Usyk revalida la victoria de los pesos pesados en un apretado combate frente a Tyson Fury

El mundo del boxeo quedó neutralizado de nuevo para vivir una gran batalla en el cierre de 2024. Tyson Fury tuvo revancha ante Oleksandr Usyk en el Kingdom Arena de Riam, en Arabia Saudí. Estaban en juego los títulos de peso pesado de la OMB, CMB y AMB. Y el ucraniano revalidó el título: salió victorioso tras una batalla que llegó hasta el último asalto por la igualdad reinante.

Fury salió con una indumentaria bastante navideña y con villancicos de fondo. Sonó All I want for Christmas de Mariah Carey para animar a todos los que se congregaron en Arabia. Usyk, por su parte, apareció con tres cinturones y con bastante seriedad. Todo estaba a punto de comenzar, quedaba poco para que llegaran los golpes.

Los primeros segundos del combate estuvieron cargados de actividad. Ambos estaban en el centro del ring, protagonizando sendos ataques constantes. Pero fue Usyk el que conectó una serie de golpes bastante interesantes que le otorgaron la confianza que buscaba en el inicio de la batalla.

El primer asalto estuvo igualado. No se vio mucha acción, a pesar de que el comienzo había sido notablemente enérgico. La diferencia de altura entre ambos era notable, pero Usyk supo cómo anular la guardia de Fury. El apoyo al ucraniano era superior, mostrado a través del punto de energía que se le veía a lo largo del combate.

Nadie rompía las tablas

La igualdad seguía presente en el segundo asalto, en el que Usyk continuaba con la gran misión que tenía: que no se notara la diferencia de envergadura respecto a Fury. El objetivo del ucraniano era golpear el cuerpo de su adversario, y lo logró en ocasiones, aunque Fury también hiciera lo propio.

El respeto de Fury continuó en el tercer asalto, en el Usyk se mantuvo mucho mejor. Aunque no había un dominio específico, y la igualdad continuaba, el ucraniano continuaba con muchísima confianza.

Los aficionados continuaban expectantes porque nadie daba un paso a frente. Fury empezó a desperezarse, mientras que Usyk dejaba sus movimientos en la parte baja. La tensión seguía en un quinto asalto que se transformó en el más claro del momento.

El cabezazo que detuvo el combate

El sexto asalto comenzó con un intercambio de jabs y con una gran izquierda de Usky. En pleno ecuador del combate, las tablas estaban más presentes que nunca. Porque ambos púgiles crecían a su modo.

El combate se detuvo en el octavo asalto por un cabezazo entre Fury y Usyk. Afortunadamente, no hubo que lamentar ningún corte en las cabezas y se continuó con el combate. Sólo fue un golpe fortuito antes de que llegara la recta final con todo muy abierto.

Fury buscó la épica en la última ronda, alcanzada con algo de ventaja por Usyk. El ucraniano buscaba revalidar su victoria y finalmente lo consiguió, por más que Tyson dejara una más que notable actuación en Arabia Saudí.

En la previa, eso sí, hubo un careo tuvo lugar en las afueras del recinto que acogió la gran velada. Fury había hecho la entrada con más tranquilidad que Usyk, que optó por una vestimenta mucho más llamativa que la de su adversario. La calma reinó sin que ninguno se dirigiera la palabra en ese momento protocolario que fue el prólogo de la batalla por la que mereció la pena pagar la entrada.

El combate dejó una importante cifra a repartir, aunque de manera desigual. Han sido 150 millones de dólares recaudados por los derechos audiovisuales y los patrocinadores, en los que Usyk se ha llevado un porcentaje mayor que Fury en el reparto. A pesar del triunfo de uno y la derrota de otra, ha sido una jornada lucrativa para ambos. Pero más alegre para el ucraniano, igual que el año pasado.