La nueva filosofía del éxito para Contador: "El Tour es solo una carrera más"

El ciclismo, más incluso que otros deportes, es una lucha permanente contra los resultados, en la búsqueda incesante de ser el mejor en todas las carreras. Pocos se acuerdan, con el paso de los años, de los grandes corredores que hicieron una carrera formidable si no pudieron añadir a su palmarés algún triunfo sobresaliente. La manera de ganar, mientras sea limpia de dopaje (algo siempre puesto bajo duda por tanto tramposo durante tanto tiempo), es del todo irrelevante mientras se suba a lo alto del podio. Y aun con esta realidad muy presente en su personalidad, Alberto Contador ha surgido como defensor de la estética, dando prioridad a la calidad por encima de la cantidad.

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En una entrevista con 'Cycling News' durante el Tour de Abu Dabi, el nuevo líder del Trek-Segafredo ha mostrado un perfil diferente al que nos tenía acostumbrados. Es otra manera de enfocar su carrera, la cual se está acercando irremediablemente a su final, pero de la que se marchará, según parece, bastante satisfecho por lo que ha hecho y, en particular, por cómo lo ha hecho. En esa charla, Contador destaca tres momentos puntuales que él destaca por encima de todos en estos años. Uno de ellos es su ataque en el Alpe d'Huez del Tour de 2011, otro, su estratégica victoria en Fuente Dé que le dio la Vuelta 2012, y el último, el más reciente, la escabechina con Quintana sobre Froome en la última Vuelta.

"En Fuente Dé me la jugué porque podrían haberme cogido a cinco kilómetros de la cima, pasarme y habría perdido la segunda plaza. Si el día del Alpe d'Huez hubiera sido una etapa normal, habría podido ganar la etapa, pero pagué el esfuerzo que hice al comienzo y al final, Rolland me pasó y me arrebató la etapa", comentaba haciendo memoria. "Pero es cierto que, de esos tres días, solo obtuve la recompensa de la victoria en uno —Fuente Dé—, pero en los otros dos, aunque no gané, mi recompensa me llegó a través del reconocimiento. Una gratificación que prefiero, la gente la recuerda y la valora más, más incluso que tener un trofeo en mi vitrina".

Lo dice un ciclista que se ha desvivido durante una década por ganar todas las grandes y el mayor número de veces posible. Y lo ha hecho. Nadie en activo puede presumir de tener las siete grandes que se ha embuchado Contador desde que ganara el Tour en 2007. Pero la perspectiva de la edad le permite mirar atrás y tener otra visión sobre su carrera. Eso sí, irá a Francia en julio con la idea de volver a subirse a lo más alto del podio. "Si no pensara que tengo opciones de ganar, no estaría en la línea de salida", dice.

Pero a la vez recuerda que el Tour es solo "una carrera más". "Obviamente, el Tour es la más grande, pero hay muchas otras carreras. Por ejemplo, este año, para mí, el Tour es lo más importante, pero porque sea la más importante no significa que será la que más disfrute. Lo que yo veo como corredor es que es otra carrera que voy a intentar ganar, con un gran premio, pero nada más. Es cierto que ganar el Tour te cambia la vida, pero cuando lo ganas, vas a casa y, al menos en mi caso, sigues haciendo lo mismo de siempre", finaliza.