Quintana y Contador, dos maneras muy diferentes de asumir un modesto inicio

No era una etapa prólogo exactamente. Los casi 14 kilómetros que recorrieron los ciclistas para dar comienzo a este Tour 2015 no son los 6 o 7 que se suelen ver en las prólogos. Por tanto, había una distancia y un tiempo que permitía que se creasen las primeras (y por supuesto, pequeñas) diferencias entre algunos de los principales candidatos al amarillo. Y como este Tour tiene pinta de no querer decepcionar a nadie, desde el primer momento ya ha puesto la carrera de lo más interesante... con el campeón vigente ya comandando el cuarteto de grandes.

En los poco más de 15 minutos que se iba a tardar en completar la etapa, las distancias, como decimos, no podían ser demasiado importantes ni determinantes para el transcurso de la Grande Boucle, pero sí que nos iban a dejar las primeras sensaciones sobre cómo han llegado esos llamados a llegar de amarillo al Arco del Triunfo. Y lo extraño pero a la vez absolutamente comprensible es que haya opiniones entre los mismos corredores tan diversas sin importar la clasificación obtenida. El ejemplo claro lo pusieron Nairo Quintana y Alberto Contador.

Contador cruzó la línea de meta con casi un minuto perdido con respecto al recordman Rohan Dennis (que batió el registro de la etapa con la velocidad media más alta de la historia con sus 55'4 kilómetros por hora). Bien es cierto que la pelea contra el crono nunca ha sido su especialidad, pero sí destaca sobre otros escaladores en su buen hacer en esa disciplina. Perder casi un minuto en un cuarto de hora, sin embargo, es un mal resultado. Y él lo asume como tal, como no puede ser de otra manera.

"Me hubiera gustado estar delante de ellos, al menos de la mayoría, pero las diferencias han sido pequeñas y todo ha quedado bastante parejo. Las sensaciones no han sido buenas y cuando me dijeron el tiempo de los demás no me desanimé porque estamos todos igualados". Claro que las características de la etapa no le favorecían y el calor que caía sobre Utrecht no era especialmente agradable, pero esta contrarreloj contrasta y mucho con la que prácticamente le aseguró el Giro de Italia.

Y tres segundos por detrás del pinteño, a un minuto y un segundo de Dennis, apareció Nairo Quintana. El colombiano fue el más desfavorecido en la clasificación general, acabando a 18 segundos de Nibali, lo cual no es demasiado significativo, pero sí es un primer estacazo que le endosa elTiburónde Messina.Lo que cabría pensar entonces es que no hubiese acabado contento con su resultado, pero, por el contrario, el de Movistar se tomó de manera positiva su rendimiento.

"Ha sido una contrarreloj muy exigente, pero en cuanto a las sensaciones me he encontrado bien", dijo al acabar la etapa. Nada que ver con lo que dijo Contador, al que tiene ya por delante. Pero lo que para Alberto ha sido un mal día, para Nairo es la sensación de haber salvado con creces una etapa que no se ajusta a su perfil.

Pinot avisa a los favoritos

Y de repente, cuando menos se esperaba, apareció el séptimo en discordia, uno de esos corredores con los que nadie cuenta pero que indudablemente debe ser incluido entre los candidatos por méritos propios. Thibaut Pinot fue el mejor de los siete grandes, acabando dos segundos por delante incluso de Nibali. Pero el francés, como es natural, no va a lanzar las campanas al vuelo, sería un suicidio."Estas ventajas que he logrado no son nada con todo lo que queda por delante, es algo anecdótico. Más que la ventaja, lo importante ha sido que me he dado confianza a mi mismo", reconoció el corredor del FDJ.