etapa así en el Tour?", se preguntaba tras la la París-Roubaix. Otros directores comparten su opinión.

Foto: Final de una etapa del Tour de Francia 2018 | Reuters

"Visité esta etapa porque creo que era importante tener una toma de contacto con el adoquín antes de la carrera. Va a ser un día diferente al que no estamos acostumbrados y seguramente será un poco loco", dice Landa. "Puede descartar a algún favorito para la general", apunta Quintana, el peor colocado de los tres en la general. . Será importante evitar perder tiempo y luego en la montaña veremos las fuerzas de cada uno".

No todos los favoritos afrontan la etapa con temor. "Cuando pienso en esta etapa, el sabor del barro que cubría algunos sectores en 2014 me vuelve a mí inmediatamente en la boca", dice Nibali, que se lució en una etapa con mal tiempo que provocó que la carrera suspendiera el paso por dos de los tramos previstos camino de Arenberg. El italiano terminó el día con dos minutos de ventaja sobre el resto de favoritos (Alberto Contador perdió ese día más de dos minutos).

Esta vez parece que no habrá barro, pero a cambio los corredores tendrán que superar más kilómetros de pavés que ocasiones anteriores. No es una etapa larga, 156,5 km, pero tendrá 21,7 km de pavés repartidos en 15 tramos. En 2015, última edición que atravesó estos caminos del norte de Francia, hubo 13,3 kilómetros, medio km más que en 2014. Solo las ediciones de 1979 y 1983 contaron con más pavés. En abril, Nibali declaró a 'La Gazzetta dello Sport' que los tramos de este año son más peligrosos que los de 2014 y 2015.

placeholder Vincenzo Nibali cimentó su victoria en el Tour de Francia 2014 en la quinta etapa, con tramos de pavé embarrados. (Reuters)
Vincenzo Nibali cimentó su victoria en el Tour de Francia 2014 en la quinta etapa, con tramos de pavé embarrados. (Reuters)

"Una etapa de adoquines en el Tour es muy diferente a la Roubaix, es mucho más nerviosa", explicó a 'Cycling Weekly' John Degenkolb, ganador en el Infierno del Norte en el año 2015. "Roubaix es una carrera nerviosa, pero aquí todos tienen miedo a perder tiempo en la general y eso lo hace más peligroso de lo normal". "Esta etapa va a ser brutal, uno de esos días en que tememos mucho los que luchamos por la clasificación general", dice Daniel Martin, ganador el jueves en el Muro de Bretaña.

A al miedo por perder tiempo hay que sumar la falta de experiencia sobre ese tipo de terreno de muchos corredores. En este Tour hay grandes especialistas en el pavés, empezando por los dos últimos ganadores en el velódromo la ciudad del norte de Francia, Greg Van Avermaet y Peter Sagan. El primero es el actual líder de la carrera y aspira a mantener el jersey amarillo hasta el día de descanso, pero su principal misión no será luchar por la victoria, sino trabajar para que su líder, Richie Porte, salve el día sin problemas. Como él, otros corredores con opciones de victoria correrán atados a sus jefes. "Sería genial intentar aprovechar una de las pocas oportunidades de poder ganar una etapa en el Tour, pero hace tres meses ya me dijeron que trabajaría para Rigoberto Urán", dice Sep Vanmarcke.

Su trabajo y el de otros especialistas será muy importantes en la lucha de por entrar lo más adelante posible en los tramos, una batalla que provoca muchos nervios en los kilómetros previos al pavés (la caída de Froome en 2014 fue dos kilómetros antes del primer tramo). "Hay que intentar entrar a los primeros tramos en cabeza e ir pasando uno tras otro", avisa Valverde. "No es una situación como en las etapas de montaña, donde puedes ir ayudándote de compañeros para mantenerte en el grupo. Es una lucha totalmente diferente. No será fácil ir juntos, pero tendremos que intentarlo al máximo y correr lo más adelante posible". De esta etapa debe salir una jerarquía más clara en el Movistar. O al menos eso es lo que vende el equipo.

Chris Froome vivió su peor día en el Tour de Francia hace cuatro años, un 9 de julio de 2014. El británico, que en 2013 había ganado por primera vez la carrera francesa, abandonó tras una caída en el quinto día de aquella edición. Aquella etapa que acabó con el británico fuera de combate tenía varios kilómetros de pavés, lo que unido a la lluvia que embarró los tramos de adoquines convirtió la jornada en una escabechina en la que solo ganó Vincenzo Nibali, que empezó a ganar aquel día el Tour. Un año después, el pavés volvió a formar parte del recorrido, pero las buenas condiciones evitaron que la historia se repitiera.

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