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Astana no podrá comprar la felicidad de Contador
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EL ESPAÑOL RECHAZA UNA MAREANTE OFERTA DE SU EQUIPO

Astana no podrá comprar la felicidad de Contador

En la alta competición suele primar como valores principales el hambre de triunfos y el ansia de dinero. Ambos objetivos van de la mano, unidos por

Foto: Astana no podrá comprar la felicidad de Contador
Astana no podrá comprar la felicidad de Contador

En la alta competición suele primar como valores principales el hambre de triunfos y el ansia de dinero. Ambos objetivos van de la mano, unidos por el prestigio que da lo primero y que acaba por reportar lo segundo. Pero a veces, algunos grandes campeones –acostumbrados a codearse con el triunfo, el prestigio y el dinero- sólo buscan desarrollar su actividad con la mayor comodidad y tranquilidad posible.

Este es el caso de Alberto Contador. El mejor ciclista del momento ha pasado por la peor experiencia de su carrera durante el último Tour de Francia. Ninguneado por su equipo en favor del mediático y omnipotente Lance Armstrong, tuvo que soportar situaciones dantescas que venían a demostrar el poco peso que tenía en su equipo, Astana, pese a estar a punto de lograr el segundo Tour de su carrera.

La especie de mobbing que practicó el tejano (usando el coche que debía llevar al español a la salida de la última contrarreloj para que fueran a buscar a su familia al aeropuerto, o colocando a su clan en los asientos que suele ocupar Contador en el autocar del equipo, por ejemplo) no le salió bien. Al pinteño, estas circunstancias junto con la complicidad del Astana, le sirvieron para apretar los dientes aún más y conseguir el triunfo más holgado de las últimas ediciones de la ronda gala.

Armstrong, tercero en el Tour (dos escalones por debajo del sitio con el que soñó hace unos meses cuando decidió volver tras tres temporadas retirado), ha decidido crear su equipo, llevándose a la mayoría de sus ‘cómplices’ del Astana, incluido el director, Johan Bruyneel.

Oferta mareante de Astana

Tras esta ‘espantá’ colectiva, Alexander Vinokurov, valedor de la creación del Astana y quien regresa al pelotón tras dos años de sanción por dopaje, ha centrado todos sus esfuerzos en convencer a Contador para que se quede como líder de la formación kazaja, que corre serio riesgo de desaparición sin el madrileño. Astana le ha puesto sobre la mesa un contrato mareante a Contador: cuatro millones de euros al año durante cuatro temporadas. Y Contador, teniendo muy presente el trato recibido los últimos meses, se ha limitado a contestar un cortés pero contundente “no, gracias”.

Y es que muerto el perro no se fue con él la rabia. De nada le vale al ciclista español que ahora le prometan una situación de privilegio y mucho dinero todos aquellos que han actuado en connivencia con Armstrong. De hecho, afirmaba este viernes el hermano y representante de Contador, Fran, que han sido unos meses muy duros psicológicamente para Alberto, y que ni siquiera deseaba cumplir el año de contrato que le resta. También afirmó que cuando su hermano elija equipo, poco tendrá que ver el dinero.

En definitiva, Contador sólo busca un lugar donde seguir siendo el mejor pero sintiéndose valorado, respetado y cómodo con los que le rodean. Esto es, feliz. Deseos tan sencillos como humanos. Más allá del dinero, de la fama o las victorias. Lo que viene a ser un gran ejemplo para niños y mayores. Tan importante como subirse a lo más alto del podio de los Campos Elíseos.  

En la alta competición suele primar como valores principales el hambre de triunfos y el ansia de dinero. Ambos objetivos van de la mano, unidos por el prestigio que da lo primero y que acaba por reportar lo segundo. Pero a veces, algunos grandes campeones –acostumbrados a codearse con el triunfo, el prestigio y el dinero- sólo buscan desarrollar su actividad con la mayor comodidad y tranquilidad posible.

Alberto Contador Dinero negro