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De la sombra de Doncic a unas maltrechas rodillas: Porzingis ya no es el unicornio
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El jugador que deslumbró en el 2016

De la sombra de Doncic a unas maltrechas rodillas: Porzingis ya no es el unicornio

Su escasa aportación anotadora y en el rebote en los Playoffs contra los Clippers preocupa, mientras crecen los rumores de una mala relación con la estrella eslovena

Foto: Porzingis, en una imagen de la temporada. (Reuters)
Porzingis, en una imagen de la temporada. (Reuters)

Han pasado seis años desde que Kristaps Porzingis aterrizara en la NBA. Su llegada a los New York Knicks fue acogida con desazón por los aficionados neoyorquinos -inolvidable la imagen de aquel niño llorando en la noche del Draft mostrando su desacuerdo por la elección del letón-, pero apenas un mes de competición le hizo falta al exjugador del CB Sevilla (actual Coosur Real Betis) para demostrar que era capaz de reinar en la Gran Manzana. Un cuatro/cinco de 2,21 metros, con capacidad para anotar desde el exterior con facilidad, repertorio ofensivo propio de un jugador aparentemente más ágil e intimidación en el poste bajo... Los medios norteamericanos no tardaron en nombrarle como el unicornio. Pero todo cambió cuando su rodilla hizo ‘crak’. Era febrero del 2018, los ligamentos estaban tocados y no volvería a jugar hasta octubre del 2019, 20 meses después. Lo haría defendiendo la camiseta de los Dallas Mavericks, uniéndose como segunda espada al proyecto liderado por Luka Doncic.

placeholder Porzingis, en una acción defensiva. (Reuters)
Porzingis, en una acción defensiva. (Reuters)

Todo parecía un negocio redondo para el equipo de Mark Cuban. Doncic y Porzingis tenían similitudes, al fin y al cabo eran dos jugadores europeos que compartían pasado en la ACB con fuerte conexión con la cultura española. El ex del Real Madrid ya se había destapado como una megaestrella de la NBA, dominando todos los aspectos del juego. Se veía al letón como el complemento perfecto tanto en el poste bajo como para aprovechar los huecos exteriores que dejara Doncic, un experto a la hora de amasar defensores a base de penetraciones. Pero la jugada salió rana y los Playoffs contra los Angeles Clippers están siendo la mejor prueba de esta falta de conexión.

En 34 minutos promediados en la serie, que se sitúa 2-1 a favor de los Mavericks, Porzingis solo está anotando 14,3 puntos. 38 puntos, 8,7 rebotes y 9 asistencias son los números de Doncic en estos Playoffs. Si la comparativa es odiosa, más daño hace a la imagen del pívot letón la estadística destacada por el portal Statsmuse a cuenta del también ex de la ACB Facu Campazzo: el argentino, que mide 43 centímetros menos, está atrapando un rebote más por partido en este inicio de la fase final de la NBA. Con sus 2,21 metros de altura, Porzingis solo está alcanzando a coger 3,7 rebotes.

“Creo que no estoy siendo tan utilizado ahora que me está defendiendo Kahwi. Intentamos sacarle del juego y por eso no estoy en la jugada… Dependo más de si él hace alguna ayuda y yo tengo algún tiro abierto o algo fácil”, aseguró ante los medios Porzingis, mostrando su frustración por el papel poco protagonista que está teniendo en la serie. Palabras que no ayudan a su más que comentada supuesta mala relación con Doncic. El letón ha negado en varias ocasiones que existan problemas de vestuarios en Dallas, pero hasta el propio Mark Cuban reconoció que no era precisamente una amistad lo que existía entre ambos jugadores.

placeholder Porzingis, lesionado en la grada, mientras Doncic triunfa en pista. (Reuters)
Porzingis, lesionado en la grada, mientras Doncic triunfa en pista. (Reuters)

La situación es complicada para Porzingis. A sus 25 años tiene contrato en vigor para las próximas tres temporadas (firmó en el 2019 un contrato de cinco años con Dallas a razón de 158 millones de dólares), pero a nadie se le escapa que la principal opción de los Mavericks es rodear a Doncic de las piezas necesarias para convertir al equipo en un verdadero aspirante. A pesar de las lesiones -el letón nunca ha vuelto a encontrar el nivel de sus primeras temporadas en la NBA- sigue siendo un jugador con cierto mercado, pero su condición de unicornio se deja en el pasado.

Multado por asistir a un club de estriptis

Poner un circo y crecer los enanos. El pasado miércoles, Porzingis fue multado por la NBA a pagar 50.000 dólares tras asistir a un club de estriptis. Los hechos ocurrieron hace una semana, cuando el jugador realizó una breve visita al local junto a otros amigos. La organización decidió imponer una sanción económica que no le acarraría suspensión, ya que se entabla en las normas de comportamiento anticoronavirus. Porzingis, quien se encuentra vacunado frente al covid-19, se disculpó: “Lo que sucedió es un error por mi parte. Honestamente, estaba un poco confundido con los protocolos, cometí un error y pagué por ello”.

Han pasado seis años desde que Kristaps Porzingis aterrizara en la NBA. Su llegada a los New York Knicks fue acogida con desazón por los aficionados neoyorquinos -inolvidable la imagen de aquel niño llorando en la noche del Draft mostrando su desacuerdo por la elección del letón-, pero apenas un mes de competición le hizo falta al exjugador del CB Sevilla (actual Coosur Real Betis) para demostrar que era capaz de reinar en la Gran Manzana. Un cuatro/cinco de 2,21 metros, con capacidad para anotar desde el exterior con facilidad, repertorio ofensivo propio de un jugador aparentemente más ágil e intimidación en el poste bajo... Los medios norteamericanos no tardaron en nombrarle como el unicornio. Pero todo cambió cuando su rodilla hizo ‘crak’. Era febrero del 2018, los ligamentos estaban tocados y no volvería a jugar hasta octubre del 2019, 20 meses después. Lo haría defendiendo la camiseta de los Dallas Mavericks, uniéndose como segunda espada al proyecto liderado por Luka Doncic.

Luka Doncic
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