Wiggins rompe con Sky: la chispa de La Toussuire le han terminado por quemar
En el puerto de La Toussuire, Wiggins sintió que Chris Froome le traicionaba. Desde entonces nunca volvió a confiar ni en él, ni en su equipo, el Team Sky
Menos de un mes queda para que las mejores bicicletas del planeta sean impulsadas por los más grandes ciclistas del planeta por las carreteras de Francia. Pocos días antes, empezará el Tour galo, pero lo hará, como suele ser habitual, desde el extranjero. En esta edición, la ronda empezará a llenar las sobremesas españolas desde el Reino Unido, precisamente, la nación de los dos últimos ganadores del malliot amarillo. Uno de ellos estará en el Tour y el otro, no participará por el primero. Esta complicada combinación se explica sabiendo los nombres: Chris Froome y Bradley Wiggins.
Son los ganadores de 2012 y 2013, amigos de toda la vida, compañeros de equipo, pero rivales al fin y al cabo. Es muy complicado que habiendo dos gallos en un gallinero no corra la sangre de una u otra forma. Así, las inevitables complicaciones que empezaron a surgir ya en el Tour que ganó Wiggo han terminado de explotar con el anuncio de éste de no acudir a la edición de esta temporada precisamente por su compañero de equipo. “Tal y como están las cosas, no estaré. El equipo está centrando en Chris Froome. Estoy decepcionado. Siento que estoy en forma igual que hace dos años. Ahora, si quiero ir al Tour de nuevo, la realidad es que tendría que ir por otro lado”. Contundente, sin duda.
Todo comenzó hace prácticamente dos años. El Tour de Francia del 2012 se encontraba casi a la mitad de su recorrido, con el Team Sky comenzando a dominar con mano de hierro el devenir de la ronda y posicionando a sus dos hombres fuertes en la cabeza de la general. Bradley Wiggins era el líder de la carrera y parecía el firme candidato a terminar así, es decir, con el maillot en la maleta y siendo el primer británico en conseguir el más grande entre los grandes de los torneos ciclistas. Pero, como si se tratara de McLaren en 2007 con Hamilton y Alonso, había preferencias por un corredor por parte del equipo.
En el caso automovilístico, las motivaciones patrióticas se podían entender, puesto que Hamilton y McLaren compartían nacionalidad. Sin embargo, Froome y Wiggins son ingleses, al igual que el equipo Sky. Aun así, el Sky se inclinó desde un primer momento por Chris Froome y las instrucciones al resto de la plantilla iban dirigidas para ayudar al que finalmente sería segundo aquel año. Y acabó segundo, porque finalmente Wiggins se echó para atrás en su idea de abandonar la carrera.
Según cuenta Sean Yates, exdirector deportivo de Sky, en su libro Todo sobre la bici, Wiggins tenía decidido dejar el Tour de 2012 mucho antes de acabar. Bradley estalló cuando en la undécima etapa, se establecieron unas órdenes claras en las que se mantendría el orden en el equipo hasta que faltase medio kilómetro para llegar a La Toussuire, cuando Chris Froome tenía entonces permiso para atacar. Sin embargo, Froome pidió permiso para atacar antes. Durante la etapa en sí, las circunstancias invitaban a Froome a atacar, puesto que Wiggo claramente había perdido fuelle, pero a pesar de la extraña petición previa, esperó a su líder de equipo.
Froome no torpedeó la carrera de su compañero y jefe de filas. Pero Wiggins se sintió igualmente traicionado por lo sucedido el día anterior y Bradley decidió abandonar y mandó una nota a Yates en la que decía: “Creo que sería mejor para todos que me vaya a casa”. Finalmente, después de arduas discusiones entre todo el equipo, Yates, entre otros, convenció a Wiggins que se quedase, que podía ganar el Tour de Francia. Se quedó, y ganó. Pero ahí no acabó la historia, sino que comenzó una enemistad que derivó en la actual ausencia de Bradley para el próximo Tour. Entre medias, se mandaron varios dardos envenenados. Wiggins criticó en su autobiografía la ingenuidad de Froome, mientras que la novia de este último acusó a Wiggo de tener “poca clase” por no mandar “una felicitación” a su compañero por la victoria en el Tour del año pasado.
Con todo esto, no hay mal que por bien no venga. La principal baza española para subir al podio del Arco del Triunfo es Alberto Contador, y con la ausencia de Wiggins ve cómo un rival directo por el Tour se queda fuera de la lucha. Sin duda, el máximo adversario a batir seguirá siendo Froome y el ‘enemigo’ más acérrimo del de Pinto, Andy Schleck, regresará al gran nivel, pero quizás sea demasiado pronto para meterlo en la terna de aspirantes.
Menos de un mes queda para que las mejores bicicletas del planeta sean impulsadas por los más grandes ciclistas del planeta por las carreteras de Francia. Pocos días antes, empezará el Tour galo, pero lo hará, como suele ser habitual, desde el extranjero. En esta edición, la ronda empezará a llenar las sobremesas españolas desde el Reino Unido, precisamente, la nación de los dos últimos ganadores del malliot amarillo. Uno de ellos estará en el Tour y el otro, no participará por el primero. Esta complicada combinación se explica sabiendo los nombres: Chris Froome y Bradley Wiggins.