“El Tour se quedó pobre” para una España a la que le gusta sufrir en bicicleta

El pasado domingo, Alberto Contador subía a lo más alto del podio situado de la Plaza del Obradoiro de Santiago. El ciclista pinteño lograba su tercera corona en la ronda española tras las conquistadas en 2008 y 2012 y se situaba a la altura del danés Tony Rominger. Por encima sólo tiene la figura del bejarano Roberto Heras con cuatro. Se trata la mejor noticia para uno de los grandes del pelotón que vio cercenadas sus aspiraciones en el último Tour de Francia, su gran objetivo, debido a una desafortunada caída. Un costalazo que le fracturó la tibia y le dejó fuera de combate en el décimo asalto de ‘La Grand Boucle’. Gracias a una fulgurante recuperación aceptó el reto de estar presente en la Vuelta. Un hecho que ha catapultado al mayor evento ciclista que se disputa en nuestro país a registrar los mejores datos de audiencia de los últimos años, situándose incluso por encima del Tour.

Los datos facilitados el lunes por TVE fueron concluyentes: 1.487.000 espectadores de audiencia media (14% de cuota de pantalla) suponen el segundo mejor registro desde 2005 cuando el seguimiento televisivo se fue hasta 1.976.000 espectadores. En estos últimos nueve años sólo la edición de 2012 ha sido capaz de superar estas cifras. Ese año, 1.599.000 televidentes fueron testigos del apasionante duelo a tres bandas entre Contador, Valverde y ‘Purito’. En total, la Vuelta concentró frente a la caja tonta a una audiencia acumulada de 31.247.000 espectadores. Una cifra que se sitúa a años luz de los 21.475.000 (1.022.000 de media) registrados en 2013. En este contexto, hay que aclarar que el pasado año la cobertura de carrera por etapas estuvo dividida entre TVE (10 etapas) y su canal temático Teledeporte (11 etapas).

Como era de esperar la etapas de montaña fueron las que más éxito cosecharon entre la audiencia. La decimosexta etapa, con final en La Farrapona fue la más vista con 2.400.000 televidentes y un 19,4% de share. Por detrás, un clásico: la ascensión a los míticos Lagos de Covadonga (2.383.000 y 19%). Completa el podio de etapas mayor seguimiento el estacazo de Contador en el puerto de Ancares (2.362.000 y 18,7%). Un día donde el madrileño se convertía virtualmente en el líder final de la carrera, aliciente que provocó que las 17.42 horas acabara como el minuto más visto de la jornada (3.107.000 espectadores).

Además, 21.455.000 personas, poco menos de la población total de nuestro país, conectaron en algún momento con TVE para seguir las andanzas del pelotón. Unos resultados alentadores que llenan de optimismo a los responsables del evento. “Estamos encantados de la vida. Para nosotros es una noticia estupenda”, reconoce a El Confidencial, Javier Guillén, director de la Vuelta a España. Una tendencia al alza que, insiste, “no es fruto de la casualidad” sino que reside en la capacidad a la hora de reinventarse cada año y para vender un producto que y hacerlo atractivo a los ojos de la gente.

Carlos de Andrés, una de las voces más autorizadas dentro del ciclismo en España, indica que la clave de este empujón está en el nivel de sus participantes. “Más importante que la carrera son los corredores. A la gente le encanta ver a los mejores. Y este año, ver luchar a Froome con Contador hasta el último momento ha hecho que le gente permanezca atenta al televisor”, explicaba a este diario un hombre que empezó a cubrir la Vuelta hace 27 años. Además de los vibrantes duelos en algunas de las grandes cimas de orografía patria, la originalidad y lo atractivo del recorrido constituyen son algunos aspectos que han ayudado a no caer en la rutina y saber enganchar a los profanos en materia ciclista. “El ciclismo en nuestro país cuenta con una base sólida que sigue fielmente las grandes carreras. Pero lo más importante es que tiene un amplio potencial de crecimiento dentro de la población. Los paisajes que se pueden ver a través de televisión, los horarios de las carreras y el hecho de que se corra en periodo estival son también ayudan a que la respuesta de la gente sea satisfactoria”

Del mismo modo, destacan los intentos por querer darle al coco por parte de la organización a la hora de buscar nuevos focos de que despierten el interés. Todo empezó con una contrarreloj nocturna en Sevilla. Luego vino una salida desde el circuito del Jarama, una llegada a la plaza de toros de Pamplona y el arrancar la jornada desde una batea en tierras gallegas. Este año la tercera etapa partió desde el portaaviones Juan Carlos I, el más grande de la Armada, atracado en el Puerto de Cádiz. Se trata de darle una vuelta de tuerca, no instalarse para, como asegura Javier Guillén, “conseguir fabricar un producto atractivo”.

El contrato de la Vuelta con la cadena pública expira en año 2016, pero en vista del gran seguimiento no parece que haya problemas para renovar al acuerdo. “Siempre ha apostado de forma decidida por nuestro deporte. La Vuelta a España tiene en TVE su casa y así seguirá siendo”, apunta Guillén. Porque además de la apuesta, los frutos son irrefutables. El 14% de cuota de pantalla supera en más de cuatro puntos (4,3%) la media de cadena pública en la primera quincena del mes de septiembre (9,7%). “Somos el único deporte fuera del fútbol (Champions y selección española), la Fórmula 1, Moto GP que es capaz de retener frente al televisor a más de un millón y medio de personas”, confirma orgullo el máximo responsable organizativo de la Vuelta. Para que se hagan una idea, el cuarto partido de la final ACB entre el FC Barcelona y el Real Madrid reunió a un promedio de 1.336.100 sumando el registro de La1 (992.900) y TV3 (342.800)

En este sentido, la lacra del dopaje, quizá el elemento perturbador de un deporte que engancha y suma adeptos cada día, no está suponiendo una rémora para la afición. Al menos en lo que a datos de audiencia se refiere. “Sabíamos que teníamos un gravísimo problema con el dopaje. Creo que hemos sabido combatirlo. De hecho, el ciclismo es el deporte que más fuerte está trabajando en la lucha contra el dopaje y poco a poco se están viendo los resultados”, confirma Javier Guillén. Para Carlos de Andrés, sin embargo, el tema del dopaje no supone una rémora para el ciclismo en lo que a términos de seguimiento televisivo se refiere. “Pese a los escándalos que han salpicado al ciclismo en los últimos tiempos la gente sigue ahí, detrás de la pantalla. Les gusta ver el sufrimiento y la épica de este deporte”.

Lo que más impacta de las cifras es que la Vuelta haya logrado relegar al Tour. La ronda gala fue seguida por 25.585.000 espectadores, 5.662.000 menos que la cita española. “El Tour se quedó pobre para nuestros espectadores. Los abandonos de Contador y Froome lastraron el espectáculo de manera demoledora”, sentencia el narrador de la Vuelta en TVE. Y es que, con los datos en la mano, ninguna etapa se acercó a los dos millones de espectadores. Pese a emitirse íntegramente en la primera cadena de TVE, la etapa de Risoul cosechó 1.622.000 espectadores, lo que supuso un 14,4% de share. No ocurrió lo mismo en Francia. Los vecinos siguieron con atención la evolución de sus ciclistas, ansiosos por ver la aparición de algún ídolo que se suba al grupo de cabeza y les haga vibrar.