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Tiger ha muerto... ¡Viva Pacquiao!
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EL BOXEADOR SUSTITUYE EN NIKE AL GOLFISTA

Tiger ha muerto... ¡Viva Pacquiao!

"¡Tiger Woods ha muerto! ¡Viva Pacquiao!". La sociedad norteamericana, tan amiga en eso de convivir con ídolos, de seres que marcan y crean estilo con todo

Foto: Tiger ha muerto... ¡Viva Pacquiao!
Tiger ha muerto... ¡Viva Pacquiao!

Tiger Woods ha muerto! ¡Viva Pacquiao!". La sociedad norteamericana, tan amiga en eso de convivir con ídolos, de seres que marcan y crean estilo con todo lo que hacen y dicen, ha encontrado a su nueva referencia, al héroe americano que anda perdido tras la espantada de Tiger Woods. Hablamos de Manny Pacquiao, un filipino que ha conseguido triunfar en algo tan americano como el boxeo. Los yankees se han fijado en este pequeño boxeador para ocupar el hueco dejado por el golfista y por otros deportistas que han ido sucumbiendo a los encantos de la vida como el propio Wood o Phelps y sus fumadas de marihuana, o Agassi y el uso desmesurado de la ayuda medicinal para sus pasados triunfos.

Pues bien, ese vacío lo ha sabido aprovechar un hombre nacido a miles de kilómetros de Estados Unidos, en Filipinas y que se dedica a coleccionar títulos mundiales y millones de dólares. La pelea el pasado sábado ante Margarito, que terminó con la cara rota en el hospital, le han supuesto quince millones de dólares y la conquista de su octavo cinturón, ese que te distingue como el número uno del deporte de las dieciséis cuerdas. Ya se habla de su siguiente enfrentamiento ante Mayweather, mister dólares nacido en Michigan, con una bolsa de 65 millones de dólares a repartir.

Pacman, así le llaman, logró reunir a 41.734 personas en el Cowboys Stadium de Arlington, pero pegadas a la tele estaban otros muchos millones de costa a costa de Estados Unidos. El PPV de la pelea batió récords. Es el rey del PPV tal y como quedó demostrado tras su pelea con De la Hoya, al que derrotó en el noveno asalto. Lo recaudado en el combate ante Margarito (once centímetros y 2,5 kilos más alto y pesado) llegó a los 45 millones de dólares y el rating del 25%. En México, por ejemplo, ha sido la emisión más vista de la historia de la televisión y eso que todo el mundo daba por seguro que su Margarito sería derrotado por el nuevo héroe americano.

Cuando pelea, en Filipinas paran los ataques hacia la guerrilla

En Filipinas, cuando boxea Pacman, todo se para, los ataques hacia la guerrilla cesan, los atracos bajan a niveles insospechados y consigue llegar la paz, que curioso entre golpes, a cualquier rincón de su país. Todo esto no pasado inadvertido para los responsables de marketing de Nike. Especializados en cazar talentos cuando dan sus primeros pasos en el deporte como Nadal, Federer, Jordan y otros, en esta ocasión han apostado por un boxeador, algo nada habitual, y menos aún procedente de Filipinas. La multinacional norteamericana ha colocado en sus tiendas repartidas por todo Estados Unidos una línea de ropa que comparte espacio y lugar con las de Michael Jordan, Rafa Nadal o Roger Federer.

No es un simple boxeador, el filipino ha adquirido un rango muy por encima de cualquier otro deportista en estos momentos en Estados Unidos. Nike lo ha visto y ha apostado fuerte por él. Y no piensen que son productos de segunda fila. Para nada. Cazadoras de 200 dólares o zapatillas de 100 que no duran mucho en las tiendas. Y todo para ser como Pacquiao. Tan fuerte es la apuesta que en una de las propias tiendas de Nike nos aciertan a decir: "Se han pasado con los precios". Es lo que tiene ser estrella, pero diferente, una persona nacida en el pueblo y que ahora trabaja para todos los filipinos, con acciones sociales de todo tipo. En Nike han visto en Pacman el reflejo de Robin Hood actual. No roba, pero sí que da a los pobres.

Si usted se quiere vestir de pies a cabeza de Pacman lo puede hacer. Zapatillas, camisetas, chándal, pantalones, cazadores, gorras... Nike quiere dotar al boxeador de rango de estrella y no ha escatimado esfuerzo alguno para lograrlo. Sus fotos comparten protagonismo con otros de los iconos de la firma de la pluma. Y es que lo curioso de este pequeño boxeador y coleccionista de cinturones, otra filipina muy famosa coleccionaba zapatos, ya tiene las perseas de los pesos mosca (WBC), supergallo (WBC e IBF), pluma (WBC), ligero (WBC), welter (WBO), welterlight (IBO) y Superwelter (WBC), es que gusta a asiáticos, latinos, africanos y, por supuesto, a norteamericanos.

Diputado electo y actor con Stallone

Pacquiao, además de derribar a contrarios con todo tipo de golpes, es diputado electo en el congreso de filipinas, obligó a suspender los anuncios publicitarios durante la campaña electoral, y músico con banda propia. Ahora está de gira por diferentes estados norteamericanos, amenizando con música de la misma manera que lo hace con los puños. Para cerrar el círculo decidió pasarse al mundo del cine. Y no hablamos del porno como el Potro Díaz. El filipino es actor desde 2007 y entre sus próximos proyectos figura hacer una película con Silvester Stallone. ¿Rocky VII?

Verle en el ring es un auténtico espectáculo. Rápido, vivo como pocos, sus golpes se multiplican hasta terminar con el que se ponga por delante. algo que no delata su corta estatura (se queda a un par de centímetos del metro setenta) pinta de truhán con cara de buena persona. Derriba muros insospechados como es el de lograr la paz en su país, pero todavía le queda uno por delante. Y es que este boxeador-político-cantante-actor tiene metido entre ceja y ceja terminar con el arrogante Mayweather, la antítesis de los que representa el filipino. Obligado a alejarse de su mujer e hija, el púgil de Michigan ha acusado a Pacman de boxear bajo los efectos de la droga. Ahora negocian la que puede ser pelea del siglo, la que deje atrás el Ali-Spinks del 78. Se habla de juntar a 70.000 espectadores y de 100 millones de dólares de recaudación

Por cierto, el que ocupaba el sitio de Pacquiao era un tal Woods, ¿les suena?. Pues bien, ha decidido cambiar de vida, reconocer lo bonita que es la vida de familia. En ese cambio de imagen, el golfista ha dado de nuevo vida al Twitter (Pacquiao tiene cerca del millón de seguidores). "No quería mirar en mi interior, pero cuando lo hice me asusté. Ahora me alegro porque me ha dado una seguridad que no tenía. Bañar a mi hijo es mejor que una ronda de ensayos y el hacerle a él y a su hermana macarrones para cenar es mejor que cualquier restaurante", aseguró Woods.

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Tiger Woods ha muerto! ¡Viva Pacquiao!". La sociedad norteamericana, tan amiga en eso de convivir con ídolos, de seres que marcan y crean estilo con todo lo que hacen y dicen, ha encontrado a su nueva referencia, al héroe americano que anda perdido tras la espantada de Tiger Woods. Hablamos de Manny Pacquiao, un filipino que ha conseguido triunfar en algo tan americano como el boxeo. Los yankees se han fijado en este pequeño boxeador para ocupar el hueco dejado por el golfista y por otros deportistas que han ido sucumbiendo a los encantos de la vida como el propio Wood o Phelps y sus fumadas de marihuana, o Agassi y el uso desmesurado de la ayuda medicinal para sus pasados triunfos.

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