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Valverde resucita por la desesperación de Nibali, pero Kruijswijk rompe el Giro
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el luxemburgués amplía mucho las ventajas

Valverde resucita por la desesperación de Nibali, pero Kruijswijk rompe el Giro

El ruso Alexander Foliforov se ha impuesto en la cronoescalada, en la que la maglia rosa, el holandés Steven Kruijswijk fue segundo y alejó a todos los favoritos, sobre todo a Vincenzo Nibali

Las cronoescaladas no suelen proliferar en las grandes vueltas por etapas, lo cual, sencillamente, es un error. Son hermosas, decisivas, rompedoras. Y dejan postales únicas tratándose, además, del Giro de Italia y de los Alpes, un paraje incomparable en Europa. Se intuía que, a estas alturas de competición, las diferencias salidas de esta cronoescalada iban a ser significativas, pero los números extraídos finalmente han superado las expectativas, más por quién ha sido el beneficiado y el perjudicado que por cualquier otra cosa. Steven Kruijswijk, un 'outsider' de libro, se ha dejado el Giro cuesta abajo en el Alpe di Siusi.

El hombre de los anchos hombros, con cuerpo más apto para el triatlón que para el ciclismo de carretera, sintió como el rosa se fundía en un profundo beso con su piel y le otorgaba las mismas fuerzas que la melena a Sansón. Escalador firme pero sin una trayectoria demasiado explosiva, encontró en los casi once kilómetros de la 15ª etapa del Giro su culminación, se topó de morros con el momento clave de su carrera deportiva. Subió solo una vez al podio, a recoger otra maglia rosa, por menos de un segundo. Sólo unas décimas le dieron el triunfo a Alexander Foliforov, lo cual supuso la primera gran alegría para el que amenaza con ser un gigante del ciclismo del futuro, el Gazprom, a los que el dinero se les cae de los bolsillos.

Como en los grandes puertos, como era el de Siusi, se iba a producir una selección natural de esas que hablaba Darwin, y otra no tan natural, sino más mecánica. Que Andrey Amador estuviera tan lejos en el primer parcial ya indicaba que su lucha por la general se iba a quedar en una cosa del recuerdo y para el orgullo nacional costarricense. Algo más brusca fue la eliminación de Rigoberto Urán y más natural la de Rafal Majka, que se ha quedado ya como convidado de piedra de lo que está por venir.

La mecánica fue lo que se cargó a Vincenzo Nibali. Bueno, y un poco sus cambios de desarrollo, claro. Se le cruzó la cadena cuando encaraba los últimos kilómetros de la ascensión, perdiendo ya una cantidad de segundos considerable con Kruijswijk. Intentó reconducirla en marcha rápidamente, jugándose un dedo y una pequeña caída. El mecánico de Astana también probó pero, desesperado, el 'Squallo' desenganchó los botines de los pedales, se bajó y arrojó con rabia la bici a la espera de la llegada de la de repuesto. Ahí perdió de vista a Kruijswijk, y dio vida a Alejandro Valverde.

La reacción de Valverde es de esas que hacen los grandes corredores. Después de un golpe bajo, de saberse derrotado, sacó el honor que llevaba dentro y estableció un ritmo sensacional durante toda la subida, hasta coronar segundo, solo por detrás de Foliforov, antes de que Kruijswijk le superara. Luego supo que Nibali se había quedado enganchado y que le había recuperado más de un minuto, que apenas lo tenía ahora a 38 segundos en la general. Otra cosa son los 3:29 que le saca Kruijswijk, que visto lo visto, va a ser muy complicado recuperarle en la semana de carrera que queda hasta Milán.

Hay Giro por delante. Como dijo Nibali, es un "Giro muy difícil", como todos lo son. No debemos olvidar nunca que Alberto Contador saboreaba el triunfo a falta de más de una semana y en el penúltimo día sufrió la crueldad de las cuestas italianas, de las que salió vivo con fortuna. Las diferencias ahora mismo no son abismales, en absoluto, y tampoco los favoritos han demostrado absoluta superioridad. Eso si, Kruijswijk va muy en serio. La 'corsa rosa' disfrutará este lunes de la tercera jornada de descanso antes e afrontar la última y decisiva semana de carrera. El mismo martes, dos segundas (que parecen primeras con todas las letras) y un tercera para seguir con la selección natural.

Las cronoescaladas no suelen proliferar en las grandes vueltas por etapas, lo cual, sencillamente, es un error. Son hermosas, decisivas, rompedoras. Y dejan postales únicas tratándose, además, del Giro de Italia y de los Alpes, un paraje incomparable en Europa. Se intuía que, a estas alturas de competición, las diferencias salidas de esta cronoescalada iban a ser significativas, pero los números extraídos finalmente han superado las expectativas, más por quién ha sido el beneficiado y el perjudicado que por cualquier otra cosa. Steven Kruijswijk, un 'outsider' de libro, se ha dejado el Giro cuesta abajo en el Alpe di Siusi.

Alejandro Valverde
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