Cómo hacer el "idiota" al celebrar un título mundial... ¡¡cuando faltaba una vuelta!!

Increíble lo sucedido este martes por la tarde en el campeonato del mundo de ciclocross sub-23. No, no se trata de un nuevo escándalo de dopaje mecánico sino que, en este caso, se trata de un error humano que Adama Toupalik no olvidará con facilidad. Y es que el joven ciclista checo de 19 años vivió el momento más feliz de su vida tras cruzar la meta en primera posición... pero el problema es que todavía quedaba una vuelta para acabar la prueba.

Toupalik vivió uno de los momentos más ridículos de su carrera. Después de una dura prueba, con un complicado recorrido y marcada por el agua en Heusden-Zolder (Bélgica), el joven checo tomaba en primera posición la curva a izquierdas que desembocaba en la línea de meta. Tras distanciarse de sus perseguidores, no tuvo problema en soltar el manillar, golpearse en el pecho e, incluso, echar una mirada hacia sus rivales. Acababa de ganar.

Pero, entonces, llegó su cruda realidad. Tras su celebración, colocaba de nuevo las manos en el manillar mientras seguía feliz por la victoria... mientras que el resto de competidores, sin mediar palabra, continuaban a pleno esfuerzo sobre su bicicleta. Fue entonces cuando le golpeo de lleno una certeza: tras echar un vistazo al marcador colocado sobre la línea de meta y tras escuchar los gritos de los aficionados, el mundo se le vino encima.

¡¡Había celebrado la victoria una vuelta antes de tiempo!! Tras darse cuenta del error, trató de subsanarlo y pelear por recuperar el tiempo perdido en la última vuelta, pero ya fue imposible. El belga Eli Iserbyt se hacía con el triunfo, mientras que el joven Toupalik tan sólo pudo acabar en segunda posición. El ciclista checo acababa de vivir uno de los grandes ridículos de su corta carrera deportiva, situación que él mismo llegó a reconocer.

Entrevistado en la línea de meta, muy afectado y entre lágrimas, se confesaba: "Fue un error mío. Celebré una vuelta antes del final. Nunca había pensado que me pudiera pasar algo así, pero desafortunadamente lo hice. Es terrible lo que me ha pasado, porque sé que podría haber ganado y era algo que llevo deseando desde que era júnior. Soy un idiota, nada más y nada menos". Así de sincero se mostraba el joven checo tras acabar la prueba.

Pero es que el final fue más duro aún si cabe. No sólo consiguió reengancharse al grupo de cabeza sino que, de nuevo, salía en la última curva (este vez a derechas) en cabeza. Toupalik comenzó a esprintar, pero Iserbyt no le soltó y se iba a quedar sin fuerzas en los últimos metros, donde el belga le iba a adelantar a falta de escasos metros para cruzar la meta. Toupalik nunca olvidará el día que ganó... cuando aún quedaba una vuelta.