Richie Porte lucha por el rosa sobre las ruedas de su bici... y de su caravana

Había tardado ocho etapas en aparecer, pero en algún momento el equipo más regular tenía que saltar a las portadas de las noticias del ciclismo mundial. No es lo mismo una competición sin el Movistar dando que hablar. No hicieron una mala crono por equipos, colocándose quinto en la primera clasificación del Giro, pero no era ese su terreno. Fue llegar la montaña, aunque tampoco fuera una bestialidad de kilómetros de ascensión (qué poca montaña tiene este Giro), y de repente, Beñat Intxausti volvió a reencontrarse con un viejo amor del pasado, la corsa rosa, y le lanzó un flechazo al corazón que la volvió a enamorar. Aunque al que le dolió fue a Mikel Landa, cabreado consigo mismo por no alcanzar a Beñat.

Por diferentes motivos, los variados equipos que conforman el pelotón de las grandes vueltas, incluso de las pequeñas, crean un abanico de conceptos, de formas de afrontar el ciclismo y es esta variedad de criterios uno de los aspectos que hacen a este deporte ser tan hermoso. El Tinkoff-Saxo tiene un dueño de lo más peculiar que consiguió hacer de su cerveza un fenómeno económico a la vez que una polémica histórica. Astana no es capaz de alejar el fantasma del dopaje de sus espaldas a pesar de que no para de obtener fantásticos resultados sobre el asfalto. Pero si hay uno que es verdaderamente especial por sus métodos, ese es sin duda el Team Sky, que tiene a su líder viviendo cada noche del Giro de Italia en una caravana.

Sí, tal cual suena. Bueno, tal cual suena exactamente, no. Claro que no es una caravana tipo las que se pueden encontrar en cualquier camping a orillas de la costa del Algarve o en la Selva Negra alemana. Se parece bastante más a la que diseñó el personaje que interpretaba Robert de Niro en Los Padres de Él, la exitosa secuela de Los Padres de Ella. Por fuera parece un imponente autobús negro y gris con los cristales tintados y alguna extraña protuberancia que se explica viendo el interior, con el que todo cambia: televisión por cable, baño, cocina y una cama elegida por el propio Richie Porte.

Y es que la decisión de que el australiano no pase las noches con sus compañeros de equipo en los hoteles que va visitando el Sky es suya. Fue él el que pidió a su equipo que le facilitaran una de esas macrocaravanas que ya tienen los pilotos del equipo de Moto3 del propio Sky. Romano Fenati y Andrea Migno duermen en cada Gran Premio en esas lujosas casas motoras. Y el resultado parece haber sido positivo, ya que se ha decidido exportar la idea al ciclismo, aunque por ahora sólo al líder del equipo: nada de mezclarlo con la plebe de los gregarios.

“Es el siguiente paso a usar nuestros propios colchones cada noche, lo cual ya hacemos”, dice un miembro de Sky. Y así es, mientras la caravana de Porte está aparcada en el parking del hotel de concentración, sus compañeros duermen en las habitaciones con el mismo colchón cada noche. ¿Se imaginan que después de recorrer 200 kilómetros de montaña un ciclista se encuentre con un colchón en mal estado? Le podría destrozar la espalda y, por tanto, sus opciones en la ronda.

“Tuvimos la idea del motociclismo. El beneficio es la familiaridad que obtiene el deportista. Hicimos un estudio sobre el impacto que tiene estar en un hotel diferente cada día durante tres semanas y vimos que era estresante”, continúa. “Esta medida, dormir siempre en el mismo sitio, disminuye el estrés. Es la continuación de la búsqueda de beneficios marginales”. Cuando se conoció la decisión, era natural que surgieran los primeros rumores, los cuales fueron rápidamente descartados por los miembros de Sky: “¡No duerme fuera porque ronque!”.

Hasta el momento, el resultado no parece ser demasiado evidente. El australiano dormirá de un tirón todas las noches, después de ver un ratito la tele, pero su rendimiento no se ha visto exageradamente aumentado, ya que sigue por detrás de Alberto Contador y Fabio Aru en la lucha por el rosa. No es una medida que provoque unas mejoras inmediatas, está claro, y por ello en Sky quieren tener paciencia y apreciar si a largo plazo, es decir, cuando esté acabando el Giro, los resultados empiezan a verse. De ser así, es bastante probable que se tome la misma medida con Chris Froome durante el próximo Tour de Francia.