Un aficionado tira de la bicicleta a un ciclista en la duodécima etapa de la Vuelta
La Vuelta 2017 nos está dejando grandes imágenes deportivas. Froome y Contador volvieron a ser protagonistas hoy, pero junto a ellos lo fueron varias escenas extradeportivas
Motril-Antequera con dos puertos y final en llano. Una etapa que, en principio, se presentaba como una más en la presente edición de la Vuelta a España, pero que, sin embargo, ha dado mucho que hablar. Y no solo en lo deportivo, donde Alberto Contador ha vuelvo a demostrar que está decidido a recargar su pistola hasta su retirada, sino por los elementos extradeportivos que han marcado la duodécima etapa. En concreto: dos empujones en el puerto de el Torcal que han ensuciado la tranquilidad de la Vuelta.
— Lorena Banderas (@LorenaBanderas) 31 de agosto de 2017
El primero de ellos llegó a la altura de Pilas de Cobos, en la localidad malagueña de Villanueva de la Concepción, cuando una aficionado empujó al ciclista de Katusha Maxim Belkov y lo tiró de la bicicleta y cayó fuera de la calzada. El agresor, que según las autoridades tiene deficiencia mental, fue retenido, pero no emprenderán acciones legales contra él por su condición tal y como anució el propio corredor.
Y precisamente las autoridades fueron las que protagonizaron el segundo episodio extradeportivo de la etapa. Justo cuando Contador estaba coronando el mismo puerto, y mientras Froome se iba al suelo varios metros detrás, otro aficionado saltó a animarlo y un policía le empujó, en vez devolverlo a la cuneta, sobre el asfalto, con el infortunio de que una moto de la competición, que también cayó al suelo, se lo llevó por delante.
And another one... pic.twitter.com/rgWrk9ixTz
— Laura Meseguer (@Laura_Meseguer) 31 de agosto de 2017
Motril-Antequera con dos puertos y final en llano. Una etapa que, en principio, se presentaba como una más en la presente edición de la Vuelta a España, pero que, sin embargo, ha dado mucho que hablar. Y no solo en lo deportivo, donde Alberto Contador ha vuelvo a demostrar que está decidido a recargar su pistola hasta su retirada, sino por los elementos extradeportivos que han marcado la duodécima etapa. En concreto: dos empujones en el puerto de el Torcal que han ensuciado la tranquilidad de la Vuelta.