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La paradoja de la NBA: la liga que más odia a Trump no se arrodillará contra el racismo
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una norma de la liga lo impide

La paradoja de la NBA: la liga que más odia a Trump no se arrodillará contra el racismo

A diferencia de lo que sucede en la NFL, en la NBA es muy complicado que haya jugadores arrodillados mientras suena el himno. Y no por falta de ganas de llevarle la contraria a Trump

Foto: Los Warriors escucharon de pie el himno antes de su primer partido de pretemporada. (USA TODAY Sports)
Los Warriors escucharon de pie el himno antes de su primer partido de pretemporada. (USA TODAY Sports)

De todas las grandes ligas nortemericanas, la NBA es, con diferencia, la más progresista. En una votación en los vestuarios de la competición, el Partido Demócrata ganaría de calle, así que pueden imaginar que Donald Trump no es muy querido. Mucho menos después de que el presidente se enemistara con buena parte del deporte estadounidense hace una semana. Primero insultó a los jugadores de la NFL que protestan por el racismo y la violencia policial contra la población negra y luego retiró a Stephen Curry la invitación a la Casa Blanca después de que el base de los Warriors dijera que no tenía intención de ir.

Con su diarrea tuitera contra Curry, Trump se echó encima a una competición que ha tenido en contra desde el primer minuto de su presidencia, pero que hasta ahora no había levantado mucho la voz. Eso ha cambiado. El compromiso político de la NBA está fuera de toda duda, como demuestran las palabras y las acciones de sus estrellas y de la propia competición. Es raro el asunto (racismo, violencia policial, transfobia, etc.) que no haya encontrado en la NBA un valioso apoyo. Por eso nadie duda de que cuando comience la temporada, el próximo 17 de octubre, los actos simbólicos de protesta contra Trump también se podrán ver en las canchas de la mejor liga del mundo. Pero será difícil ver que un jugador se arrodille como han hecho en otras ligas porque el reglamento lo prohíbe.

placeholder Donald Trump no ha hecho muchos amigos últimamente en el deporte estadounidense. (Reuters)
Donald Trump no ha hecho muchos amigos últimamente en el deporte estadounidense. (Reuters)

Todo comenzó hace más de un año, cuando Colin Kaepernick decidió arrodillarse mientras sonaba el himno y ondeaba la bandera para protestar por la violencia policial contra la población negra. En un país que presume de sus símbolos (el himno suena antes de cada competición deportiva), esa fue una manera muy potente de llamar la atención. La reacción fue tacharlo de antiamericano, antipatriota, etc., cuando lo que estaba haciendo poco tenía que ver con el patriotismo. No lo entendió así Trump, que cargó contra él y todo el que le ha imitado desde entonces. El efecto de sus palabras fue la multiplicación de ese gesto, que añadió un nuevo significado: ahora también es un gesto contra Trump que se ha generalizado en la NFL y se ha extendido a la MLB (béisbol).

A diferencia de la NFL, las reglas de la NBA tienen un apartado específico que regula la conducta durante el himno. En él se establece que los jugadores, los entrenadores y el resto del cuerpo técnico deben estar en pista de pie, alineados y en una postura digna mientras suena la música. No pueden meter las manos en los bolsillos, mascar chicle, botar el balón, estirar o saltar. "Jugadores, entrenadores y fisios deben permanecer rezonablemente quietos, de pie en línea recta y ordenada, y actuar de manera respetuosa durante ese tiempo", dice el texto. Además deben ir todos uniformados. El artículo no especifica ninguna sanción si se incumple la norma, pero sí habla de que la liga podrá tomar las acciones apropiadas si eso ocurre.

Esa es la paradoja de la NBA: una liga cuya mayoría de integrantes está en las antípodas ideológicas de Trump no permite realizar el gesto de mayor carga política en el deporte estadounidense actual. Los jugadores no podrán arrodillarse mientras suena el himno ni quedarse en el vestuario como hicieron las integrantes de Los Angeles Sparks en el primer partido de la final de la WNBA que le enfrenta a Minnesota Lynx. Tampoco podrán levantar el puño como hicieron Tommie Smith y John Carlos en los Juegos Olímpicos de México 1968.

placeholder Las jugadoras de Los Angeles Sparks no salieron a escuchar el himno antes del primer partido de la final de la WNBA. (USA Today Sports)
Las jugadoras de Los Angeles Sparks no salieron a escuchar el himno antes del primer partido de la final de la WNBA. (USA Today Sports)

¿Qué hacer? LeBron James, el altavoz más importante de la NBA y figura muy comprometida políticamente, ya ha dicho que no va a arrodillarse. "Mi voz es más fuerte que mi rodilla", dijo hace unos días. "La NFL ha adoptado una postura diferente, pero lo importante es el mensaje, no el acto de arrodillarse", declaró Curry, cuyo perfil poítico ha crecido en los últimos días por obra y gracia de los tuits de Trump.

Este viernes, la liga envió un memorando a los equipos en el que les recordaba que existe una norma que regula el comportamiento durante el himno y que le corresponde a ella lidiar con su aplicación. Los Warriors, que abrieron la pasada madrugada la pretemporada con una derrota ante los Nuggets, cumplieron la norma y no realizaron ningún gesto de protesta durante el himno.

No se espera que, llegado el caso, la NBA sea muy dura si algún equipo se salta la regla. Entre otras cosas porque en ese mismo memorando la propia competición anima a sus jugadores a expresar sus ideas políticas, algo que ha hecho en varias ocasiones el comisionado Adam Silver. Como alternativa, la NBA anima a los equipos a realizar acciones comunitarias antes del comienzo de la liga y a dirigirse a los aficionados antes de la interpretación del himno. No será arrodillada, pero que nadie dude de que Trump tendrá a la NBA en contra.

De todas las grandes ligas nortemericanas, la NBA es, con diferencia, la más progresista. En una votación en los vestuarios de la competición, el Partido Demócrata ganaría de calle, así que pueden imaginar que Donald Trump no es muy querido. Mucho menos después de que el presidente se enemistara con buena parte del deporte estadounidense hace una semana. Primero insultó a los jugadores de la NFL que protestan por el racismo y la violencia policial contra la población negra y luego retiró a Stephen Curry la invitación a la Casa Blanca después de que el base de los Warriors dijera que no tenía intención de ir.

LeBron James
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