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Arredondo, Nairo Quintana, Urán… La reconquista de los 'escarabajos'
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LOS CICLISTAS COLOMBIANOS DOMINAN EL GIRO

Arredondo, Nairo Quintana, Urán… La reconquista de los 'escarabajos'

El dominio de los ciclistas colombianos de los que tanto se vienen hablando se está escenificando en el Giro y amenaza al resto del planeta de los pedales

Foto: Los colombianos están causando sensación en el ciclismo actual. La victoria de etapa de Arredondo se suma al gran Giro de Nairo Quintana.
Los colombianos están causando sensación en el ciclismo actual. La victoria de etapa de Arredondo se suma al gran Giro de Nairo Quintana.

La tiranía de los ‘escarabajos’ se impone en el Giro. El dominio de los ciclistas colombianos de los que tanto se vienen hablando en los últimos años como posibles ‘capos’ del ciclismo mundial se está escenificando en las carreteras italianas y a buen seguro que no tardará en extenderse a otras partes del planeta bici. La etapa de ayer, la décimo octava con final en el Refugio Panarotta, fue sólo un ejemplo del poder de los ciclistas cafeteros. Julián Arredondo se llevó el triunfo individual secundado por su compatriota Fabio Duarte y en la general, Nairo Quintana afianzó su jersey rosa con respecto a su mayor rival, el también colombiano Rigoberto Urán.

Se mire donde se mire la nueva generación de ‘escarabajos’ está presente. Una generación mucho más preparada, más trabajada y con mejores medios que la que triunfo en Europa en los años 80 con Lucho Herrera y Fabio Parra de abanderados. Cuando Cochise Rodriguez ponía a Colombia en el mapa ciclista ganando una etapa en el Giro de Italia de 1973, Nairo, Urán o Arredondo ni siquiera habían nacido. El ciclista de Medellín fue un pionero y en su regazo creció la generación de Patrocinio Jiménez, Lucho Herrera y Fabio Parra. A éstos se les conoció como los ‘escarabajos’ por un error de un periodista colombiano que quiso compararlos con los saltamontes.

El boom definitivo de esa generación llegó cuando en 1983 el Colombia-Varta se convertía en el primer equipo colombiano en participar en el Tour de Francia. “Eran inexpertos y se caían mucho”, decía sobre aquellos primeros ‘escarabajos’ Laurent Fignon en L’Equipe. “Bajaban mal y eran peligrosos en el pelotón. Eran simpáticos, pero extraños”, continuaba el gran corredor francés. Sin embargo, cuando la carretera se empinaba esos seres “extraños” volaban. El impacto en Colombia fue enorme. De hecho al Varta le siguieron durante ese año 32 periodistas del país. Un despliegue mediático sin precedentes y que fue contra los propios corredores a los que mantenían despiertos hasta altas horas de la madrugada para entrar en directo en los noticiarios de radio y televisión. Después, en carrera, las fuerzas para dar pedales escaseaban.

Los éxitos, sin embargo, no tardaron en llegar. En 1985 Lucho Herrera, conocido como ‘El Jardinerito’, ganó la clasificación de la montaña del Tour de Francia –después también haría lo propio en el Giro y en la Vuelta a España- y en 1988 Fabio Parra subía al podio final de los Campos Elíseos junto a Pedro Delgado y Steven Rooks. Los ‘escarabajos’ eran la sensación del momento en el ciclismo mundial. Sin embargo, su peculiar manera de ser les acabó borrando del mapa. “En Colombia eran excepcionales, pero en Europa acusaban la nostalgia de su país. Temían la lluvia, el viento, el frío, los descensos… Yo les aconsejaba que se vinieran a Francia y que corrieran los Cuatro Días de Dunkerque -famosos por el mal tiempo- para acostumbrarse y que no llegaran en las vísperas de las carreras, pero ellos preferían quedarse en su país corriendo la Vuelta a Colombia, el Clásico RCN y el Caracol de Montaña. Así, cometieron un gran error y no se integraron”, decía Raphael Géminiani, el que fuera director del mítico Jacques Anquetil.

Captación de talento por todo el pais

Después, los ciclistas colombianos fueron apareciendo y haciendo grandes actuaciones con cuentagotas. Víctor Hugo Peña –el primer colombiano en ganar una contrarreloj llana del Tour de Francia- y Santiago Botero fueron sus mejores representantes. Sin embargo, la historia para el ciclismo del país cafetero estaba a punto de cambiar. Un programa de detección de talentos dirigido por Raúl Mesa –director del Colombia-Varta ese año 1983- recorrió todo el país, pueblo por pueblo, reclutando a los mejores dotados para el ciclismo. Los elegidos fueron enviados a una villa deportiva en Medellín donde se les proporcionaron los medios y los conocimientos para ser ciclistas.

Pronto los Nairo Quintana, Rigoberto Urán, Carlos Betancur, Sergio y Sebastián Henao, Cayetano Sarmiento, Julián Arredondo, Fabio Duarte y un sinfín de nombres estaban en boca de todos los gurús del ciclismo que pronosticaban una edad dorada para los nuevos ‘escarabajos’. Unos ciclistas amoldados a la vida europea, de hecho muchos viven desde bien jóvenes en el Viejo Continente, que no temen a la nieve, ni la lluvia, ni los descensos –como se pudo ver el dantesco día del Gavia y el Stelvio con la exhibición de Nairo Quintana- y que gracias a las nuevas tecnologías –Skype e internet- están en permanente contacto con sus familiares más allá del charco para así combatir la nostalgia que padecieron sus predecesores.

Una generación 2.0 de ‘escarabajos’ que ha continuado rebasando las fronteras que no pudieron cruzar los Herrera, Parra y compañía. Urán fue el primer colombiano en subir al podio del Giro de Italia el año pasado –fue segundo- y Nairo mejoró el tercer puesto de Parra en el Tour y fue segundo tras Froome. En este Giro, salvo sorpresa, uno de los dos conquistará por primera vez para Colombia la ‘maglia’ rosa y en breve pondrán entre sus miras el jersey amarillo que se concede en los Campos Elíseos de París. Además, mientras conquistan el planeta bici sirven de inspiración para otros muchos jóvenes que en Colombia ya sueñan con ser como ellos. De hecho, la pasión por el ciclismo es tal en el país cafetero que algunas carreras de juveniles cuentan con hasta 400 y 500 inscritos. Sin duda, el mejor caldo de cultivo para la generación 3.0 de los ‘escarabajos’.

La tiranía de los ‘escarabajos’ se impone en el Giro. El dominio de los ciclistas colombianos de los que tanto se vienen hablando en los últimos años como posibles ‘capos’ del ciclismo mundial se está escenificando en las carreteras italianas y a buen seguro que no tardará en extenderse a otras partes del planeta bici. La etapa de ayer, la décimo octava con final en el Refugio Panarotta, fue sólo un ejemplo del poder de los ciclistas cafeteros. Julián Arredondo se llevó el triunfo individual secundado por su compatriota Fabio Duarte y en la general, Nairo Quintana afianzó su jersey rosa con respecto a su mayor rival, el también colombiano Rigoberto Urán.

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