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UFC Singapur: Cerrone acaba bañado en sangre, pero tiene cuerda para rato
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Perdió por decisión ante edwards

UFC Singapur: Cerrone acaba bañado en sangre, pero tiene cuerda para rato

Leon Edwards se impuso por decisión al Cowboy Cerrone en UFC Singapur. Cerrone ha perdido cuatro de sus últimas cinco peleas, pero no parece importarle

Foto: Así terminó Donald Cerrone su pelea contra Leon Edwards. (Reuters)
Así terminó Donald Cerrone su pelea contra Leon Edwards. (Reuters)

UFC Singapur suponía la vuelta al octógono de uno de los luchadores más carismáticos de las MMA, Donald Cerrone. Pocos luchadores pueden presumir de tener a sus espaldas una veintena de victorias en la UFC. A sus 35 años puede que esté que en el ocaso de sus carrera, pero es poco probable que esté cerca su retirada, porque para Cerrone ya no es una cuestión de dinero, sino de adrenalina y miedo. "Pelear te da este sentimiento... un sentimiento de miedo, el mismo que siento cuando hago deportes extremos. Ese sentimiento está ahí cada vez que me acerco a la jaula y oigo a la gente gritar. Cuando entro sólo puedo pensar: "Toca la campana, hijo de puta". En ese momento sé que todo el trabajo duro está hecho. Es el momento de llevarlo a cabo. Ese sentimiento cuando estás ahí de pie y el árbitro dice "adelante"... No hay nada en el mundo que pueda asemejarse a ese sentimiento. Pelearía gratis sólo por sentir eso", explica. Esto es lo que significa pelear para Cerrone, con lo que la derrota del sábado frente a Leon Edwards es probable que sólo sea una más en la larga carrera del Cowboy.

Perdió por decisión, y no se puede decir que esta fuera polémica. Edwards conectó bastantes más golpes certeros que el Cowboy desde el primer asalto. Golpes duros que, al poco de iniciar el primer asalto, ya le habían abierto la ceja. Por ahí sangró Cerrone tanto como para surtir de sangre a un hospital entero. Salvo en el tercer asalto, Cerrone sufrió durante toda la pelea, especialmente con los codos y rodillas de Edwards. Pero en ningún caso se echó para atrás. Puede que el estadounidense ya no sea el luchador que fue antaño, sobre todo si tenemos en cuenta que ha perdido cuatro de sus últimas cinco peleas. Pero no parece que le importe, porque él lo que busca es el miedo, el desafío, el vértigo. En Singapur, en el quinto asalto, lleno de sangre, no dudó en retar a Edwards a jugárselo el todo por el todo.

Cerrone sumó una derrota más, pero dejó claro que no le importa. “Adoro este deporte y perder es parte de él. No me importa, lo hago por pura diversión. Así que cualquiera que quiera pelear este año con este perro viejo que me llame. Voy a seguir hasta que UFC me diga que pare", dijo. Así de claro lo dejó en la rueda de prensa. Cerrone sabe que llega una nueva generación de luchadores que viene pisando fuerte, con el propio Edwards o Darren Till, luchadores tremendamente difíciles y no se lo quiere perder. “Cuando empecé en UFC había peleadores especializados en 'wrestling', en el golpeo o en el suelo, pero ahora estos nuevos luchadores lo tienen todo. Puede que sea un vejestorio, pero no me lo quiero perder”. Hay Cerrone para rato.

Después de la velada en Singapur toca esperar al 6 de julio para que vuelva la UFC. Eso sí, volverá a lo grande, con uno de los carteles más potentes del año. El campeón del peso semipesado, Daniel Cormier, se enfrentará al campeón del peso pesado, Stipe Miocic, lo que quiere decir que un tipo de poco más de 90 kilos y 1,80 de estatura va a intentar vencer a uno de 120 kilos y más de 1,90. Cormier gana con tanta facilidad en su peso (John Jones aparte) que ha tenido que ir a buscar un reto en el siguiente nivel. La diferencia de tamaño es considerable y Cormier tendrá que arriesgar al máximo para pegar a un Miocic que tiene los puños de hormigón. Cormier buscará derribarlo y llevarse la pelea donde la diferencia en tamaño no sea tan decisiva, pero está por ver que lo consiga. Miocic es un tipo grande pero rápido. Gane quien gane será una pelea muy interesante de ver.

placeholder Leon Edwards venció a Donald Cerrone en Singapur. (Reuters)
Leon Edwards venció a Donald Cerrone en Singapur. (Reuters)

Pero Miocic contra Cormier no será la única gran pelea de la noche, porque vuelve Max Holloway de su lesión para defender su título del peso pluma frente a Brian Ortega. Holloway lo va a tener difícil. Viene de una larga temporada sin luchar y Ortega no ha hecho más que crecer, especialmente en su boxeo. Salvo sorpresa, se prevé una pelea dura. Los dos tienen mandíbula de acero por lo que es probable que tengan que decidir los jueces, siempre y cuando Ortega no coja al hawaiano en una guillotina. No sería el primero. Por otro lado, UFC 226 supondrá la segunda pelea de Gokhan Saki, que se medirá a Rountree. Como para perdérselo.

UFC Singapur suponía la vuelta al octógono de uno de los luchadores más carismáticos de las MMA, Donald Cerrone. Pocos luchadores pueden presumir de tener a sus espaldas una veintena de victorias en la UFC. A sus 35 años puede que esté que en el ocaso de sus carrera, pero es poco probable que esté cerca su retirada, porque para Cerrone ya no es una cuestión de dinero, sino de adrenalina y miedo. "Pelear te da este sentimiento... un sentimiento de miedo, el mismo que siento cuando hago deportes extremos. Ese sentimiento está ahí cada vez que me acerco a la jaula y oigo a la gente gritar. Cuando entro sólo puedo pensar: "Toca la campana, hijo de puta". En ese momento sé que todo el trabajo duro está hecho. Es el momento de llevarlo a cabo. Ese sentimiento cuando estás ahí de pie y el árbitro dice "adelante"... No hay nada en el mundo que pueda asemejarse a ese sentimiento. Pelearía gratis sólo por sentir eso", explica. Esto es lo que significa pelear para Cerrone, con lo que la derrota del sábado frente a Leon Edwards es probable que sólo sea una más en la larga carrera del Cowboy.

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