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África también existe en el ciclismo
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Teklehaimanot luce el maillot de lunares

África también existe en el ciclismo

Daniel Teklehaimanot no dice mucho, sólo suela raro al oído. Tampoco el MTN-Qhubeka. Pero el primero es el maillot de lunares en el Tour y el segundo el equipo que pone a África en el mapa ciclista

Foto: Teklehaimanot estrenó su maillot de lunares en la etapa entre Livarot y Fougeres (Reuters).
Teklehaimanot estrenó su maillot de lunares en la etapa entre Livarot y Fougeres (Reuters).

Por primera vez en lo que va de Tour hubo una jornada bastante tranquila. Tanto, que pareció hasta aburrida. Ya si no se cae un ciclista parece que no pasa absoutamente nada. Ha habido tantos corredores que se han ido al suelo que parece lo normal, lo habitual y si no pasa así, no emociona. Pero la verdad es que la séptima etapa, la que completa el primer tercio de estagrande boucle, pasaron tres cosas verdaderamente históricas que no se olvidarán fácilmente.

La primera es que se inició la carrera sinmaillot jeune, ya que Chris Froome decidió no vestirlo por respeto al retirado Tony Martin; la segunda, que Mark Cavendish sumó su 26ª victoria en el Tour, lo que le coloca como el tercero con más triunfos en la ronda francesa; la tercera, que por primera vez un negro vistió de lunares, lo que hacía también que por primera vez un equipo africano se posicione en uno de los lugares de privilegio del Tour: es, sin duda, el mayor éxito africano en la historia del ciclismo.

Sin ir más lejos, ya era un hito sensacional e inigualable en África el hecho de que el MTN-Qhubeka fuera uno de los 22 equipos participantes en el Tour de Francia 2015, algo que no había conseguido ningún otro equipo africano jamás. A partir de ahí, cualquier paso adelante era eso, historia pura y dura del ciclismo del continente negro por la falta de éxitos anteriores y los muchos que se prevén en el futuruo. Pero nadie se imaginaba jamás que se podría conseguir algo tan importante como elmaillotà poisque lucióDaniel Teklehaimanot en Le Havre.

Era complicado que lo perdiera en su estreno y habría sido bastante cruel que en una etapa bastante llana (aunque algo rompepiernas, engañosa) con apenas un puerto de cuarta categoría apareciese otra vez Purito Rodríguez para recuperar sus lunares. No pasó, por lo queTeklehaimanot volvió a subir a lo más alto del podio de una etapa del Tour para recoger sumaillot, para volver a recordar al planeta ciclista que África ha apostado por el ciclismo y que van seriamente para arriba, para ser en pocos años un grupo de corredores a tener en cuenta en los años venideros.

"Son los próximos colombianos", dijo Hinault

Ya lo dijo uno que de las bicicletas sabe bastante. Bernard Hinault ganó cinco en su carrera y un día reconoció que ve en los corredores africanos a "los próximos colombianos. Son verdaderos atletas, están ahí -en las grandes vueltas- para ganar. ¿Por qué deberían ganar sólo ciclistas blancos? Son grandes escaladores y lo veremos en el Tour". Llevamos una semana y ya el MTN-Qhubeka ha colocado aTeklehaimanot entre los mejores con perspectiva a mantenerlo en los próximos días. Y luego vendrá la alta montaña, donde de verdad se decide este jersey de lunares. Y allí intentará estar este chaval de 26 años que un día soñó, mientras ganaba en el Tour de Ruanda, que correría el Tour.

En realidad, ser de Eritrea es jugarcon cierta ventaja. El pequeño país se encuentra situado al norte del cuerno de África en una zona muy montañosa conocida como el Gran Valle del Rift. Hay extensas superficies que no bajan de los 2.000 metros de altura y para un ciclista eso es oro, no sólo porque pueda convertirse en un gran escalador, sino porque al estar tan alto, el mismo esfuerzo se realiza con menos oxígeno, por lo que la resistencia a alturas cotidianas resulta mayor. "Nuestra geografía es una parte importante de por qué somos buenos, pero también trabajamos muy duro", dijoel propioTeklehaimanot en declaraciones aThe Guardian.

No es de Eritrea, pero tiene un mérito también incalculable que un equipo surafricano como el MTN-Qhubeka participe en el Tour de Francia. Este éxito no es nuevo ni inesperado, en realidad, porque ya obtuvieron una plaza que supo a gloria en la pasada Vuelta a España. Fue una participación sin alardes, donde los ciclistas de la formación compitieron con los mejores pero sin resultados destacables. Es el jersey de lunares de Teklehaimanot lo más grande que ha logrado este conjunto... pero es sólo otro paso más en un crecimiento asombroso y prometedor del ciclismo africano, que ya puso también su granito de arena en el pasado Giro de Italia con la participación de Tsgabu Grmay en el conjunto Lampre.

Por primera vez en lo que va de Tour hubo una jornada bastante tranquila. Tanto, que pareció hasta aburrida. Ya si no se cae un ciclista parece que no pasa absoutamente nada. Ha habido tantos corredores que se han ido al suelo que parece lo normal, lo habitual y si no pasa así, no emociona. Pero la verdad es que la séptima etapa, la que completa el primer tercio de estagrande boucle, pasaron tres cosas verdaderamente históricas que no se olvidarán fácilmente.

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