Un puñetazo, el último revés de la carrera de Nikola Mirotic en la NBA

La carrera de Nikola Mirotic en la NBA no termina de arrancar. El ala-pívot dio el salto a Estados Unidos en el verano de 2014, después de perder la segunda final seguida de Euroliga con el Real Madrid. A diferencia de otros jóvenes europeos que se marcharon a la NBA, con Mirotic no dio la impresión de que se fuera demasiado pronto: a sus 23 años ya estaba considerado uno de los mejores jugadores de Europa. Pero tres años después, por unas razones o por otras, su papel en la mejor liga del mundo está lejos del esperado entonces. El último revés es el incidente de este martes con su compañero de equipo Bobby Portis, que de un puñetazo le mandó al hospital.

Mirotic sufrió varias fracturas maxilares y una conmoción cerebral que le mantendrán de baja entre cuatro y seis semanas, confirmó este miércoles John Paxson, vicepresidente ejecutivo de los Chicago Bulls. Paxson también explicó que es muy probable que Mirotic tenga que ser operado, pero que la intervención tendrá que esperar hasta que se recupere de la conmoción.

El martes, tras conocerse la noticia, la franquicia no dio más detalles sobre el altercado entre ambos jugadores, pero varios medios informaron que todo empezó como un pique en una pachanga de entrenamiento y acabó con un efrentamiento físico entre ambos en el que Mirotic se llevó la peor parte al recibir un puñetazo de Portis. En su comparecencia ante la prensa, Paxson confirmó esa versión y contó que ambos jugadores se comportaron de manera agresiva, pero que Portis cruzó una línea. Randy Brown, uno de los asistentes del equipo, ya había intervenido antes de la pelea para que la cosa no fuera a mayores.

Antecedente: la pelea entre Jordan y Kerr

No es la primera vez que un entrenamiento de pretemporada de los Bulls acaba con un pelea entre dos jugadores. En 1995, Steve Kerr, actual entrenador de los Golden State Warriors, acabó con un ojo morado después de una pelea con Michael Jordan. Así explica aquel episodio Phil Jackson en su último libro, 'Once anillos':

"En 1995, cuando regresó a los Bulls tras un año y medio en las ligas menores de béisbol, Michael Jordan apenas conocía a los jugadores y se sintió totalmente fuera de sincronía en el equipo. Solo cuando durante un entrenamiento se peleó con Steve Kerr se dio cuenta de que necesitaba conocer mejor a sus compañeros. Tenía que entender qué los hacía vibrar con el propósito de colaborar más estrechamente con ellos. Ese despertar contribuyó a que Michael se desplegara como líder compasivo y, en última instancia, sirvió para convertir el equipo en uno de los mejores de todos los tiempos".

Aquel equipo acabó ganando 72 partidos, la mejor marca de la historia hasta que hace año y medio los Warriors, con Kerr en el banquillo, ganaron 73. De los actuales Bulls, sin embargo, se puede esperar muy poco. Varias previsiones los colocan como el peor equipo de la NBA. Chicago es un equipo sin nada que perder, casi sin ninguna expectativa más allá de ver crecer a sus jugadores jóvenes y con un solo objetivo: perder todo lo posible para tener el mayor número de opciones elegir en el número 1 del próximo 'draft'.

A pesar de eso, el resultado del incidente de este martes es desastroso para todas las partes. Para los Bulls, porque sumadas esas dos bajas a las que ya tenía, se presentará el jueves en Toronto para su debut con seis ausencias, casi medio equipo. Para Portis, pívot de tercer año que tampoco ha cumplido las expectativas hasta ahora, porque además de los 8 partidos de sanción que le han caído añade una mancha a su historial. Y para Mirotic, porque retrasa su participación en una temporada que se prevé fundamental.

Titular en solo uno de cada cuatro partidos

Mirotic firmó en 2014 el contrato más alto de un 'rookie' europeo en la NBA. Tres años después, cuando salió al mercado como agente libre restringido, las ofertas no abundaron. En esas tres temporadas, el ala-pívot solo dejó algún 'flash' de lo que puede ser. Ha sido muy irregular en el tiro, su principal arma. Además nunca ha recibido la confianza de sus entrenadores, Tom Thibodeau y Fred Hoiberg. Este último llegó incluso a dejarlo fuera de la rotación la temporada pasada.

De los 218 partidos que ha jugado en la NBA, Mirotic solo ha sido titular en 56 y nunca ha superado los 25 minutos de media. A eso hay que sumar la inestabilidad de un equipo que en 2014 aspiraba a ganar el Este y que tres años después ha comenzado de cero. Eso debe cambiar esta temporada. Tras un verano a la espera de un nuevo contrato con los Bulls, lo que le obligó a renunciar a jugar el EuroBasket con la selección española, Mirotic firmó a finales de septiembre por dos años y 27 millones. A la espera de ese acuerdo se dedicó a trabajar su físico. Ganó peso, lo que debe a ayudarle a mejorar en defensa, uno de sus puntos débiles. "Mi defensa ha estado mucho mejor", dijo Mirotic hace unos días. "Ya no pueden postearme como solían hacerlo".

Visto el panorama que se le avecina a los Bulls este curso, Mirotic está ante una gran oportunidad. El hispano-montenegrino, el jugador que más tiempo lleva en la plantilla, debe ser uno de los líderes de un equipo joven, con poca experiencia y sin apenas presión. Sin embargo, un puñetazo de un compañero puede acabar con esos planes. Veremos si el puesto de titular está disponible cuando regrese. De momento ese puesto lo ocupará Lauri Markkanen, un novato finlandés con un perfil muy parecido elegido en el puesto 7 del último 'draft'. Recuerden el caso de Pau Gasol: en su primera temporada en la NBA, no fue titular hasta su cuarto partido, por la lesión de un compañero. Y no abandonó el quinteto inicial.