Dos sudafricanos, dos portugueses y un alemán, la esperanza de Contador

Entre los pilares en los que se basa la defensa de Alberto Contador, que presentó sus alegaciones ante la Federación española el pasado lunes, destaca la inclusión de varios casos de test antidopaje positivos similares al del ciclista español y donde las instituciones terminaron absolviendo a los deportistas en cuestión. Los ejemplos, todos recientes, son los de dos jugadores de rugby sudafricanos, dos ciclistas portugueses y un jugador de tenis de mesa alemán. Contador pelea para que su caso tenga un final idéntico.

Las esperanzas del triple ganador del Tour de Francia radican en que, en aquellos casos, el veredicto fue en todos igual: se afirmaba que no había ninguna intencionalidad ni negligencia por parte de los deportistas.

La defensa de Contador pide la aplicación del artículo 296, por ausencia de falta o negligencia, en vez del 297, que habla de negligencia 'significativa', que quiere decir que el corredor podía haber hecho algo más por evitar la contaminación. La alegación aduce la falta de negligencia 'absoluta' porque es imposible prever de ningún modo que una carne europea pueda estar contaminada, al contrario de lo que puede pensarse de una carne asiática o mexicana, por ejemplo.

Los sudafricanos, Mahlatse Chiliboy Ralepelle y Bjorn Basson, consumieron el noviembre pasado un polémico complejo vitamínico que incluía pequeñas dosis de un excitante prohibido, la metilhexaneamina, y que les fue suministrado con total naturalidad por su selección. Se demostró que no se actuó de mala fe y que no se sacó ventaja en el rendimiento. La federación sudafricana decidió absolverles con el beneplácito del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) que no recurrió la sentencia.

El caso de los ciclistas lusos, los hermanos Rui y Mario Costa, es el más reciente. Fueron absueltos la pasada semana por la Federación portuguesa, después de haber dado positivo por el consumo del mismo complejo vitamínico que los sudafricanos. Esta sustancia también causo 11 casos de positivo en los últimos Juegos de la Commonwealth celebrados en Australia, lo que llevó a las autoridades a una revisión profunda de la normativa que concierne a esta sustancia en cuestión.

Y otro ejemplo que incluye las alegaciones de Contador es el de un jugador alemán de ping-pong que el otoño pasado dio positivo por la misma sustancia que el ciclista madrileño: clembuterol. Las bajas dosis y su reciente estancia en China llevaron a la Federación de su país a creer su versión de la intoxicación alimentaria, absolviéndole finalmente tras haberle suspendido cautelarmente. El TAS tampoco recurrió la sentencia.

El equilibrio de probabilidades, otra de las claves

La defensa de Contador espera que sus alegaciones sean tenidas en cuenta, y está dispuesta a acudir hasta la última instancia para demostrar la inocencia del español. Pretenden que se valore la nula intencionalidad y la ausencia de negligencia de sus actos. Aunque para ello, deben creer su versión de la carne contaminada. Para este último punto, creen que debe aplicarse el concepto de equilibrio de probabilidades, también recogido por el Código Antidopaje, para discernir que vía de contaminación es la más probable frente a las demás alternativas. La defensa concluye que la carne contaminada es la posibilidad más realista por cuanto los expertos científicos han descartado otras tres (la microdosis de clembuterol, las autotransfusiones o los suplementos alimenticios) y eso, piensan sus abogados, debe considerarse con igual valor probatorio que si se hubiera aportado un trozo de la carne que se comió Alberto. Por todo ello, se solicita la absolución.

Por último, la defensa también alega que la propuesta de sanción por un año que le hizo el Comité de Competición de la Real Federación Española de Ciclismo no se acoge al reglamento, puesto que, si se demuestra cualquier positivo, éste debe ser sancionado con al menos dos años de suspensión. No existen las medias tintas.

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