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Francia da la razón a Lance Armstrong: el Tour se gana dopado
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EL SENADO galo CONFIRMA EL DOPAJE MASIVO

Francia da la razón a Lance Armstrong: el Tour se gana dopado

Desenmascarado Lance Armstrong, su palabra se quedó como sus siete Tours de Francia, en nada. Cómo creer a un probado mentiroso cuando casi con despecho y

Foto: Pantani, en el podio del Tour del 98 con Ullrich y Julich
Pantani, en el podio del Tour del 98 con Ullrich y Julich

Desenmascarado Lance Armstrong, su palabra se quedó como sus siete Tourde Francia, en nada. Cómo creer a un probado mentiroso cuando casi con despecho y sin hacer una mueca aseguraba ante Oprah Winfrey, el icono televisivo elegido para desnudarse ante el mundo, que el dopaje estaba en “la cultura del ciclismo”, que ganar un Tour de Francia sin doparse era “imposible”. Que él sólo fue uno de tantos, no la excepción que confirma la regla.

Apenas unos meses después de descubrir que todo era una gran mentira, el Senado francés reforzó ayer la teoría del tejano publicando el nombre de hasta 30 ciclistas ilustres que durante el Tour del 98 hacían circular por sus venas cantidades importantes de EPO, sustancia dopante entonces indetectable en los controles. Nombres que asestan otra dura puñalada a la credibilidad del ciclismo porque, a los ya conocidos de Pantani, Ullrich, Julich o Jalabert, se suman los de un mito del sprint como Mario Cipollini –también señalado en la Operación Puerto- o el de los españoles Abraham Olano, Serrano o el ‘Triki’ Beltrán. Olano se defendía ayer en El Confidencial como podía ante tan grave acusación: “Es vergonzoso que todo esto salga ahora, tendrán que demostrarlo”.

Abraham Olano, campeón del mundo en contrarreloj y ganador de la Vuelta precisamente en ese año 1998, puede que no esté del todo informado, ya que las pruebas aportadas por el Senado francés son irrefutables. En un extenso informe de centenares de folios se desgrana cómo decenas de ciclistas dieron positivo por EPO en los análisis retrospectivos realizados en 2004 de la orina de los ciclistas en aquel Tour del 98. La investigación, en cualquier caso, no tendrá consecuencias. Todo ha prescrito y la mayoría están retirados, cuando no han fallecido como enel triste caso de Marco Pantani. Lo mismo da ya:el propio Ulrich ha reconocido su vinculación con el dopaje en varias ocasiones.

Lo que ha quedado demostrado con esta investigación es que el desmantelamiento por parte de la Policía del equipoFestina por una trama de dopaje y tráfico de sustancias no se trataba de un hecho aislado en el pelotón. Las pruebas apuntan a un mal extendido que ahora deja en ridículo aquellas escenas de plante y protestas por lo que entonces los ciclistas denunciaban queera un ultraje. Todo fue una gran mentira que ha terminado por dar la razón a Lance Armstrong: “Es imposible ganar sin doparse”. Ahora, nadie está libre de ser investigado, como aseguraba ayer un senador francés que ponía en cuarentena el Tour de Froome: "Hasta dentro de dos o tres años no sabremos si iba limpio". La duda será permanente.

España mira para otro lado

El análisis retrospectivo de la orina de los ciclistas que han llevado a cabo en Francia recuerdairremisiblemente a lo sucedido en España con la Operación Puerto y la bochornosa decisión de la juez Julia Patricia Santamaría de destruir las 200 bolsas de sangre incautadas,pertenecientes a deportistas. Unas bolsas que la AgenciaMundial Antidopaje y la española solicitaron para analizar y conocer a quiénes correspondían, y desvelarasí a aquellos queeran los clientes que recurrían al doctor Eufemiano Fuentes para doparse. Algo que no volverá a suceder con la nueva Ley del Dopaje tramitada recientemente en el Senado, pero que deja a España en evidencia en su lucha contra el dopaje, además de poner una mácula a la impecable candidatura de Madrid 2020.

Desenmascarado Lance Armstrong, su palabra se quedó como sus siete Tourde Francia, en nada. Cómo creer a un probado mentiroso cuando casi con despecho y sin hacer una mueca aseguraba ante Oprah Winfrey, el icono televisivo elegido para desnudarse ante el mundo, que el dopaje estaba en “la cultura del ciclismo”, que ganar un Tour de Francia sin doparse era “imposible”. Que él sólo fue uno de tantos, no la excepción que confirma la regla.

Tour de Francia Marco Pantani
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