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El divorcio entre el Movistar y Quintana se acerca, con Landa al acecho del puesto
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se acrecientan los rumores sobre su marcha

El divorcio entre el Movistar y Quintana se acerca, con Landa al acecho del puesto

Si bien se trata de una operación complicadísima de que se produzca, no es imposible. Según informa 'La Gazzetta dello Sport', es el equipo azul el que está dispuesto a romper el contrato

Foto: Quintana, durante el Tour. (Reuters)
Quintana, durante el Tour. (Reuters)

El río está empezando a sonar mucho. A estas alturas de la temporada ciclista, toda palabra dicha por representantes, equipos y corredores hay que cogerla con pinzas y ponerla en cuarentena, ya que todos muestran sus intereses personales antes que contar lo que realmente está pasando en las negociaciones entre todas las partes. Este año, sin embargo, se está planteando un movimiento que podría cambiar significativamente el panorama mundial. Cada vez son más las voces que colocan a Nairo Quintana fuera del Movistar a partir de la próxima temporada, una opción que va cogiendo forma.

Si bien se trata de una operación complicadísima de que se produzca, no es imposible. Según informa este jueves el diario italiano 'La Gazzetta dello Sport', es el equipo azul el que está dispuesto a romper el contrato que les vincula hasta diciembre de 2019. Una solución drástica y poco habitual en el ciclismo, mucho más acostumbrado a que los corredores cambien de aires únicamente cuando sus contratos expiran. De ser así, Movistar estaría obligado a pagar unos 6 millones de euros (Quintana cobra unos 3 millones al año) para romper la relación contractual con su líder. Algo que su representante, Giuseppe Acquadro, se ha encargado de negar en declaraciones a 'Cycling News', asegurando que el colombiano cumplirá su contrato.

El 2017 ha sido el peor año en la relación entre equipo y ciclista, con mucha diferencia. Ha habido una disparidad de criterios en demasiados puntos importantes que han hecho que el vínculo se haya enfriado de manera casi definitiva. La principal disputa entre ambos ha sido la planificación de la campaña. En Movistar aseguraban que decidieron que Quintana disputase Giro y Tour de manera consecutiva para así estar en plenas condiciones físicas en Francia. "Queríamos utilizar el Giro como paso previo para el Tour. Suele llegar mejor a su segunda vuelta del año", decían los entrenadores del Movistar antes de la disputa del Tour a este periódico.

Una idea, en teoría, extraña. Competir en ambas para ganarlas es, hoy por hoy, improbable. En la práctica, Nairo quedó segundo en el Giro y llegó desfondado al Tour, que acabó 12º. Posteriormente, el propio ciclista colombiano filtró que su intención era solo correr en Francia y que probar a ganar la 'maglia' rosa fue una imposición del equipo. Primer punto de desacuerdo importante. El segundo, aunque parezca menor, fue la gota que colmó el vaso. Quintana pidió marcharse a Boyacá entre el Giro y el Tour para descansar y entrenar en su tierra, algo que no le concedió el equipo y tuvo que quedarse en Mónaco, según informa también 'La Gazzetta dello Sport', que recuerda que el 15 de agosto es el último día del mercado de traspasos en el mismo año, mientras que un fichaje para una temporada diferente se puede producir hasta el 31 de diciembre.

El divorcio entre Movistar y Quintana se entiende mejor también desde un punto de vista de futuro. El equipo telefónico está cerca de cerrar la contratación de Mikel Landa para la próxima temporada y si el ciclista alavés ha aceptado la oferta española se debe, exclusivamente, a que le han garantizado ser líder. La coexistencia entre Quintana y Landa sería extremadamente complicada, ya que el todavía corredor del Sky se encontraría con la misma situación que ha tenido con Froome, es decir, una figura superior que le impediría poder ejercer de jefe de filas en las grandes vueltas en las que él decidiera participar. "A partir de ahora quiero ser siempre el jefe", dijo Landa al acabar cuarto en el Tour, a un segundo del podio, donde se vio frenado por ayudar a ganar a su compañero británico.

Aunque todavía no ha podido cumplir ese ansiado "sueño amarillo", a Nairo no le faltarán opciones, en el caso de que se confirme su marcha. En estos momentos, los principales destinos que tiene ante sí son Astana y Trek-Segafredo. En el primer caso, los kazajos se van a quedar sin su líder, Fabio Aru, que se marchará al equipo de Emiratos Árabes Unidos (EUA) y necesitan dar un golpe de mando después de perder en dos años a Nibali, Landa y el propio Aru. Por otra parte, la aspiración del Trek de convertirse en un equipo que lucha por las grandes se viene abajo después de la retirada de Alberto Contador y, por tanto, les falta un líder. Quintana, con 27 años, tiene todavía por delante al menos seis años a muy alto nivel para seguir luchando por ganar el Tour, la única grande que le falta después del Giro de 2014 y la Vuelta de 2016.

El río está empezando a sonar mucho. A estas alturas de la temporada ciclista, toda palabra dicha por representantes, equipos y corredores hay que cogerla con pinzas y ponerla en cuarentena, ya que todos muestran sus intereses personales antes que contar lo que realmente está pasando en las negociaciones entre todas las partes. Este año, sin embargo, se está planteando un movimiento que podría cambiar significativamente el panorama mundial. Cada vez son más las voces que colocan a Nairo Quintana fuera del Movistar a partir de la próxima temporada, una opción que va cogiendo forma.

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