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El día más "agridulce" de Tonina Pantani, que aún siente "rabia, rabia y más rabia"
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"¿Por qué ha tenido que pasar este tiempo?"

El día más "agridulce" de Tonina Pantani, que aún siente "rabia, rabia y más rabia"

"Por un lado estoy contenta -dice Tonina-, después de muchos años ya no estoy gritando al viento. Pero dentro de mí hay también rabia, rabia y rabia”

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Este sábado fue un día de alegría contenida en Cesenatico. Era indudable que la decisión de la Fiscalía de Rímini de reabrir el caso de Marco Pantani tenía que ser recibida con una sonrisa y mucha satisfacción por el resultado obtenido tras muchos años de trabajo incansable. Pero el recuerdo del motivo que provoca esa alegría genera a su vez una irremediable y dolorosa tristeza. La muerte de un ser querido, por mucha justicia que se haga, jamás será olvidada ni superada.

“El sabor es agridulce –dice Tonina Pantani, la ‘madre coraje’ del Pirata–. Por un lado estoy contenta, después de muchos años ya no estoy gritando al viento. Pero dentro de mí hay también rabia, rabia y más rabia”. Una pequeña recompensa, después de años de sacrificio, de pedir cosas a la justicia y que ésta ni siquiera la mirara a la cara o disimulara escucharla. Es el triunfo sufrido y melancólico de una persona que lucha porque el recuerdo de su hijo muerto no sea el que quedó para la posteridad. Marco, para Tonina, no era un suicida; Marco fue una víctima.

“¿Por qué todo este tiempo? ¿Por qué en el 2004 algunas cosas no estaban claras y nadie ha hecho nada para darme respuestas?”. Preguntas retóricas que difícilmente algún día serán respondidas como ella querrá, y aunque obtuviera las palabras que la consolaran, el sufrimiento acumulado no sería jamás compensado por una década viviendo lo que Tonina considera que era una mentira y una trama para ocultar la verdadera razón de la muerte del Pirata, que según los últimos datos aportados a los tribunales, todo apunta a un homicidio intencionado.

Aunque la voluntad de Tonina siempre ha sido inquebrantable y sus allegados siempre han confiado en que este día llegaría tarde o temprano, esta mujer nunca habría conseguido llegar hasta aquí (y hacerlo todavía cuerda) de no ser por una actividad que la abstraía de todo el asunto del ganador del Giro y Tour de 2008. “Disfruto con mis chicos, mis ‘bebés’ de la Pantani Corse. Si no fuera por ellos, habría sido muy difícil resurgir después de todo lo que ha sucedido”. La Pantani Corse es un equipo ciclista que creó la familia del Pirata para formar a nuevos amantes de los pedales y que compite en el circuito de Rímini, ciudad donde falleció Marco. En honor a sus victorias, los chicos de Tonina visten un maillot giallorosa (amarillo y rosa).

Y por otro lado, un día como el de este sábado es difícil de sobrellevar por la imposibilidad de separarse del teléfono. Decenas de personas, familiares, amigos, periodistas y curiosos trataron de ponerse en contacto con Tonina para darle las felicidades, para preguntarle sus impresiones, o simplemente, para cotillear. “La primera llamada fue a las cuatro de la madrugada y después ha sido un no parar. Me decían ‘¿molesto, señora?’. Y yo decía, ‘eh, pues sí, no consigo ni siquiera respirar’. Pido comprensión y un par de días de tregua”.

Tonina no se ha podido librar nunca del fantasma de su hijo, ni siquiera diez años después. “Han sido unos meses estresantes. Hemos estado siempre moviéndonos de un lado para otro para hablar de Marco y del libro que he escrito”. Esa obra fue publicada justo cuando se cumplía el décimo aniversario de los lamentables hechos y colaboró con el periodista Francesco Ceniti. Un ensayo profundo y conmovedor sobre lo que la familia Pantani considera que es la verdad de lo ocurrido aquel 14 de febrero de 2004 en una de las habitaciones de la residencia Le Rose.

Pero en este tiempo, no sólo ha habido giras para comentar con el público algunos aspectos del libro, sino que “han ocurrido cosas extrañas. Últimamente algunos han intentado convencerme de que no hiciera nada, a no presentar el recurso. Me decían que iba a perder tiempo y dinero. ¿Y si no era una simple casualidad? Me toca pensar mal, es la única forma que tengo de defenderme”.

Este sábado fue un día de alegría contenida en Cesenatico. Era indudable que la decisión de la Fiscalía de Rímini de reabrir el caso de Marco Pantani tenía que ser recibida con una sonrisa y mucha satisfacción por el resultado obtenido tras muchos años de trabajo incansable. Pero el recuerdo del motivo que provoca esa alegría genera a su vez una irremediable y dolorosa tristeza. La muerte de un ser querido, por mucha justicia que se haga, jamás será olvidada ni superada.

Marco Pantani
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