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Contador, adiós al nexo de unión entre la épica tradicional y el ciclismo de vatios
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el famoso solomillo es la mancha en su carrera

Contador, adiós al nexo de unión entre la épica tradicional y el ciclismo de vatios

Javier Guillén y Samu Sánchez analizan la retirada del ciclista español más amado y odiado, que correrá por última vez en la Vuelta a España, la grande menos valorada y que más veces ha ganado

Foto: Alberto Contador ha ganado dos Tour de Francia. (Imago)
Alberto Contador ha ganado dos Tour de Francia. (Imago)

Lo que nunca se produjo a lo largo de 2016 ha ocurrido el primer lunes de agosto de este 2017. Alberto Contador anunció que lo deja, que hasta aquí ha llegado montado en una bicicleta compitiendo contra los mejores, dejándose las piernas por mantener o reencontrar el aura de campeón. Fintó con la retirada hace año y pico y esta vez no hubo lugar a engaño. Contador no dijo que a lo mejor lo dejaba, confirmó que nunca volvería a subirse al sillín como profesional, sí lo hará para disfrutar de su deporte, ese que le ha dado todo y le ha quitado parte. El más amado y odiado correrá por última vez en la Vuelta a España, la grande menos valorada y que más veces ha ganado, porque la siente como su casa. No era lo mismo irse en el Giro o tras otra decepción en el Tour. Mejor en casa, con los de siempre, arropado ante el fuego de la estufa de la mesa camilla.

Contador está en el podio del ciclismo español. A muchos esa colocación a continuación de Miguel Indurain en importancia histórica les rechinará, siete grandes vueltas, en cambio, confirman que es su lugar, adquirido a través de unos éxitos que nadie en activo se encuentra ni siquiera en disposición de igualar, al menos en cuanto a número. Dos Tours, dos Giros, Tres Vueltas... y parece que se retira un desecho porque no ha competido por el amarillo en Francia en los úlitmos años. Su mancha no es haberse quedado rezagado con la nueva hornada de rivales de Chris Froome, sino su sanción por dopaje. Antes y después del solomillo, Contador es "leyenda en activo", como lo define Javier Guillén, director de la Vuelta, en charla con este periódico.

"Es el corredor más espectacular que hay en el pelotón. Te enamoras de este deporte con ciclistas como él, que nunca especula, ataca desde el principo de puerto hasta el final, no se reserva. Nos enamoramos de este deporte por la épica, y esa la pone él en etapas como las de Fuente Dé y Formigal. Él es quizás el último representante del ciclismo tradicional, es el enlace del ciclismo de antes y el de ahora, el de los vatios", afirma Guillén, que se enteró de que Contador dará sus últimas pedaladas en su carrera como todos, por la prensa. "Se ha ganado por su trayectoria la posibilidad de tomar esta decisión. Me gustaría que hubiera seguido un año más por todo lo que nos aporta, pero solo nos queda disfrutarlo como un mito que es", añade.

Y como máximo responsable de la ronda española, sentía que era casi obligatorio para ellos mismos que Contador corriese su Vuelta. "Su presencia para nosotros es muy importante. Teníamos a las estrellas extranjeras, Froome, Bardet, Nibali... pero nos faltaba nuestro líder, un español, había ansia. Lo veía como una necesidad. El hecho de que Alberto se haya sumado es un fogonazo de pasión, la mejor guinda a un extraordinario pastel", sostiene Guillén.

"Cuando un deportista se retira es que lo ha meditado mucho, tarde o temprano tienes que dejar tu profesion. El ejercicio mental que hay que realizar es bestial", quien habla es el mayor de ese grupo de ciclistas que ha ofrecido al aficionado español algunos de los mejores años que se han visto en este deporte. Samuel Sánchez tiene cinco años más que Contador y ahí sigue, dando pedaladas. Sin tener todavía claro su futuro, si seguirá o no corriendo después de correr la Vuelta con el BMC, pero después de correr la Vuelta a Polonia ("Ha sido durísima, tenía tanta intensidad que parecía el Tour"), dedica unos minutos a El Confidencial para recordar que Alberto Contador es "el ciclista con más determinación" que ha visto jamás. Y no cree que se retire porque no puede más, porque aún lo ve con fuerzas. "Está capacitado para ganar aún la Vuelta, porque ganó el Giro en 2015. Ha ganado el Giro y la Vuelta desde que volvió de su sanción, pero en el Tour se ha dado cuenta de que no puede. El Tour no perdona un pequeño fallo, una caída...".

La decisión de Alberto la comprenden mejor que nadie los que le conocen, los que han sufrido con él. Samu Sánchez se exhibió junto al pinteño en el Tour de 2011, con unos ataques desde lejos que desestabilizaron la carrera y los pusieron a ambos en la cúspide del ciclismo mundial. Samu se llevó una etapa gracias a su rival y amigo, al que ha visto sufrir en esas tres semanas hasta París que coronaron por cuarta vez a Froome. "El deporte es muy traicionero. Cuando ves que haces unos grandes sacrificios y que el retorno que recibes después no es el que esperas, que sufres caídas, que no alcanzas objetivos... En ese momento, miras hacia atrás, ves que has ganado lo mejor que se puede ganar y dices 'hasta aquí', y eso es lo que ha hecho Alberto", dice Samuel.

Como comentó en este periódico con motivo de las 100 victorias de Valverde, Samuel reitera que a esta generación se la echará de menos cuando ya no esté. "A los ciclistas españoles se nos valora más fuera que en casa. El público español está mal acostumbrado, parece obligado que ganemos el Tour o la Vuelta todos los años y no siempre se puede. Pero se van a acordar de todos los que faltaremos", dice. Guillén reconoce que, en cuanto a cantidad de corredores muy competitivos, "es una generación irrepetible". "Hay que quedarse con su legado y lo han hecho desde España".

El positivo por clembuterol del Tour 2010, esos 0,00000000005 gramos encontrados en su orina, son una mancha en su historial, y no de las que se quitan con una servilleta y no se ven. Ese momento generó dudas sobre su limpieza, pese a que él y su entorno y los ciclistas amigos siempre han negado un dopaje premeditado, buena parte del incondicional ciclista sintió cómo se le rompía el corazón. Samuel Sánchez, siempre libre de dopaje en su carrera, cree que el caso de Contador "no resta a su carrera deportiva. Ha demostrado que era el mejor en la carretera". Para Guillén tampoco hay espacio para el recelo. "Se produjo esa situación, cumplió la sanción y no hay más que decir. Sanciones hay por todo tipo, por él fue el clembuterol. La sanción está cumplida. Analizada la carrera de Contador, es el corredor con más grandes", dice.

Lo que nunca se produjo a lo largo de 2016 ha ocurrido el primer lunes de agosto de este 2017. Alberto Contador anunció que lo deja, que hasta aquí ha llegado montado en una bicicleta compitiendo contra los mejores, dejándose las piernas por mantener o reencontrar el aura de campeón. Fintó con la retirada hace año y pico y esta vez no hubo lugar a engaño. Contador no dijo que a lo mejor lo dejaba, confirmó que nunca volvería a subirse al sillín como profesional, sí lo hará para disfrutar de su deporte, ese que le ha dado todo y le ha quitado parte. El más amado y odiado correrá por última vez en la Vuelta a España, la grande menos valorada y que más veces ha ganado, porque la siente como su casa. No era lo mismo irse en el Giro o tras otra decepción en el Tour. Mejor en casa, con los de siempre, arropado ante el fuego de la estufa de la mesa camilla.

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