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El Giro mantiene el Stelvio para acrecentar la leyenda del coloso de las nieves
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EL MAL TIEMPO AMENAZABA LA ETAPA

El Giro mantiene el Stelvio para acrecentar la leyenda del coloso de las nieves

La nieve acumulada podría desprenderse con la lluvia, pero la oganización ha decidido mantener el transcurso normal por lo atractivo del recorrido

Foto: Purito con la 'maglia' rosa durante el ascenso al Stelvio hace un par de años (Imago).
Purito con la 'maglia' rosa durante el ascenso al Stelvio hace un par de años (Imago).

El clima vuelve a traer de cabeza a los organizadores del Giro y a su etapa reina. El pasado año las inclemencias meteorológicas obligaron a suspender esta jornada con el Gavia, el Stelvio y el final en Val Martello. Su recorrido es tan atractivo que para este 2014 se decidió repetir centímetro a centímetro el trazado diseñado para el pasado año. Sin embargo, la nieve acumulada en las laderas del Gavia y sobre todo del Stelvio podría desprenderse sobre el asfalto si aparece la lluvia, algo que no está descartado. La organización de la carrera, no obstante, ha decidido mantener el transcurso normal de la etapa hasta última hora. Nadie quiere dejar al Giro otra vez sin la cima Coppi, sin el mítico Stelvio, y que así se puedan seguir escribiendo historias de leyenda como las que hay en cada una de sus 48 curvas de herradura.

Dicen que la carretera de este coloso que conduce hacia el cielo. Al menos queda cerca porque su altitud de 2.757 metros le convierte en uno de los puertos más altos que se pueden subir en bicicleta. En su asfalto se han escrito algunas de las páginas más épicas del ciclismo. Historias que el gran gigante blanco recuerda con susurros cada vez que un pelotón corona su cima.

Coppi, el primero en coronarlo

El Giro de Italia conoció al coloso Stelvio en 1953. Aunque su carretera se creó en 1820 por el Imperio Austriaco para conectar la Lombardía con el resto del imperio -una ruta eminentemente comercial que apenas ha cambiado desde esa fecha-, no fue hasta esa edición cuando se subió por primera vez. Nadie tenía noticias de su magnitud. Fausto Coppi luchaba por ganar su quinto Giro de Italia, pero ese año todo el tiempo que ganaba el italiano subiendo se lo quitaba bajando su gran rival por la ‘maglia’, Hugo Koblet. Sin embargo, el suizo sufría cuando la carretera transitaba por encima de los 1.500 metros de altitud y el legendario Coppi, sabedor de la debilidad de su adversario, se lanzó en un feroz ataque a los pies del gigante para pasar en primer lugar por la cima. Koblet buscaba el oxígeno que no había mientras que el italiano se marchaba saludando al coloso dolomítico como antes lo había hecho con el Izoard y el Galibier.

Koblet que llegó a la meta de Bormio tres minutos después de Coppi veía como la 'maglia' rosa final sería para el italiano, que no pudo ser más expresivo en la meta de Bormio: “Creí morir en las últimas rampas. Nunca pude imaginar que esto fuera tan duro”.

El ‘Ángel’ y el ‘Águila’

Tres años después de que el Stelvio se diera a conocer al mundo, la mítica cima presenciaba otra puesta de largo de lujo. Federico Martín Bahamontes llegaba a esa edición del Giro con la fama de mejor escalador del mundo y aspiraba a ganar la general. Sin embargo, al 'Aguila' de Toledo -como se conoce a Bahamontes- le salió una competencia inesperada. Era joven, tenía sólo 22 años, se llamaba Charly Gaul y fue conocido como el 'Ángel de las montañas'. El luxemburgués le ganó el duelo al español, aunque el triunfador en la cima fue Aurelio del Río.

Final en alto por accidente

En el Giro de 1965 la cima del Stelvio se estrenaba como final en alto. Sin embargo, esto no estaba premeditado ya que debido a las inclemencias meteorológicas hubo que suspender el descenso que conducía hacia Solda. La nieve, ésa que a veces se deja ver hasta en el mismísimo mes de agosto y que amenaza el transcurso de la etapa, se adueñó del asfalto. Aficionados, operarios y voluntarios se afanaban en retirarla como improvisados quitanieves, pero ésta avanzaba sin tregua. Graziano Batistini fue el primero en cruzar la línea negra que hacía de improvisada meta, la única zona no nevada ese día en el alto del gigante blanco. Sin embargo, todos los que llegaron tras el italiano fueron recibidos como héroes, muchos de los cuales tuvieron que cubrir los últimos kilómetros a pie y con su bici a cuestas mientras hundían sus pies en un manto de nieve.

Galdós, a las puertas del Giro

El recuerdo del ciclismo español de la cima del Stelvio no es muy grato. En su escalada hacia el cielo dolomítico el vitoriano Paco Galdós veía como su duelo con Bertoglio en 1975 no le era favorable. El español tenía que recortar 41 segundos al italiano en el último día de carrera. Ambos dirimieron un duelo épico, pero Galdós no logró recortar ni un sólo segundo de la ventaja de Bertoglio. El consuelo para el vitoriano fue que, al menos, ganó la etapa.

Unos cuantos años después -en la edición del 2012-, Joaquín Rodríguez afrontaba la subida final al gigante dolomítico con la obligación de distanciar a Ryder Hesjedal, mejor que el catalán en la crono que decidía ese año el Giro. Al final el español, y ‘maglia’ rosa hasta entonces, sólo pudo ganar 14 segundos con su gran rival. En Milán perdió el Giro por 12 segundos. Otro recuerdo amargo del Stelvio para el ciclismo español, que eso sí, en 1972 vio coronarse al gran José Manuel Fuente, que ganaba en su cima una de sus victorias más épicas.

El refugio de Basso

Ivan Basso está prácticamente descartado para ganar el Giro de Italia. Sin embargo, el varesino tendrá unas sensaciones muy especiales, como siempre que sube los 2.757 metros de altitud del legendario coloso. El Stelvio fue el primer puerto de montaña que subió el pequeño Ivan en su infancia. En sus infinitas rampas, cuando el oxígeno empieza a escasear, decidió que quería ser ciclista. “Mis abuelos tenían allí una casa donde íbamos a pasar el verano y un día decidí subirlo por puro placer". El gigante enamoró tanto a Basso, que el varesino adoptó la montaña como refugio para esos momentos de debilidad. Por ejemplo, allí fue donde se enclaustró durante su sanción tras reconocer su implicación en la Operación Puerto. “Iba una semana a entrenar yo solo, después volvía a casa unos días, pero no tardaba en regresa a la montaña. Es preciosa”, confesaba en las páginas de Ciclismo a Fondo.

El clima vuelve a traer de cabeza a los organizadores del Giro y a su etapa reina. El pasado año las inclemencias meteorológicas obligaron a suspender esta jornada con el Gavia, el Stelvio y el final en Val Martello. Su recorrido es tan atractivo que para este 2014 se decidió repetir centímetro a centímetro el trazado diseñado para el pasado año. Sin embargo, la nieve acumulada en las laderas del Gavia y sobre todo del Stelvio podría desprenderse sobre el asfalto si aparece la lluvia, algo que no está descartado. La organización de la carrera, no obstante, ha decidido mantener el transcurso normal de la etapa hasta última hora. Nadie quiere dejar al Giro otra vez sin la cima Coppi, sin el mítico Stelvio, y que así se puedan seguir escribiendo historias de leyenda como las que hay en cada una de sus 48 curvas de herradura.

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