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Kevin Garnett y 126 millones que cambiaron la NBA para siempre
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el ala-pívot anunció su retirada

Kevin Garnett y 126 millones que cambiaron la NBA para siempre

El contrato que firmó en 1997 empujó a la liga a un 'lockout' que casi estuvo a punto de suspender la temporada. Dos años antes, su llegada desde el instituto abrió una puerta que llevaba cerrada 20 años

Foto: Garnett ganó su único anillo con los Celtics en 2008 (CJ Gunther/EFE)
Garnett ganó su único anillo con los Celtics en 2008 (CJ Gunther/EFE)

Si a los jugadores de la NBA le preguntaran por un deportista con el que les gustaría compartir equipo, Kevin Garnett aparececía muy arriba en los resultados. Si les cuestionaran por el que no querrían enfrente, es muy probable que el nombre del ala-pívot también saliera en las primera posiciones. Así es 'The Big Ticket': amado y odiado, el mejor compañero y el peor rival. Y todo por una llama interna que le obliga a competir en cada partido como si fuera el más importante de su carrera. Esa llama se apaga ahora tras 21 años de carrera y un legado que ha ayudado a transformar la mejor liga del mundo.

Tras más de dos décadas, la presencia de Garnett, quizá la más intimidante de la NBA, desaparecerá de las canchas. Por eso aquel famoso mate de Pau Gasol en su año de novato tuvo tanta relevancia: más allá de que solo fuera una anécdota en medio de la temporada de uno de los peores equipos de la liga, la talla del rival invitaba a ver aquella jugada como un mensaje. A Garnett muy pocos le hacían eso, y los que lo conseguían acababan pagándolo. Gasol sobrevivió. De cara al exterior, Garnett era todo lo contrario a Tim Duncan, con el que compartió 19 de sus 21 temporadas.

El baloncesto dice adiós a unos de sus jugadores más indomables, un gigante de 2,11 con cualidades de base y capacidad para defender a cualquier rival. Aún hoy, más de dos décadas después de su llegada a la NBA, cuesta encontrar a un jugador como él. Garnett solo ganó un anillo, con los Boston Celtics en 2008, —tuvo que salir de los Minnesota Timberwolves, el equipo que lo eligió en el 'draft' de 1995, para lograrlo—, pero su huella es mucho mayor que sus números.

placeholder Ninguno juega ya en la NBA (Reuters)
Ninguno juega ya en la NBA (Reuters)

Tan importante como su revolución dentro de la cancha fue la que provocó fuera de ella. En los inicios de su carrera profesional, Garnett fue el protagonista de dos decisiones que, a medio plazo, transformaron la NBA y la convirtieron en lo que es hoy en día. La primera llegó en 1995, cuando decidió presentarse al 'draft' y se convirtió el primer jugador en dar el salto del instituto a la NBA en 20 años. Lo hizo sin ninguna intención de convertirse en un ejemplo para otros jóvenes que aspiraban a triunfar y hacerse millonarios en la mejor liga de mundo. "Están locos", dijo cuando le preguntaron por la posibilidad de que otros jugadores siguieran sus pasos, según recoge el libro 'Boys Among Men' del periodista Jonathan Abrams. Pero fue inevitable.

Después de él llegaron Kobe Bryant, Tracy McGrady, Amare Stoudemire o LeBron James, por nombrar solo a unos pocos. En diez años, una ola de cuasi adolescentes se apoderó de la NBA. Hubo fracasos, sí, incluso alguna tragedia, pero muchas de las estrellas del baloncesto de este siglo solo fueron a la universidad de visita, algo inimaginable en la época de Bird y Magic.

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El grifo se cerró en 2005, con la aprobación de un nuevo convenio colectivo que impuso una edad mínima para jugar en la NBA. Ese convenio sustituyó al aprobado en enero de 1999, después de un 'lockout' (cierre patronal) que casi provoca la cancelación de la temporada. ¿Y cuál era la gota que había colmado el vaso de la paciencia de los dueños, por otra parte siempre insatisfechos con sus ganancias? El contrato que Garnett firmó con los Timberwolves en otoño de 1997, justo antes del comienzo de su tercera temporada en la NBA, la última de su primer contrato.

Un chaval de 21 años, con apenas dos temporadas en la NBA, acababa de firmar un contrato de 126 millones de dólares por 6 temporadas. Si se tiene en cuenta la inflación equivale a 189 millones actuales (168 millones de euros). El contrato más alto de la historia es el de Mike Conley, compañero de Marc Gasol en los Grizzlies, que este verano firmó por 5 años y 153 millones (136 millones de euros).

A pesar de su reticencia inicial, Glen Taylor, el dueño de los Wolves, acabó dándole a Garnett todo el dinero que este quería (rechazó una primera oferta de más de 100 millones, superior al contrato que Shaquille O'Neal había firmado con los Lakers un año antes). Y eso provocó el enfado del resto de propietarios y convirtió en inevitable el 'lockout' al año siguiente. La negociación entre las partes se alargó hasta el 7 de enero de 1999, cuando los jugadores acabaron aceptando casi todas las condiciones de los propietarios.

La NBA cambió bastante a partir de entonces: los novatos quedaron atados cinco años y no tres a sus equipos, la duración de los contratos se acortó y se impusieron límites a los salarios. Esos principios, reforzados en los siguientes convenios colectivos, han coformado el actual paisaje de la NBA, en la que el período de agencia libre recibe casi más atencíón que buena parte de los partidos porque LeBron puede cambiar Cleveland por Miami y volver a los cuatro años y Kevin Durant puede unirse en Stephen Curry en Oakland.

Si a los jugadores de la NBA le preguntaran por un deportista con el que les gustaría compartir equipo, Kevin Garnett aparececía muy arriba en los resultados. Si les cuestionaran por el que no querrían enfrente, es muy probable que el nombre del ala-pívot también saliera en las primera posiciones. Así es 'The Big Ticket': amado y odiado, el mejor compañero y el peor rival. Y todo por una llama interna que le obliga a competir en cada partido como si fuera el más importante de su carrera. Esa llama se apaga ahora tras 21 años de carrera y un legado que ha ayudado a transformar la mejor liga del mundo.

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