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Histeria en el octágono de Londres en el que se detonaron las bombas
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Histeria en el octágono de Londres en el que se detonaron las bombas

Fue una noche maravillosa para la UFC en la capital británica. La competición vive un momento único. De diez ingleses que compitieron, ocho ganaron, uno empató y otro perdió

Foto: Leon Edwards fue uno de los presentes en Londres. (Reuters/Peter Cziborra)
Leon Edwards fue uno de los presentes en Londres. (Reuters/Peter Cziborra)

Patriotismo desbordante el mostrado por los fans británicos que llevaron a casi todos sus representantes a la victoria. El Confidencial se desplazó hasta el O2 Arena de Londres y comprobó el ensordecedor clamor de los más de 17.000 aficionados locales. Estos se fueron muy contentos al ver como de diez de sus representantes, ocho consiguieran la victoria, uno empató y tan sólo el debutante San Patterson viera arruinado su debut en UFC al caer noqueado en el primer minuto, mientras que Muhhamad Mokaev pudo seguir con su invicto que ahora es de 10-0 al someter al brasileño Jafel Filho en el tercer asalto.

Pero los que brillaron más que ninguno no fueron los luchadores británicos, muy por encima de ellos, tanto en la pelea coestelar entre Justin Gaethje y Rafael Fiziev, que se llevó el bono de la noche en la que el norteamericano cortó la racha de seis victorias consecutivas al de Azerbaiyán. Y la estelar entre el excampeón Kamaru Usman y el británico Leon Rocky Edwards que retuvo el título y le ganó la trilogía a The Nigerian Nightmare en idéntico resultado, decisión mayoritaria.

Jarro de agua fría para Usman que hizo una pelea muy cerrada y siempre fue al frente. Pero ganar en un terreno hostil ante un público que lo abucheaba, y ante el nuevo campeón que sigue mejorando en cada combate que aparece en escena, fue misión imposible y podría seguir haciendo daño a su mentalidad ganadora.

placeholder Los aficionados disfrutaron de la UFC en Londres. (Reuters/Isabel Infantes)
Los aficionados disfrutaron de la UFC en Londres. (Reuters/Isabel Infantes)

Una expansión sin precedentes

En esta ocasión no hubo presencia de luchadores españoles, pero sí de latinoamericanos como la venezolana Verónica Macedo que abrió las primeras preliminares y que tras un calvario de lesiones, y arrastrar un peligroso parcial de 3 derrotas en UFC, consiguió la victoria por decisión unánime ante la estadounidense Juliana Miller. La nota amarga para los hispanohablantes fue para el también venezolano Omar Morales que, a pesar de hacer una gran pelea ante el inglés Chris Duncan, acabó siendo derrotado por decisión unánime.

Al final del evento, un feliz Dana White, presidente de UFC, compareció en rueda de prensa visiblemente emocionado al dar los números de beneficio conseguidos en la capital del Reino Unido. Nuevamente, vuelven a ser todo un éxito y que garantizará que la compañía norteamericana siga viniendo cada vez más a Europa.

En resumidas cuentas, este evento numerado tanto en el ámbito deportivo, como en el aspecto económico tuvo la combinación perfecta para seguir dando a entender, porque las MMA siguen siendo el deporte con mayor crecimiento del planeta. Una expansión sin precedentes que, de momento, ve el techo muy lejos.

Patriotismo desbordante el mostrado por los fans británicos que llevaron a casi todos sus representantes a la victoria. El Confidencial se desplazó hasta el O2 Arena de Londres y comprobó el ensordecedor clamor de los más de 17.000 aficionados locales. Estos se fueron muy contentos al ver como de diez de sus representantes, ocho consiguieran la victoria, uno empató y tan sólo el debutante San Patterson viera arruinado su debut en UFC al caer noqueado en el primer minuto, mientras que Muhhamad Mokaev pudo seguir con su invicto que ahora es de 10-0 al someter al brasileño Jafel Filho en el tercer asalto.

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