El tormentoso inicio deja una idea clara: Froome es el más fuerte... si lo permite Tejay

Lo llevamos tiempo diciendo: este Tour iba a ser verdaderamente emocionante. Nada que ver con la edición del 2014, que a estas alturas estaba más que decidida por un todopoderoso Nibali que se quedó demasiado pronto sin rivales de su altura. Ahora, precisamente el de Messina es uno de los más perjudicados de una semana y pico inicial muy dura, exigente hasta decir basta y que, entre otras cosas, ha servido para que los primeros puestos de la general vayan perdiendo lastre… y vayan surgiendo sorpresas muy positivas para la emoción que se viene en las montañas pirenaicas y alpinas.

Tejay van Garderen no entraba en las apuestas del inicio del Tour, pero tras la primera semana aparece como el segundo de la general, en buena disposición para optar, al menos, a uno de los puestos del podio. El jefe de filas del BMC, dos veces quinto en la grande boucle, afianzó su candidatura con la victoria en la crono por equipos, que le deja a 12 segundos de Froome. Y claro, el estadounidense se lo empieza a creer: "Quizá ahora haya que incluirme entre los favoritos y hablar de un Big Five. Pero ellos ya han ganado grandes vueltas y yo no. No tengo que dejarme intimidar, estoy en situación de afrontarlos y creo que tengo mis opciones", dijo.

Su segundo puesto llevó a Froome a designarle como su principal adversario a partir del martes, cuando con la llegada de la alta montaña el Tour entra en su fase decisiva. Este lunes, recordemos, es la primera jornada de descanso de lo que va de Tour. "El gran rival es Tejay, está sólo a 12 segundos, tengo que vigilarle, es el que está más cerca en la general", dijo el maillot jeune.

Pero sus palabras pueden resultar tanto engañosas como peligrosas. ¿Y si las dijo únicamente para lanzar un dardo a los que, en teoría, eran los favoritos para ganar el Tour? Cierto es que no le pega demasiado a Froome una crítica así, porque es una persona bastante fría, pero descartar directamente a Contador, Quintana y Nibali no resulta nada realista. Y lo que puede pasar es el efecto contrario, esto es, que estos tres adversarios se sientan señalados y le intenten demostrar que siguen muy vivos en la lucha por el Tour.

Con esto no quiero decir que Van Garderen no se haya ganado ser candidato. Pocos son los que dudan ya en meterle en una nómina de favoritos. Las escaramuzas de la primera semana no han dejado rasguños en la piel del corredor de origen holandés, que en la pasada Dauphiné demostró que ha mejorado mucho en montaña. "Era su punto débil y, como sabía que en este Tour no había contrarreloj lo ha trabajado. Le veo muy bien, creo que puede hacer algo importante", asegura su compañero en el BMC, Samuel Sánchez.

"No me siento inferior a Froome, como se demostró en la Dauphiné. El Tour es un maratón, veremos cómo están las fuerzas de cada uno", señala un Van Garderen, que tanto en 2012 como en 2014 se quedó a las puertas de subir al podio de los Campos Elíseos.

En esa carrera de una semana, Van Garderen dejó escapar la victoria final por tan solo 10 segundos con un pletórico Froome, que necesitaba un triunfo de prestigio para afianzar su confianza de cara al Tour, lo cual le ha venido de maravilla, porque además de no haberse visto involucrado en ninguna de las múltiples caídas (lo cual tiene mucho de fortuna pero también de habilidad) ha ido rascando segundo a segundo una ventaja sobre Contador y compañía que le hace llegar con mucha fuerza a estos momentos decisivos, los que de verdad dirán quién va a ganar la carrera.

El estadounidense tendrá ahora que hacer una carrera a contracorriente. El terreno que le resta por delante no le es favorable, aunque a favor cuenta con su regularidad. Por sus características, tendrá que esperar a que los otros fallen, pero, si lo hacen, el ciclista puede encontrarse en buena situación. Por el momento, Van Garderen llega con mejores augurios que el año pasado, cuando fue víctima de múltiples desgracias cuando contaba como uno de los candidatos al podium. Ahora, a medida que la carrera ha avanzado, su nombre emerge como el principal opositor a la jerarquía establecida. Mientras Nibali, Quintana han perdido tiempo y Contador se ha dejado unos segundos, Van Garderen mantiene firme la posición. "Es un corredor de una calidad tremenda, como se vio en la Dauphiné, donde demostró que también está fuerte en la montaña. Aunque en una gran vuelta no sabemos lo que puede dar de sí, creo que será un gran rival", avisa Contador.