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UFC Chile: épico Usman, que gana a la leyenda Maia con las dos manos rotas
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EN UN COMBATE EFECTIVO PERO POCO VISTOSO

UFC Chile: épico Usman, que gana a la leyenda Maia con las dos manos rotas

El nigeriano Kumaru Usman se impone a la leyenda brasileña Demian Maia en UFC Chile, una cita que reivindicó la expansión de las MMA en el continente suramericano

Foto: El nigeriano Usman en acción. (Twitter @Usman84kg)
El nigeriano Usman en acción. (Twitter @Usman84kg)

Los luchadores que provienen de la lucha libre, el wrestling, puede que no sean los más espectaculares e incluso pueden resultar aburridos. Son peleadores rocosos, incómodos y casi desesperantes para unos rivales que se ven arrastrados al suelo una y otra vez para ser golpeados. Pero la eficacia y los resultados de este tipo de lucha adaptada a las MMA es indiscutible. Ahí están Tyron Woodley, Daniel Cormier o Khabib Nurmagomedov, todos ellos grandes campeones de UFC que saben que el wrestling es una buena forma de castigar al oponente sin recibir muchos golpes. El problema es que este estilo de lucha es tan eficiente es poco vistoso, y lo poco vistoso no se lleva muy bien con las grandes audiencias televisivas. Este es el problema del nigeriano Kumaru Usman, que se impuso en Chile a Demian Maia, toda una leyenda de las MMA.

“Yo llegué aquí como wrestler, nunca he hecho kickboxing o brazilian jiu-jitsu y en cinco años he alcanzado un buen nivel. Por supuesto que quiero noquear o someter a mis rivales pero no siempre se puede. Lo que sí que hago siempre es dominar, de principio a fin”. Estas fueron las palabras de Usman cuando una parte de la prensa, decepcionada por no tener su nocaut, le preguntó por su falta de finalizaciones. Y es que, aunque Usman se mantiene imbatido en UFC, lo cierto es que, de sus siete peleas ganadas, sólo ha noqueado a dos de sus rivales. Y eso que el sábado estuvo a punto de fundir a Maia con este puñetazo:

Por números Usman es un grandísimo luchador, pero pocos quieren batirse con él. “Nadie quiere pelear conmigo porque soy el peleador más duro. Estoy cansado de retar gente y que nadie acepte el desafío, así que paso. El que quiera venir a por mí, que venga”, dijo Usman en la rueda de prensa con cierta desesperación, especialmente después de haberse impuesto con con las dos manos rotas: “Maia tiene la cabeza durísima y, cuando le golpeas, te embiste la mano. Me he roto una en el tercer asalto y la otra en el cuarto”. Usman cree, con razón, que se lo deja todo en el octógono y que se merece disputar cinturón, pero está por ver que UFC acepte tener tantos wrestlers dominando el peso welter. UFC quiere y necesita espectáculo y la lucha libre no vende tanto como otros estilos. UFC lo sabe bien pero, qué va a hacer Usman, ¿cambiar de estilo y arriesgar a que le partan la cara en el octógono? Al final es él quien se juega el tipo.

UFC en expansión

UFC está en pleno proceso de expansión y necesita dar lo que la gente quiere. Necesita grandes nombres con tirón mediático capaces de dar lo que la mayoría del público desea: nocauts. En este sentido, no es de extrañar que la empresa haya defendido hasta la extenuación la inocencia de Jon Jones después de su positivo por clembuterol el verano pasado o que no cierre la puerta a un Conor Mcgregor que, después de los incidentes en Nueva York, se enfrenta a penas de cárcel. UFC sabe que necesita a estos luchadores y que no los puede dejar escapar, como sabe que necesita nuevos luchadores que les den el relevo. De ahí que no dude en fichar o reconvertir a grandes estrellas del kickboxing como Gokhan Saki o Israel Adesanya.

Tampoco es casual que sus dos últimos eventos se hayan dado en Latinoamérica, donde UFC quiere asentarse, ni que el próximo evento sea en Liverpool, ni que la empresa busque con ansia cerrar algún tipo de acuerdo para poder hacer algo en Rusia. UFC no deja de ser una multinacional, como Amazon o Facebook, que trata de ganar cuotas de mercado. En Asia ya le cerraron las puertas con la creación de One y en Rusia tienen el campeonato M-1, pero Europa y América Latina parecen buenos lugares para expandirse...

Los luchadores que provienen de la lucha libre, el wrestling, puede que no sean los más espectaculares e incluso pueden resultar aburridos. Son peleadores rocosos, incómodos y casi desesperantes para unos rivales que se ven arrastrados al suelo una y otra vez para ser golpeados. Pero la eficacia y los resultados de este tipo de lucha adaptada a las MMA es indiscutible. Ahí están Tyron Woodley, Daniel Cormier o Khabib Nurmagomedov, todos ellos grandes campeones de UFC que saben que el wrestling es una buena forma de castigar al oponente sin recibir muchos golpes. El problema es que este estilo de lucha es tan eficiente es poco vistoso, y lo poco vistoso no se lleva muy bien con las grandes audiencias televisivas. Este es el problema del nigeriano Kumaru Usman, que se impuso en Chile a Demian Maia, toda una leyenda de las MMA.

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