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El ciclismo mundial prefiere enterrar que Sagan tiró a Cavendish en el Tour
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firman la paz antes de la vista del tas

El ciclismo mundial prefiere enterrar que Sagan tiró a Cavendish en el Tour

Al nombrado mejor ciclista del planeta de 2016 se le vino el mundo encima cuando los jueces del Tour le echaron por tirar a un compañero. Tras medio año de disputas, todo queda en nada

Foto: Momento de la caída de Mark Cavendish en la llegada a Vittel. (EFE)
Momento de la caída de Mark Cavendish en la llegada a Vittel. (EFE)

Los que lo conocen dicen que es muy difícil llevarse mal con Peter Sagan. Con la sonrisa siempre presente en su rostro, las ganas de divertirse intactas y la voluntad irrenunciable de ser el mejor del planeta, pero siempre a su manera, el ciclista eslovaco es querido tanto por el pelotón como por la afición, que en cierta medida lo identifica a él más que a otros como uno de los suyos. Su aspecto de 'globero' ayuda a ello, claro. Al final, hasta con la Unión Ciclista Internacional (UCI, por sus siglas en francés) se ha acabado llevando bien. Y la disputa por la que se enfrentaban no era pequeña: han decidido acabar el litigio legal por la expulsión de Sagan del Tour 2017.

Más allá de todos los casi incontables problemas vividos con el dopaje en las últimas dos décadas, una de las decisiones más duras de la comisión de disciplina del Tour de Francia fue expulsar a uno de los corredores más carismáticos de todo el pelotón de su edición de 2017. Los jueces, reunidos y sometidos a la presión de la inmediatez, creyeron que lo que ocurrió en la llegada al sprint en Vittel fue una acción antideportiva de Sagan sobre Mark Cavendish, entendiendo que el campeón del mundo sacó el brazo voluntariamente para derribar al británico.

Así fue el incidente.

Lo mandaron a casa con la consiguiente desaprovación del líder del Bora-Hansgrohe, equipo que apeló la decisión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por sus siglas en francés), considerándola desproporcionada. Recordemos que inicialmente la sanción consistía en la retirada de su segundo puesto en aquella etapa y una penalización de 30 segundos, pero posteriormente ese mismo día la UCI decidió expulsarlo. El Bora pidió medidas cautelares y la consiguiente suspensión de la sanción hasta que se tomara una decisión en firme, pero el TAS ya lo desaprovó y tanto el club como el corredor decidieron seguir adelante con todos los procedimientos legales a su alcance.

Cinco meses después de lo ocurrido, cuando debía producirse la vista del TAS, la UCI, Sagan y el Bora han firmado la paz. "Antes de la vista del TAS en Lausanne prevista para el 5 de diciembre de 2017, la UCI, Peter Sagan y Bora-Hansgrohe han acordado acabar con su disputa legal y la controversia sobre la descalificación de Sagan del Tour de este año", así abre el comunicado la máxima autoridad ciclista, del que se extrae que es Sagan y Bora precisamente los que renuncian a declarar ante el TAS y dan por finalizado el litigio.

Todas las partes han llegado al acuerdo de que lo ocurrido en aquella cuarta etapa del Tour "fue un desafortunado e involuntario incidente de carrera". Reconoce, eso sí, la organización internacional que no disponían de "material de vídeo" cuando los jueces de carrera decidieron la descalificación de Sagan, y que estos tomaron esa decisión "siguiendo lo mejor posible su criterio en esas circunstancias". Es decir, los jueces tenían la presión de ejecutar o no a un ciclista por una acción no del todo clara (aunque la opinión pública se volcara en contra del tricampeón del mundo) y en su momento creyeron conveniente utilizar el movimiento poco natural del brazo de Sagan y la consecuente caída de Cavendish como escarmiento para dejar claro al resto de corredores a lo que se atenían de forzar situaciones de riesgo en el pelotón.

Foto: Froome y Contador, en la presentación del Tour 2018. (EFE)

"Nuestro objetivo ha sido siempre demostrar que Peter no causó la caída de Mark Cavendish. Esa fue la idea de Peter desde el primer momento. Nadie quiere que un ciclista se caiga o resulte herido, pero lo ocurrido en Vittel fue un incidente de carrera que puede ocurrir durante un sprint", dice Ralph Denk, director del Bora, una de las cabezas visibles en la defensa de su jefe de filas. El propio Sagan también cree que "el pasado ya está olvidado". "Todo esto es para mejorar nuestro deporte en el futuro. Agradezco el hecho de que lo que me ocurrió en Vittel muestre lo difícil que es el trabajo de comisario de la UCI y que la UCI haya reconocido la necesidad de facilitarles el trabajo de manera efectiva. Me alegra que mi caso origine mejoras, porque es importante para nuestro deporte la toma de decisiones justas y entendibles, incluso si las emociones están a flor de piel", añade el eslovaco.

Sagan venía de ganar en la tercera etapa, de acercarse al liderato de la clasificación de la regularidad, su verdadero objetivo anual, además de, por supuesto, el Mundial. Esa acción, fuera o no su intención tirar a Cavendish, fue la que le privó de lograr el récord de seis jerseys verdes consecutivos, algo que solo ha conseguido Erik Zabel. A sus 27 años, eso sí, tiene todavía muchos años por delante para volver a intentarlo. Ha quedado bien claro que en esa lucha no tiene rival.

Los que lo conocen dicen que es muy difícil llevarse mal con Peter Sagan. Con la sonrisa siempre presente en su rostro, las ganas de divertirse intactas y la voluntad irrenunciable de ser el mejor del planeta, pero siempre a su manera, el ciclista eslovaco es querido tanto por el pelotón como por la afición, que en cierta medida lo identifica a él más que a otros como uno de los suyos. Su aspecto de 'globero' ayuda a ello, claro. Al final, hasta con la Unión Ciclista Internacional (UCI, por sus siglas en francés) se ha acabado llevando bien. Y la disputa por la que se enfrentaban no era pequeña: han decidido acabar el litigio legal por la expulsión de Sagan del Tour 2017.

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