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Nibali le regala el liderato del Tour a Vinokourov por su carta de reproche
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recibió Una dura misiva por su bajo rendimiento

Nibali le regala el liderato del Tour a Vinokourov por su carta de reproche

El manager del Astana mandó una dura misiva al italiano en el que le recriminaba su bajo rendimiento en los últimos tiempos. Su victoria calma los ánimos

Foto: Nibali en el podio de Sheffield.
Nibali en el podio de Sheffield.

Vincenzo Nibali subía ayer al podio de Sheffield a recoger el maillot amarillo que le correspondía tras haber ganado la exigente segunda etapa de este Tour de Francia. El italiano con su maillot de campeón nacional conquistado hace escasamente una semana se mostraba exultante, no cabía en sí de felicidad. Todo eran buenos gestos y sonrisas de oreja a oreja, aunque detrás de tanta alegría iba oculto un mensaje para su jefe, el manager del Astana Alexander Vinokourov.

El italiano ha contestado de la mejor manera que sabe hacerlo –con dos victorias y liderato del Tour de Francia en siete días- a las críticas lanzadas desde su propio equipo cuando a finales de abril recibía una carta firmada a puño y letra por Vinokourov y en el que se le exigía un mayor rendimiento sobre el asfalto. El 2013 fue el año del ‘Tiburón’, como se conoce a Nibali en el pelotón. Su arranque de temporada fue brillante ganando Tirreno Adriático, Giro del Trentino y Giro de Italia –con dos etapas incluidas-. Sin embargo, tras conquistar la ‘corsa’ rosa y renovar su contrato hasta 2016 con casi cuatro millones de euros de emolumentos por año en una visita a la capital de Kazajistán –donde el primer ministro Nursultán Nazarbáyev mandó hacer una réplica del trofeo del Giro para exponer en el Museo del Deporte de Astaná, la idílica relación entre Nibali y los mandamases kazajos comenzó a deteriorarse.

Ajenos a las obligaciones deportivas del italiano, los dirigentes del equipo kazajo exhibieron a su líder en un sinfín de compromisos, tanto publicitarios como políticos. Más de 40 días sin tocar la bicicleta retrasaron la puesta a punto del ‘Tiburón’ para la Vuelta a España, donde aún así rindió a un gran nivel y fue segundo tras Chris Horner. La tensión generada tras el Giro entre el bando kazajo y el italiano del Astana no hizo más que acrecentarse durante el invierno. Las opiniones antagónicas entre uno y otro sector –Shefer por parte kazaja y Martinelli por el lado italiano- en cuestión de elección de material, fichajes, calendario para los ciclistas… eran y son irreconciliables. Sin embargo, los contratos firmados obligan a una entente cordiale que al mínimo desencuentro promete con estallar, como ocurrió tras la conclusión de las clásicas de primavera de este año.

Nibali, que en febrero fue padre de una niña, comenzó el año perdido en el pelotón. Los resultados del siciliano pasaban más que desapercibidos y, pese a que el gran objetivo de la temporada era el Tour de Francia, la paciencia de los kazajos comenzó a agotarse. Así, con la tensión más que evidente en el seno del equipo, Vincenzo recibió a finales de abril una misiva de su manager en la que leía estupefacto duras palabras a su rendimiento, como reveló Claudio Ghisalberti en la Gazzetta dello Sport a principios del mes de junio. “Pagamos mucho y queremos estar a la altura de los resultados”, era una de las frases que se podía interpretar. “No nos importan los motivos, pero los resultados no son los que deben y hay que reaccionar”. Nibali aceptó las críticas, pero no las formas de hacérselas llegar.

Sin embargo, tras un nuevo plan de entrenamiento y una autocrítica de su rendimiento, Nibali y su equipo de trabajo se ponen manos a la obra con dos objetivos en mente: el Campeonato de Italia en ruta y la segunda etapa del Tour de Francia. Hace ocho días el ‘Tiburón’ cumplía con el primero y llegó a la salida del Tour de Francia luciendo el maillot tricolor de campeón italiano compartiendo patrocinio con Astana. Ayer, tras una jornada de dureza extrema saltaba en el momento justo, después de que contador y Froome marcasen el terreno como ‘gallos’ de la carrera, y se marchaba en solitario para ganar la etapa y vestir de amarillo. Segundo objetivo conseguido. La mejor manera de recordarles a sus jefes que es merecedor del contrato que firmó hasta 2016, aunque haya estado 13 meses sin ganar.

Un triunfo moral para Nibali que gana una importante batalla en la guerra que dirime en su propio equipo, pero que también sirve el italiano para recompensar a su gente. Su hija Emma por fin tendrá el peluche –el león con el que se obsequia al portador del maillot amarillo tras cada etapa- que papá le prometió antes de partir a la ‘Grande Bouclé’ y su masajista Michelle Pallini el “bonito regalo de cumpleaños” que el propio Nibali le dijo que le haría el día de su cumpleaños. En paz con los suyos, habrá que ver si el liderato en el Tour apacigua las aguas revueltas de un equipo que no suele presumir de tranquilidad en su entorno, ya sea con uno u otro líder y si no que se lo pregunten a Alberto Contador, aunque esa es otra historia.

Vincenzo Nibali subía ayer al podio de Sheffield a recoger el maillot amarillo que le correspondía tras haber ganado la exigente segunda etapa de este Tour de Francia. El italiano con su maillot de campeón nacional conquistado hace escasamente una semana se mostraba exultante, no cabía en sí de felicidad. Todo eran buenos gestos y sonrisas de oreja a oreja, aunque detrás de tanta alegría iba oculto un mensaje para su jefe, el manager del Astana Alexander Vinokourov.

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