Ryder Hesjedal pasa de los rumores y gana como una moto en La Camperona

El ciclista canadiense Ryder Hesjedal se ha impuesto en solitario este sábado en la decimocuarta etapa de La Vuelta a España, disputada entre Santander y La Camperona sobre 200,8 kilómetros, una jornada con tres puertos de montaña y final en el puerto de primera categoría, en el que se vio mucho movimiento entre los favoritos, y en el que se pudo ver sufrir al líder Alberto Contador, que se dejó siete segundos con Chris Froome y seis con Joaquim 'Purito' Rodríguez.

Los tres últimos kilómetros de la etapa de este sábado, con rampas constantes del 15% y máximas de hasta el 24%, permitieron ver una gran batalla por el triunfo de etapa y otra por la general. En la primera se impuso Hesjedal que se metió en la escapada del día y supero en unos magníficos últimos metros al suizo Oliver Zaugg. En la lucha por la general se vio ceder por primera vez en lo que va de ronda a Contador. En unos frenéticos dos últimos kilómetros atacó primero Alejandro Valverde, que acabaría cediendo, al poco tiempo respondió Contador y finalmente un Froome que se había quedado inicialmente se puso a tirar y sacó de rueda al pinteño, llevándose tan solo con él a Rodríguez y recortando tiempo con el maillot rojo y con el de Movistar.

Ryder Hesjedal lleva siendo noticia en la Vuelta desde hace varios días. Sin embargo, el canadiense está copando titulares no por sus victorias, sino por la polémica que se generó en la séptima etapa -la jornada que transcurrió entre Alhendín-Alcauddete-, cuando tras irse al suelo en una pequeña bajada su bici comenzó a girar sobre sí misma. Algunos le acusaron de llevar un motor oculto en su Cerveló y el bulo comenzó a crecer de tal manera que no había día en el que algún curioso se acercara al autobús del Garmin a preguntar sobre esa cuestión. .

Hesjedal puso la guinda a un día perfecto. El del Garmin formó parte de la numerosa escapada del día y fue sobreviviendo cuando el grupo se desmoronaba. No se rindió cuando Oliver Zaugg se marchó en solitario y tras regular en los metros finales rebasó a éste como una exhalación, como si llevara un motor en su bici, aunque la única propulsión que mueve su bici es la fuerza de sus piernas. Con esas piernas ya estrenó su palmarés en 2009, también en la Vuelta a España, ganando en el Alto de Velefique, aunque su mayor logro lo alcanzó en 2012 cuando le arrebató el triunfo final en el Giro de Italia a Joaquín Rodríguez por solo 16 segundos.

Desde entonces el canadiense apenas ha vuelto a aparecer en los primeros lugares de las carreras a las que ha acudido, pero en esta Vuelta está reencontrándose con su mejor versión. Esa que comenzó a labrar en 2004 cuando preparaba los Juegos Olímpicos de Atenas, pero en mountain bike. Entonces recibió una oferta del Discovery Channel de Lance Armstrong para que probara en ruta las buenas prestaciones que estaba dando en btt. Ryder aceptó y tras ser quinto en la Klasika de Primavera decidió lanzarse al asfalto. En 2006, cuando militaba en Phonak, los escándalos de dopaje que asolaban al ciclismo le hicieron replantearse su futuro en el ciclismo.

Ayer, en la inédita subida a La Camperona, Ryder empleó menos tiempo pero alcanzó mayor gloria, dejando atrás los rumores del motor y las acusaciones de Michael Rasmussen, cuando en noviembre de 2013 le involucró en asuntos turbios que nadie ha podido demostrar.