Movistar quiere coronar un año casi perfecto en la crono por equipos del infierno

No existe en el planeta ahora mismo un equipo más regular que el Movistar Team. Ninguno. No es chovinismo ciclista barato, es una realidad empírica que el conjunto telefónico es hoy en día el que más alegrías tiene a lo largo de la temporada, el que ha obtenido resultados más positivos de todos los que componen el pelotón internacional. Al final, ser primero en la clasificación del UCI WorldTour no deja de ser anecdótico, el ciclista lo que quiere es ganar carreras, vestir maillots de líder y estar en lo más alto del podio. Pero no hay mejor forma de reconocer la actividad de un club como liderar esa tabla a final de año. Quiere decir que las cosas se han hecho bien... y todavía pueden acabar mejor.

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Este domingo, el Movistar disputa la contrarreloj por equipos del Mundial de Qatar, la última gran prueba para cerrar una temporada que ha rozado la excelencia, pero a la que nunca se han atrevido a llegar. Cualquier otro equipo UCI soñaría con hacer podio en las tres grandes vueltas por etapas, ganar una de ellas, tener a un corredor campeón de Europa y un todoterreno como Valverde que ha corrido prácticamente todo lo humanamente posible.

El problema de un equipo como Movistar es la obligación de ganar todo aquello que se le ponga por delante. Para Valverde, el objetivo era ganar el Giro, y para Quintana, el Tour y la Vuelta. Por tanto, se puede decir que solo se cumplió un tercio de lo planificado, pero ¿sería injusto pensarlo así? Probablemente sí. Clavado en el corazón llevarán siempre no haber podido competir de tú a tú con Froome en el Tour pese a los visibles problemas del británico. La falta de organización, de estrategia, algo ya intrínseco al conjunto telefónico, le alejaron del jersey amarillo. Pero no dejaron escapar el rojo en España. Era la primera gran vuelta de Movistar en más de dos años, desde el Giro de Quintana en 2014. Pero desde que Dayer Quintana empezase a levantar los brazos en el Tour de San Luis en enero hasta que Visconti hiciera lo propio el 20 de septiembre, Movsitar ha estado siempre ganando.

No está previsto que lo haga, como decimos, en Qatar. Pese a ser un conjunto fuerte en la especialidad y siempre candidato a la victoria en las etapas de esta modalidad en las grandes vueltas, el Movistar no ha viajado a Doha con la presión de proclamarse campeón del mundo. Se sabe lejos, ahora mismo, de la superioridad manifiesta del Etixx y el BMC, los grandes dominadores de la crono por equipos. Y mucho menos, en una superficie como la catarí que no se adapta a las características de los corredores de Eusebio Unzúe, que mejoran sus resultados cuando el recorrido tiene alguna complicación, alguna subida o bajada aunque sea leve. "Primero, hay que llegar allí, ver cómo responder el cuerpo, saber el aire que va a hacer, y veremos. Yo veo al equipo bien, muy conjuntado", dijo el líder del equipo, Jonathan Castroviejo.

Y claro, mucho más complicada se plantea la cuestión teniendo en cuenta cómo son las condiciones que azotarán la carrera de principio a fin. Temperaturas de casi 40º y una humedad sofocante que harán que los ciclistas lleguen sofocados a la línea de meta. Esta es, de largo, la prueba menos dura en este sentido. 40 kilómetros de recorrido que se completarán en bastante menos de una hora. Es decir, habrá desgaste en las piernas y en la cabeza, no tanto de deshidratación, la cual sí se teme en la prueba de línea en todas las categorías (junior, sub-23 y élite, masculinas y femeninas).

Se habla incluso de que si la temperatura y la humedad llegan a considerarse peligrosas, la organización reduciría el recorrido de los 257,5 kilómetros de la prueba élite masculina a los 106,4 del circuito de la Perla de Doha, de 15,2 kilómetros al que se darán 7 vueltas. Es decir, la prueba se quedaría en la capital y no se adentraría en el desierto como está previsto.