La increíble patada con la que Jacaré dejó KO a Brunson en la UFC

La venganza es esa acción que permite devolver al otro un daño infligido, restableciendo con ello un supuesto desequilibrio. La venganza debe ser dulce porque alivia una cierta sensación de humillación, de pérdida. Pero, ¿qué ocurre si cuando te vas a vengar te vuelven a humillar? ¿Cómo te sentirías? Derek Brunson debe saberlo muy bien tras este fin de semana en la UFC.

Este sábado, después de seis años, tenía la oportunidad de vengarse del brasileño Jacaré Souza después de haber perdido en Strikeforce (ahora UFC), pero no pudo hacerlo. Si la venganza es un plato que se sirve frío, el norteamericano Brunson tendrá que esperar hasta que le salga congelado. Poco más puede hacer después de que Jacaré lo noqueara de esta manera.

Exceso de confianza

“Cuando me ganó era un luchador distinto. Hoy tengo mucha más cabeza, más paciencia. Soy mucho más estratega, como un jugador de ajedrez. Veo las debilidades en el otro”. Con estos aires de grandeza había llegado Brunson al combate, pero en MMA, como en el en fútbol, no hay nada peor que creerse el mejor (que se lo pregunten a los jugadores del Real Madrid). Ya lo vimos hace una semana cuando Ngannou intentó arrebatarle el cinturón a Miocic diciendo que ganaría por KO y salió escaldado. Pocas cosas más peligrosas que subestimar al contrario, especialmente cuando este se llama Jacaré Souza.

Mala defensa

Lo cierto es que Brunson cometió casi los mismos errores que hace seis años: dar por sentado que es mejor que su rival y no cubrirse como es debido. Así lo expresó el exluchador y ahora comentarista Kenny Florian durante la pelea: "Es muy difícil deshacerse de los vicios, y Brunson tiene la manía de lanzarse y descuidar la guardia". Todo lo contrario que Jacaré, que dio una lección de ataque y defensa recibiendo los elogios de buena parte de la comunidad UFC. De hecho, el campeón de peso medio Robert Whittaker no pudo más que felicitar al brasileño en Twitter.

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V. G.

Con esta victoria, Jacaré se consolida como uno de los grandes de la categoría del peso medio, pero si quiere optar al cinturón tendrá que conseguir pelear de nuevo con Whittaker, con quien perdió el año pasado. El brasileño tendrá que darse prisa porque a sus 38 años se le acaba el recorrido. A ver si le da tiempo. El destino de Brunson, por su parte, queda en el aire. Es un buen luchador, pero cuando se mide con los grandes muestra sus carencias. Este sábado se descuidó y lo pagó caro. Su pretendida revancha fue un fracaso, salió noqueado (otra vez) y en su interior siempre quedará esa herida en el orgullo de quien quiso y no pudo.