Es noticia
¿Esta vez sí, Joaquim?
  1. Deportes
  2. Ciclismo
una "situación perfecta" para ganar una grande

¿Esta vez sí, Joaquim?

Después de tres años, Purito por fin vuelve a sentir los nervios en el estómago por la ilusión de ganar una grande. Su victoria en Sotres le deja en una "situación perfecta" de aquí a Madrid

Foto: A Purito le quedan seis etapas para lograr su gran sueño (EFE).
A Purito le quedan seis etapas para lograr su gran sueño (EFE).

De todos los que están corriendo la Vuelta, incluso de entre todos los que la empezaron y para desgracia de nosotros, pobres espectadores, ya no están compitiendo con el resto, no hay ninguno que se merezca tanto estrenarse en una gran vuelta por etapas que Joaquim Rodríguez. Ganar en Sotres es un alivio para él, para sus numerosísimos seguidores y una especie de reconocimiento personal dentro de un mundo que le ha tratado tan mal durante su larga carrera. Purito vino a la Vuelta después de correr el Tour, y ahí lo tienen, damas y caballeros, en lo alto de la tabla, oliendo ya el rojo como si lo tuviese pegado a la nariz.

A Purito la Vuelta se la ha jugado muchas veces. Ha sido como ese viejo amor de colegio que siempre te rechaza y que incluso, cuando te susurra al oído y tú sólo escuchas palabras de pura pasión, en realidad no hace otra cosa que confirmar lo de ‘te quiero como amigo’. Joaquim es de esos galanes de leyenda, que después de fracasar mil y una veces con proposiciones cada vez más apasionantes y avergonzantes vuelve una vez más a cantar bajo el balcón con la esperanza de que Julieta por fin se asome y le diga que suba. El tiempo hasta que el veneno de la edad le haga efecto se le empieza a echar encima, y por eso sabe que esta vez el cortejo tiene que surtir efecto: la dama debe ser suya ahora, o no lo será nunca.

En esta historia veronesa ambientada en el norte de España se cuela el otro, un pretendiente alternativo para la admirada y bella Vuelta, que a más de uno ha dejado hundido y ha preferido abandonar el duelo por su mano. Fabio Aru es joven, alto y esbelto y a la Vuelta le promete muchos más años de compromiso de los que le puede dar Joaquim. Sin embargo, a pesar de sus muchas virtudes, lo que sobresale por encima de ellas es un defecto ya no tan puntual y que, sin duda, se curará con el tiempo, pero que por ahora le resta puntos (y tiempo en la general, que de eso se trata al final): es inconstante, irregular, desaparece cuando más debe aparecer.

Ya en el primer día del Cantábrico fue el primero en cortejar a la dama con un ataque frontal, valiente y repleto de la energía natural de la juventud, pero también de la inconsciencia que le lleva a cometer errores. Aru probó suerte de lejos, sabiendo que el otro que también quiere la Vuelta, Tom Dumoulin, tiene una estrategia que va a seguir a pies juntillas y que no sabemos aún (hasta el desenlace del miércoles) si le dará resultado. Para intentar fastidiarle el plan al holandés impasible, Aru lo dejó tirado en la Fuente del Chivo y fue él mismo quien se quedó tirado, y si el puerto dura un par de kilómetros más se habría alejado del balcón de la Vuelta.

En Sotres pasó algo similar, pero esta vez sin el paso previo del ataque del líder: fue él quien fue atacado por Nairo y luego por Purito, teniendo una reacción poco mejor que la de Dumoulin, cuyo rostro de tranquilidad debe de ser una losa muy pesada para la moral de sus competidores. ¿Cómo está tan tranquilo si ha perdido un minuto en estos dos días? ¿Tan confiado está en su triunfo contra el cronómetro? ¿O simplemente sabe de sus limitaciones con la carretera empinada y se resigna a eso de ‘lo que tenga que ser, será’? Purito no vaciló, sacó su fusil, disparó y dejó al jersey rojo temblando de miedo.

"Estamos en una situación perfecta. No creo que un segundo sea importante. Lo importante es que las sensaciones son buenas", dijo. Y no le falta razón a Purito. Un segundo en el ciclismo no es nada, es una pedalada más, un último esfuerzo. Pero el rojo no es importante ahora, sino en Madrid (o en Burgos, directamente). Joaquim sigue sin nada que perder y todo por ganar y deja en la situación absolutamente contraria a Fabio Aru, que volvió a subir al podio, pero esta vez con menos felicidad. El cortejo a la Vuelta continúa…

De todos los que están corriendo la Vuelta, incluso de entre todos los que la empezaron y para desgracia de nosotros, pobres espectadores, ya no están compitiendo con el resto, no hay ninguno que se merezca tanto estrenarse en una gran vuelta por etapas que Joaquim Rodríguez. Ganar en Sotres es un alivio para él, para sus numerosísimos seguidores y una especie de reconocimiento personal dentro de un mundo que le ha tratado tan mal durante su larga carrera. Purito vino a la Vuelta después de correr el Tour, y ahí lo tienen, damas y caballeros, en lo alto de la tabla, oliendo ya el rojo como si lo tuviese pegado a la nariz.

El redactor recomienda