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El duelo entre Nairo y Froome se cita en la etapa más dura de La Vuelta
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El duelo entre Nairo y Froome se cita en la etapa más dura de La Vuelta

Los dos mejores corredores de la ronda tienen por delante la etapa reina. El británico necesita remontar, el colombiano no se fía de su exigua ventaja de cara a la contrarreloj final

Foto: Chris Froome y Nairo Quintana (EFE)
Chris Froome y Nairo Quintana (EFE)
Foto: Nairo Quintana celebra su victoria en los Lagos de Covadonga (Javier Lizón/EFE)

Después de uno de los días más aburridos de la historia de La Vuelta llega la alta montaña. Quizá la única etapa de todo el recorrido que merece realmente ese nombre. Lo que se vio camino de la frontera francesa fue infumable. Un grupo de escapados sin oropeles, tipos que estaban a casi dos horas en la general, que llegaron primeros y sacando una minutada al pelotón en un ritmo de marcha cicloturista. Una tercera jornada de descanso para la competición de la que solo mereció la pena la sucesión de imágenes de San Sebastian y las arboledas del camino. La parte de las bicicletas fue perfectamente prescindible.

Sobrellevado el bostezo empiezan a sonar los tambores. o primero que hará La Vuelta este sábado será cruzar la frontera. Será en Francia la batalla. A diferencia de lo que se estila en la competición española, una etapa de montaña de verdad. No un llano interminable con un repecho al final de porcentaje elevado. No, algo más que eso, un día de los que marcan diferencias.

La reina de la ruta estará, como marca la tradición, al final. Será el puerto del Aubisque, de categoría especial, el que con sus duras y sostenidas cuestas hará la criba final. No tiene pendientes del 20%, de esas que tanto gustan a los organizadores de esta ronda, pero es un puerto de 15 kilómetros en el que nunca se deja de subir. Las pendientes más altas son del diez, pero la clave no está en la dificultad concreta del momento sino en la fatiga constante que ejerce sobre las piernas el no dejar nunca de subir.

Y de poco serviría el gran puerto si los corredores llegasen a sus faldas descansados. Pero no será así porque, aunque hoy hayan estado de paseo, antes del Aubisque tendrán suficiente terreno para no engañar a la fatiga. Antes del Aubisque, que es un especial, tres primeras. Inharpu, Soudet y la Marie-Blanque, puertos pirenáicos, de subidas sostenidas para descargar las piernas de energía de cara a la última cota.

placeholder Nairo Quintana y Alejandro Valverde.
Nairo Quintana y Alejandro Valverde.

Nairo y Froome

Además, la etapa es significativa. Nada está visto para sentencia y dos corredores, quizá los dos mejores del mundo en grandes vueltas en la actualidad se están jugando ganar la ronda española. La ventaja la tiene Nairo Quintana, que para eso es el líder. También es quien más necesita ganar. Para reafirmarse, para vencer a quien es su enemigo sobre ruedas, el hombre que ha ganado el Tour y que se presenta en España para hacer una temporada de ensueño: Christopher Froome.

El inglés puede no gustar a alguno. No se levanta de la bicicleta, no serpentea e incluso parece un poco clavado cuando sube. Nada más lejos de la realidad, ha demostrado que su frialdad da dividendos y que el potenciómetro no es magia, solo una manera inteligente de plantearse el ciclismo. Chocante, sí, alejada de los usos tradicionales, pero muy efectiva. De todos modos, y por más llantos que haya al respecto, lo que hace de Froome un coloso no es eso sino tener más piernas que los que le rodean. El que gana suele ser el mejor, al menos antes de los controles de dopaje.

Foto: Alberto Contador recibiendo atención médica. (Jerome Prevost/Reuters)

Son 54 segundos los que aventaja Quintana a Froome. Los dos necesitan sacar algo de ventaja en un día como este en el que todo pica hacia arriba. El británico porque va por detrás, y uno nunca puede estar satisfecho en la segunda plaza, más aún si es un gran vuelta. En el caso del colombiano la necesidad es numérica, es improbable que con menos de un minuto en su haber sea capaz de resistir una contrarreloj entera. No pudo ir a los Juegos y terminó el Tour enfermo, según cuentan en su equipo, pero el tiempo lo cura todo y ha aparecido pletórico en las primeras semanas de La Vuelta.

Es la guerra más interesante, pues es la que tiene la gloria de por medio. Pero nunca hay que descartar las historias secundarias, esas que salpimentan una etapa de interés. La más fácil, la más obvia también, es saber qué pasará con Alberto Contador. La carretera estas semanas ha marcado sentencia, no está al nivel de los mejores, pero no es probable que él lo crea así. El de Pinto, siempre levitando sobre la bici, hará lo posible porque se le vea. Para bien o para mal. Su relación con Tinkov estos años no ha sido excelente, al ruso no le gustaba que no ganase, a él no le encantaba que le exigiesen ganar. De lo que no se puede quejar, eso sí, es de no haber salido en la tele. Tanto ataque insustancial, tanta declaración altisonante, siempre con el maillot amarillo chillón puesto. La teoría dice que aspira al podio aunque para eso tiene que ser mejor que Valverde o que Chaves, algo no demostrado por el momento.

Chaves, por cierto, que es otro de los que tiene algo que decir en la etapa. Ha dado zarpazos en la carretera, pero siempre puede reafirmarse como un hombre a seguir para otras carreras. La Vuelta es un objetivo en sí mismo, pero también un modo de ponerse en el escaparate. Y Valverde, en su condición de gregario de lujo.

Y así, en los toboganes de los Pirineos, en las rampas de subida hasta el techo del Aubisque, la carrera se encontrará ante uno de sus capítulos principales.

Foto: Nairo Quintana celebra su victoria en los Lagos de Covadonga (Javier Lizón/EFE)

Después de uno de los días más aburridos de la historia de La Vuelta llega la alta montaña. Quizá la única etapa de todo el recorrido que merece realmente ese nombre. Lo que se vio camino de la frontera francesa fue infumable. Un grupo de escapados sin oropeles, tipos que estaban a casi dos horas en la general, que llegaron primeros y sacando una minutada al pelotón en un ritmo de marcha cicloturista. Una tercera jornada de descanso para la competición de la que solo mereció la pena la sucesión de imágenes de San Sebastian y las arboledas del camino. La parte de las bicicletas fue perfectamente prescindible.

Chris Froome Alberto Contador
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